Quienes hemos menstruado alguna vez, sabemos que este período del mes puede ser un tanto desafiante por los síntomas puede suponer. A algunas nos duele la cabeza, otras se sienten más hinchadas, e incluso hay quienes experimentan un dolor de útero tan intenso, que les resulta invalidante realizar cualquier actividad que no sea estar boca abajo, en posición fetal. Así, -y tal como lo hemos visto en nuestras madres, hermanas, primas, amigas- este proceso es tan único que se hace casi imposible describirlo de manera universal.
Sin embargo, hay veces donde le podemos ‘dar una vuelta’ a lo que sucede en este momento del mes. Y lo podemos hacer a través de la actividad sexual. Y es que diversos especialistas y estudios han demostrado que tener relaciones durante el período puede potenciar el bienestar, disminuyendo los dolores asociados a la regla. Uno de ellos fue el realizado en 1988 y publicado en The Journal of Sex Research, Analgesia Produced in Women by Genital Self-Stimulation; donde se revela que la estimulación genital, que provoca sensaciones de placer, eleva los umbrales del dolor activando procesos analgésicos que disminuyen la respuesta humana a esta sensación.
"Entre el daño que nos ha hecho el porno y la visión de la mujer objeto, las mismas mujeres no se conocen, porque no se atreven”, dice Loreto Vargas.
Pero más que solo apuntar a tener un orgasmo, dice la ginecóloga-obstetra Loreto Vargas (@draloretovargasp), hay que pensar que las relaciones sexuales -en general- impactan positivamente en el bienestar menstrual. “Efectivamente el orgasmo, desde el punto de vista endocrino, es el que libera todos los mediadores del placer y de la felicidad, y ayuda a bajar los cólicos; pero la actividad sexual completa también cumple esa función”, relata la dra. Vargas, quien es directora de Ginecólogas Chile (@ginecologas_chile) y parte del equipo del Centro Vida Mujer (@vidamujerchile)
Y es que el conocimiento de Loreto no se basa solo en su experiencia clínica como doctora, sino también a partir de su formación en sexología que comenzó en 2019 con un diplomado en Sexualidad de la Escuela Transdisciplinaria de Sexualidad (ETSex), y que continúa hasta el día de hoy con sus estudios de Máster en la Universidad de Almería, España.
Una educación que, revela, se le hizo necesaria luego de darse cuenta de la falta de información que se le entrega a los médicos sobre sexualidad femenina. Así, hoy atiende a diversas mujeres que acuden a ella por motivos como vaginismo, violencia sexual, anorgasmia, falta de deseo, entre otros; y que llegan a su consulta con cientos de dudas en relación a sus cuerpos y los procesos que se desencadenan en él, como los relativos a la menstruación. “Yo hablo hasta por los codos de este tema, porque me he dado cuenta que las mujeres necesitan ese conocimiento para poder vivir mejor su sexualidad. Históricamente, éste ámbito ha estado al servicio del hombre, con una visión muy coitocentrista. Entre el daño que nos ha hecho el porno y la visión de la mujer objeto, las mismas mujeres no se conocen, porque no se atreven”, relata y complementa: “Tenemos que entender que la menstruación es el quinto signo vital, sin embargo, hay muchos mitos asociados, como que tener sexo con la regla puede ser perjudicial. A muchas les da nervio, porque lo encuentran poco higiénico. El tema es que hay que abrir el espectro de posibilidades. Informar para que si alguien quiere intentarlo, juegue”, dice.
¿Y por qué, a tu juicio, se han instalado estos mitos?
Lo primero es la falta de educación. Habitualmente los procesos fisiológicos y normales de las mujeres son patologizados a nivel social ¿Por qué cuando alguien está con la menstruación se habla de que esa persona se ‘enfermó’? O ¿por qué cuando una mujer ha parido se dice que ‘se mejoró’? Aquí lo principal es normalizar y quitar los tabúes porque las personas se limitan mucho con esas percepciones. La idea es que cada una pueda vivir la menstruación como mejor le parezca, pero que tenga la posibilidad de elegir. Porque es súper válido también que a algunas les de nervio o se sientan incómodas. Esto no es un mandato, sino que es abrir una oportunidad: entender que hay matices y cosas que quizás no sabías que podías indagar.
¿Cuáles son los beneficios de la actividad sexual, sola o en pareja, durante este período?
La sangre permite mantener la zona vaginal lubricada, y disminuir el roce y la fricción que se puede generar durante la actividad sexual. Pero no solo eso, sino que está demostrado que la mujer, en este período, alcanza umbrales de placer más altos. Hay que recordar que el orgasmo libera diversos neurotransmisores que generan ese efecto como la oxitocina, dopamina y endorfina, los que a su vez ayudan a disminuir el dolor que se genera tanto en el útero, como en otras zonas del cuerpo (por ejemplo, con las migrañas).
Si bien el orgasmo funciona como analgésico a nivel multisistémico, tampoco se trata de un anestésico. No es lo mismo. ¿Verdad?
No, claro que no. La analgesia es cuando algo te quita el dolor, pero la anestesia es cuando no sientes. Por ejemplo, cuando vas al dentista y te pinchan para no sentir el procedimiento que te van a hacer en los dientes. Ahí se te duerme la cara. Con el orgasmo, pasa lo contrario: a las mujeres nos sube el umbral del dolor, lo que hace que nos sintamos mucho mejor, con menos cólicos y una sensación mayor de bienestar.
Finalmente, si uno se re-apropia de este proceso, puede ser muy beneficioso.
Sí, es una variante y tenemos que entenderlo como una posibilidad también. Se trata de ampliar la mirada para poder tener una sexualidad más completa, y para eso, es clave que podamos conversar esto entre nosotras, con nuestras amigas y así poder naturalizar estos procesos que han sido tan ignorados y poco socializados que incluso se nos olvida su importancia y lo relevantes que pueden ser para llevar una vida mucho más placentera. El llamado es a atreverse, explorarse y no tener miedo.