Alimentar bien a los hijos es, sin duda, uno de los mayores desafíos de la crianza. Nos preocupa el sobrepeso, pero también la desnutrición; queremos que desarrollen una relación saludable con la comida para prevenir trastornos alimenticios en el futuro, y tememos que los colorantes y conservantes puedan afectar su salud a largo plazo. Todo esto, mientras lidiamos con sus mañas a la hora de comer.

Por eso, tomar las riendas de este tema desde temprano puede marcar la diferencia, y así lo cree la actriz Isidora Khamis, quien acaba de publicar Manitos al plato, un libro enfocado en la alimentación complementaria: el proceso mediante el cual se introducen nuevos alimentos a la dieta del bebé como complemento a la lactancia materna.

Sólo dos meses después de que naciera su hijo Beltrán, Isidora volvió a ser parte del elenco de una obra de teatro. Llevaba a su guagua a todas partes, incluidos los ensayos, así que le tocó comenzar con la alimentación complementaria en el sur, cocinando en hoteles y calentando papillas en camarines. Sin embargo, todo se volvió más desafiante cuando descubrió que su hijo tenía una alergia alimentaria que restringía severamente sus opciones.

Aunque deseaba profundamente seguir actuando, el cansancio era innegable al punto que un día se desmayó. Venía bajando del avión. “Como seguía dando pecho, tuve que restringir mi alimentación, pero como no había mucha información sobre alergias en ese momento, no sabía qué comer y ese día me desmayé de hambre”, recuerda. Ahí fue cuando dijo no más. Hizo una pausa laboral que le permitió concentrarse en la alimentación de su hijo y, poco después, nació @unaactrizenlacocina.

Este proyecto surgió con un propósito claro: compartir las recetas que con mucha creatividad había inventado para su guagua. En pocos meses, lo que empezó como una idea personal se transformó en una comunidad en crecimiento, donde muchas familias comenzaron a plantear dudas e inquietudes sobre la alimentación complementaria.

“Este espacio se convirtió en un lugar seguro para muchas madres, donde no solo compartimos recetas e información, sino también valiosas experiencias que vivimos a diario como mujeres y madres”, dice Isidora quien motivada por este impacto, profundizó sus conocimientos en el área y, en 2023, obtuvo su certificación en Alimentación Complementaria y Baby Led Weaning (BLW). Este último es un método que fomenta que los niños y niñas exploren y experimenten con variedad de texturas, formas y tamaños de manera autónoma, a diferencia de las papillas que es una alimentación exclusiva con triturados donde el bebé suele ser alimentado por un tercero.

-¿Por qué elegiste el método BLW para tu hijo?

Yo partí solo con papillas pero en algún momento comencé a poner atención a algunas señales que me daba mi hijo, como que quería comer lo que yo estaba comiendo. Así que comencé de manera intuitiva pero al mismo tiempo irresponsable, porque en el BLW los alimentos tienen un formato y textura correcta, y por lo tanto es importante asesorarse por un especialista.

-Luego te certificaste... ¿cuál fue tu mejor descubrimiento sobre este método?

El BLW lo que busca es que las guaguas se alimenten con sus propias manos respetando sus señales de hambre y saciedad. Quizás ese es el mayor descubrimiento, que todos los seres vivos nacemos con la capacidad de autorregulación y saciedad y por lo tanto los bebés saben cuánto comer, tienen la capacidad de autorregularse de manera consciente y activa. Si un niño está en una etapa de crecimiento más acelerada, su cuerpo pedirá de forma innata más nutrientes, por lo que va a necesitar más comida. Y si un niño está en una etapa de crecimiento más lenta, no va a sentir tanta sensación de hambre.

-Es un cambio importante para los que crecimos comiendo con cucharadas en modo “avioncito” o derechamente a la fuerza.

Sí, un cambio muy necesario también porque obligar a comer es lo peor que podemos hacer. Forzar a comer durante la infancia distorsiona su sistema y hace que esta nueva experiencia que es comer, no sea grata.

-¿Y cómo hacemos para no preocuparnos cuando el niño elige no comer?

Muchas veces nos creamos expectativas de cuánto deberían comer y se nos olvida que, como cualquier ser vivo, comen lo que su cuerpo les pide. Además, hay que tener presente que si no hay una aceptación inmediata a un nuevo alimento, esto no significa que no le guste. Los bebés y los niños necesitan, al menos, exponerse 20 o 30 veces a una nueva comida antes de aceptarla. La exposición temprana y continua es lo que les permitirá ajustar sus preferencias y fomentar su ingesta. Esta es una etapa evolutiva, comer es un aprendizaje para todos los seres humanos. Para los bebés y niños es un proceso que requiere descubrimiento, experimentación, juego y desarrollo de las preferencias alimentarias. Cada niño tiene sus tiempos y respetarlos es imprescindible. Una relación sana con los alimentos en esta etapa de la vida, podría incluso repercutir en la adultez.

-A primera vista pareciera que es más trabajo que hacer una papilla

El BLW no requiere preparar alimentos por separado, sino más bien separar la porción del bebé de la comida que se está preparando para la familia, antes de añadir sal o condimentos inadecuados para ellos. En algunos casos puede ser necesario cocinar los alimentos un poco más para asegurar que tengan la textura adecuada, es decir, blanda. De hecho yo siempre recomiendo comer en familia y, en lo posible, lo mismo que ellos. El ejemplo es clave ya que los bebés actúan o aprenden por imitación.

Y ojo que elegir BLW no significa no ofrecer papillas sino ofrecer variedad de texturas, las papillas siempre son una buena alternativa para salir de apuro o para llevarlas cuando toca comer fuera de la casa.

-En el libro hablas principalmente de bebés, pero ¿es posible poner en práctica algunos de estos métodos en niños y niñas más grandes que por maña no aceptan verduras, por ejemplo?

Entre los 6 y los 24 meses se forman la mayoría de los hábitos, preferencias y aversiones alimentarias, pero eso no significa que no podemos introducir nuevos alimentos cuando los niños son más grandes. Puedes poner un alimento seguro que le guste, por ejemplo tallarines, y al lado pones un brócoli. Quizás al principio no lo va a tomar, pero en algún momento se va a interesar, por último en tocarlo, hasta que alguna vez se lo meta a la boca. Y lo otro es que la comida también entra por la vista, por eso también decidí poner recetas en el libro, porque la idea es presentar distintas formas, colores; hacerles muffins con forma de flor, pelotitas de arroz, entre otras ideas. La alimentación no es solo nutrición, sino que supone una experiencia educativa y multisensorial. Así que la respuesta es sí, no hay límites, tenemos toda la vida para aprender a comer.

Sobre el libro...

Manitos al Plato cuenta con más de 140 recetas con un enfoque en la simplicidad, el sabor y la nutrición. Más de 100 de estas recetas incluyen códigos QR que dirigen a videos tutoriales para que los padres puedan ver cómo se preparan los platos. Si bien su enfoque principal es vegetariano, también ofrece sugerencias de reemplazo en sus recetas para familias omnívoras y veganas. Además, el libro incluye más de 70 páginas de teoría detallada sobre alimentación complementaria, revisada por expertas en nutrición infantil, Sofía Acle, y en alergias alimentarias, Josefa Córdova. El Dr. Roberto Boisier, pediatra de la Clínica Alemana, también contribuye con un prólogo en el que avala la precisión y calidad del contenido del libro.