El retorno de los 90: ¿vuelve también la extrema delgadez?
Pantalón de tiro corto, micro tops, zapatillas de terraplén, trencitas en el pelo. Como pasa con cada época, la generación Z ha traído de vuelta la estética de los 90-2000 con referentes de series como Gilmore Girls o Clarissa, grupos como las Spice girls y objetos de culto como los Cds. Pero la moda de los 90, además de ser atractiva por sus referentes pop, también tuvo un lado oscuro; la extrema delgadez. Mujeres de siluetas ultra delgadas, huesos prominentes, rostro pálido y aspecto frágil; así se retrataba la belleza en medios y pasarelas, al estilo “heroin chic”, donde a través de la imagen de la “niña abandonada” se vendía elegancia y sofisticación a cualquier costo. El impacto para esas generaciones de mujeres crecidas en los 90 y 2000 fue derechamente el aumento drástico de los trastornos alimenticios por intentar encajar cuerpos no naturalmente delgados en estos cánones estrictos. Por suerte, décadas después, el feminismo intentó reparar en parte este estándar poco saludable para muchas; los cuerpos plus size y el body positive buscan a diario espacio en los medios, la moda y las redes sociales. Pero es una tendencia que el retorno de los 90 amenaza con retroceder. Algunos han visto en el cambio de imagen de Kim Kardashian, por ejemplo, quien fuera un ícono “curvy”, un augurio sobre esta vuelta, cuando adelgazó para una edición de la Gala MET, siguiendo una dieta estricta para poder llevar el vestido original de Marylin Monroe. Modelos como Bella Hadid, Kaia Gerber y Lila Moss replican los cuerpos delgados de la época y TikTok tuvo que vetar el hashtag #thingspo, donde la generación Z comparte contenidos que buscan la extrema delgadez.
¿Volveremos a luchar contra nuestro cuerpo para lucir esos tops diminutos y pantalones a la cadera?
La psicóloga especialista en conducta alimentaria Nicole Collado, creadora de la cuenta @en.consciencia y parte del centro de salud CEAPSI, comprueba que durante las décadas del 90 y 2000 los estereotipos del cuerpo y los referentes de moda femeninos comenzaron a ser extremadamente delgados, generando así estándares de belleza inalcanzables. El hecho de crecer bajo esta exigencia, dice, generó que las mujeres se sintieran cada vez más disconformes con sus cuerpos, intentado acercarse a esta delgadez poco saludable, que además, no considera bajo ningún punto de vista la diversidad corporal que existe en el mundo. “Los trastornos alimentarios, como bulimia y anorexia, fueron de las enfermedades que más aumento tuvieron en estos años, las que sin duda eran las más conocidas hasta el momento. Esta última, además, una de las enfermedades de salud mental con mayor tasa de mortalidad y hasta ese entonces poco reconocida como tal. El hecho de estar todo el tiempo enfrentadas a este consumo de información generó que nos comparáramos y cuestionáramos nuestro aspecto físico, sin considerar la naturaleza de este, donde no se puede dejar de lado que la diversidad de cuerpos es parte de ser personas distintas y únicas, junto con que sí es posible tener una buena salud en todas las tallas, lo cual no se creía entonces, y aún no se cree del todo”.
La diseñadora industrial Javiera Figueroa es cocreadora de la plataforma noventera.cl, donde además de vender productos inspirados en los referentes de la época, también difunde en redes sociales imágenes y temas relacionados a esa estética, que ella define como auténtica y versátil, con una “ensalada de gustos, telas, tópicos, brillos y formatos” en su moda y accesorios. “A las nuevas generaciones les llama la atención el hecho de que los noventeros sigamos aferrados a ciertos simbolismos/elementos. Hoy se ve un panorama más efímero y desechable donde si una canción te parece increíble no la vas a escuchar 500 veces al día como quien en los 90s escuchaba a Shakira por ejemplo. Por otro lado, creo que una de las categorías de vestuario en los 90s más vinculada al rap/r&b/incipientes 2000s, es una especie de punto inicial en lo que vemos hoy en el reggaeton o parte del trap (actualidad), que tiene absoluta relación con lo cíclico de la moda en sí, pero particularmente pienso que agarró un boom, es un espectro musical que vuelve o quiere mantener ciertos elementos icónicos. Desde ahí, lo atractivo de la vuelta del blin bling, los brillos, el glitter, las joyas, el maquillaje y lo llamativo en plataformas o zapatillas. Pero esta misma analogía de los 90s como una ensalada nos habla de muchas cosas interactuando juntas al mismo tiempo y desde ahí, también aparecen las esquinas más oscuras de la época. Aparece el Heroine chic como tendencia, de la mano de las primeras super modelos y en algún punto comienza a ser vitrina el “estilo de vida” vinculado a la explosión de nuevas drogas y bohemia. Entonces la moda como “reflejo de” o con la “intensión de” se extrapola al resto de la población y a partir de los medios masivos comenzamos a integrar, tratar de réplicar o calzar en alguno de estos pilares de extrema delgadez. El estrés por lograrlo, son los vestigios que nos acompañan hasta el día de hoy”.
Sin embargo, Javiera no le teme al retorno de estos cuerpos, porque dice que hoy las nuevas generaciones no están en la misma situación que en los 90s, precisamente gracias al rol que han jugado los procesos del feminismo, dándole “absoluto énfasis a la importancia de la revolución y el re despertar feminista en nuestro país sumado a la constante actividad de los feminismos varios”, dice. “La gran diferencia del Chile de hoy es que las últimas revoluciones nos han demostrado la unión y colectividad en torno a cambios, el gran quorum a marchas y llamados y sobretodo, de a poco, el aplicar pequeñas modificaciones en nuestro quehacer diario y pensamientos que teníamos muy fijos”. Nicole coincide que, aunque queda falta mucho por avanzar, no se puede dejar de reconocer que se ha comenzado una época de cambios y de mayor aceptación corporal. “Se puede apreciar que a nivel cultural se está tomando en cuenta la necesidad de mostrar cuerpos reales, lo cual considera distintas tallas, colores, formas, entre otros. El hecho de que esto mismo se esté hablando nos demuestra que existen avances y estamos en eso. Pero hablar de superación todavía me parece muy pronto, ya que son temáticas muy instauradas en nuestra sociedad, las cuales se van modificando a nivel personal y social de manera progresiva”
Javiera también se mantiene atenta: “no se han permeado todas las esferas, siendo los medios masivos de comunicación, la publicidad y la televisión, agentes que siguen replicando patrones de antaño. Es ahí donde a través de la moda estas esferas le quitan cierta fuerza, potencia a la reflexión que marca la actualidad. Existe un auge en el “body positive” y al mismo tiempo en la reaparición de la estandarización del cuerpo más semejante a la tendencia del “heroine chic” lo que a mí parecer levanta una discusión interesante y activa sobre posturas, argumentos, puntos a favor y contradicciones en las que tenemos que seguir trabajando fervientemente para lograr desenredarlas. Se vuelven a replicar ciertos mecanismos pero bajo nuevas formas que finalmente muestran que la reflexión no ha permeado del todo”. Aún así, defiende esta vuelta de los 90 y busca marcar la diferencia de esta revisita, quedándose solo con lo positivo. “Estudiar una época permite visualizar parte o la mayoría de sus variables. Lo que explica que no funcionan concatenadas, si no que son algunos de sus elementos o grupos de ellos, los que podemos poner en perspectiva”.
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