El regreso de Bárbara Rebolledo
Se alejó en 2008 de las pantallas para concretar su sueño de ser mamá. Tuvo a sus mellizas Esperanza y Lourdes (3) y fueron siete años en los que se dedicó "a ser inmensamente feliz". Hoy, la ex conductora de Pasiones y Pelotón, en medio de la crisis de TVN, vuelve a la televisión abierta a conducir Pelotón: la historia del honor. Aquí, habla de sus razones.
Paula 1194. Sábado 27 de febrero de 2016.
En una entrevista en Paula contaste que tu marido te dijo "deja la tele y te hago madre". ¿Por qué esa exigencia?
Yo me casé súper vieja, a los 38, y fui mamá a los 40. Sabía que me iba a costar quedar esperando guagua, porque venía con problemas en el útero y necesitaba someterme a distintos procesos para que me resultara. Y mi marido me decía que no podía tener ese ritmo de trabajo y querer hacerlas todas. Porque, además, él tenía tres niñitas, y la fábrica cerrada. Entonces me dijo: "Yo estoy dispuesto a bancarme todo lo que significa que tú quieras ser mamá. Pero tenemos que despejar la pista para que nos resulte". Y no lo veo para nada como un sacrificio. Lo volvería a hacer 200 veces más. Dejar de trabajar, si tienes la posibilidad, con tal de formar familia, para alguien que lo único que quiere es ser mamá, no es ningún sacrificio.
¿Qué hiciste en estos siete años?
Me dediqué a ser feliz. Algo que no había hecho hace mucho rato. Haber tenido a mis hijas y darles besos todo el día, llevarlas al jardín yo, bañarlas yo, acostarlas yo, rezarles yo. No me quiero perder ni un segundo de sus vidas porque soy mamá vieja y cuando ellas salgan de la universidad yo voy a tener casi 70 años. Aparte de eso, me dediqué a hacer todo lo que me gusta: a cocinar, a leer, a tomar clases de pintura, de bordado.
Lo describes como un sueño… ¿por qué volver a la televisión?
Fue súper loco lo que me pasó. Porque si una semana antes me hubieran preguntado si volvería a la tele, hubiera dicho que por ningún motivo. Pero esta vez ni siquiera me lo cuestioné. Me llamó el gerente de producción y me conecté con el sentimiento que le tengo al canal. Mis amigas me decían: "¿por qué te vas a ir a meter a TVN en este minuto?". Yo les decía: "¿y por qué no?, ¿por qué no devolverle la mano a una empresa que me dio tanto?".
Sobre la crisis de TVN, ¿crees que nadie pudo llenar el vacío que dejó Felipe Camiroaga en el Buenos días a todos?
Ni ahí, ni en ningún lado. Llenar el vacío del talento que él tenía es algo súper difícil. Yo creo que no tienen que aparecer nuevos Felipe, tienen que aparecer nuevos alguienes que sean tan talentosos como él. Pero tratar de ser Felipe es un error súper grande, porque la comparación siempre va a ser odiosa.
"Cuando empecé a tratar de ser mamá biológica y me fue difícil, yo le decía a dios: 'a ver, compadre, para. No te puedes farrear una mamá como yo'. Tal vez estoy un poco rallando la papa, pero ando con la preocupación de decirle a Dios que estoy tratando de actuar siempre súper bien. Para que no me lleve, ni me las lleve".
¿Culpas a la tele de haber encontrado tarde el amor?
A lo mejor me jugó una mala pasada en cuanto a la exposición. Nadie quiere salir con "la niña de la tele", que la saluda todo el mundo, que le piden autógrafos. Pero también tiene que ver con la madurez y maduré un poco vieja. Me di cuenta en estos siete años fuera de la tele, en que tuve tiempo para pensar. Me miré y dije: "ya, si no pueden ser puros pasteles los que me tocaron en la vida. Yo también lo hice mal".
¿Qué es lo más difícil de "casarse vieja", como dices tú?
El tema de la maternidad, lejos. Si te interesa ser mamá, casarse vieja es un tema. La gente no dimensiona. Hoy día las cosas han cambiado, tú te puedes casar vieja porque puedes congelar óvulos. Me habría encantado haberlo hecho. Ser mamá vieja te genera ciertos conflictos. Yo antes iba al gimnasio para mantenerme flaca, hoy día voy para que no me friegue la rodilla, para poder subir el cerro con la cabra chica en el paseo de curso. No quiero ir a buscarlas al cumpleaños y que digan: "oye, Esperanza, vino tu abuelita".
¿Tanto así?
A mi edad, mi mamá tenía dos hijos en la universidad. Y yo tengo dos niñitas que están dando examen para pre kínder. Esa es mi realidad. Me preocupo de establecer una buena relación con sus hermanas grandes, porque si yo no estoy sus hermanas van a ser su referente. Quiero ordenarles la vida en la medida de lo posible. Porque tengo miedo a no estar algún día. El otro día le dije a mi hermana: "¿tú te podrías hacer cargo del vestido de novia, para que no se vean ridículas si yo no estoy el día que se casen? Si a ellas se les ocurre casarse a la edad que yo me casé hay altas probabilidades de que yo no esté. Las matemáticas cuando eres mamá vieja te juegan en contra. ·
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