El hermano del artista Roberto Matta, Mario, fue reconocido como el primer decorador de Chile. A mediados de los años 30 fundó una tienda de muebles cerca del Parque Forestal junto a sus hermanos Roberto y Sergio. Al poco andar los otros dos fueron a triunfar en las artes y la moda en Europa. Él siguió solo en el negocio. Nunca tuvo una fábrica, trabajaba en los talleres de diferentes maestros. Él mismo supervisaba la tapicería y no permitía a los clientes opinar sobre ese tema. Aunque no tuvo fama internacional, en Chile ocupó un lugar único que no ha tenido reemplazo.
Su gran obra es el 'sofá Matta', que se trabajó en formatos desde uno a cuatro cuerpos. A pesar de que es muy reconocible por su baja altura, asiento profundo y de líneas geométricas simples, se crearon muchos modelos a pedido con especificaciones singulares, por lo que no hay un modelo único. Los más escasos hoy son los que miden 2,50 metros o más.
Sus muebles inundaron las casas acomodadas durante los años 50 y 60 y trascendieron más allá de su muerte en los años 70. Hoy, en un afán melancólico por recuperar diseños clásicos nacionales, ha vuelto a convertirse un ícono. De los sofás hay originales y hay también muy buenas réplicas. Pero lo que sí es difícil de replicar son los especiales tallados de sus mesas (como la de la foto), sillas, bancas y sitiales. Mario Matta estuvo a cargo de importantes labores decorativas como la restauración de las Casas de Lo Matta, tarea que dejó inconclusa a su muerte. También decoró la casa de la familia Yarur (donde hoy funciona el Museo de la Moda) y la residencia de la Embajada Argentina. Aunque no hay un catálogo o libro que resuma su obra ni un sello o patente que identifique sus creaciones, las características distintivas de su trabajo se han ido traspasando entre generaciones.