En Chile, la actividad sexual comienza en promedio a los 16,5 años, según la Encuesta Nacional de Juventudes 2022. La psicóloga clínica Valentina Carvajal (@vale.carvajal) aclara que este concepto incluye no solo relaciones con penetración, sino también otras prácticas como el sexo oral, la masturbación mutua y las caricias eróticas. Además, resalta que las interacciones digitales con contenido sexual, como el sexting, también forman parte de la actividad sexual adolescente en este rango etario. “Incluso las videollamadas íntimas pueden entrar en esta categoría”, recalca.

Hoy en día, los adolescentes tienen acceso a una variedad de plataformas donde pueden explorar su sexualidad, lo que los pone en riesgo de ser manipulados para realizar actos sexuales sin ser completamente conscientes de la presión o coacción que los rodea. Aunque muchos saben cómo manejar la tecnología, a menudo no tienen la madurez emocional para reconocer cuando están siendo controlados, ya sea en un entorno digital o en una relación personal.

En este contexto, las redes sociales juegan un papel importante al reforzar comportamientos tóxicos como el control y los celos, que se presentan como parte de las relaciones pasionales. “Es muy grande el impacto que tienen las redes en la normalización de la manipulación sexual en las relaciones por la cantidad de frases que dan vuelta, que romantizan el control y los celos. Además, potencian lo que ya traían las películas o publicidades sobre la pasión en el amor, que cruza el límite de control y toxicidad”, revela Carvajal.

Sin embargo, la manipulación en las relaciones adolescentes no se limita al ámbito digital, sino que también puede surgir en interacciones cara a cara, en las que los límites y el consentimiento pueden ser vulnerados de manera sutil. Por esto, es crucial que padres y madres aborden el tema con sus hijos, ayudándoles a identificar estas situaciones, ya sea en el entorno digital o en sus relaciones personales, y a protegerse de los riesgos asociados.

Según la psicóloga, para hablar con los hijos sobre manipulación sexual, es esencial que comprendan qué diferencia a una relación sana de una manipulativa. En una relación sana, se respetan los límites y las decisiones se toman sin presiones. En cambio, la manipulación se basa en el control, la culpa y el miedo. “En una relación sana ambos se cuidan y toman decisiones sin presiones; en la manipulación, hay coerción, culpa o miedo”, detalla Carvajal.

Entre las formas más comunes de manipulación sexual, la especialista señala:

  1. Presión para tener relaciones sexuales: Puede manifestarse mediante insistencia directa, traspaso progresivo de límites no acordados o chantajes emocionales como “si no lo hacemos, voy a mirar a otras”. 
  2. Uso de alcohol y drogas: Incentivar el consumo de estas sustancias con la intención de aprovecharse de la vulnerabilidad del otro. 
  3. Minimizar o ridiculizar la incomodidad del otro: Frases como “todos hacen esto” o “no es para tanto” buscan invalidar los límites de la pareja. Esto también ocurre respecto al uso de anticonceptivos y la prevención de enfermedades de transmisión sexual, promoviendo la coerción sexual bajo la idea de que es “su deber” satisfacer al otro. 
  4. Exposición o chantaje con material íntimo: Con el aumento de la conectividad, es común la presión insistente para obtener fotos o videos sin consentimiento, los que pueden luego usarse como amenaza para exigir más contenido. 
  5. Uso de frases manipuladoras:  Expresiones como me harías muy feliz si hicieras esto por mí“, “si realmente me amaras, te importaría que yo esté feliz”, “no te pongas así, sólo es un juego, no pasa nada”, “tienes que confiar en mí, no te haría daño” y “las parejas que se aman hacen esto, buscan generar culpa y presión en la otra persona, haciendo que ceda a algo que no desea. 

¿Cómo pueden ayudar padres y madres?

Hablar sobre estos temas puede ser difícil para las madres y padres, pero es clave para prevenir la manipulación sexual. La psicóloga Valentina Carvajal y la psicopedagoga Andrea Sanhueza (@andreasanhuezac) destacan algunas estrategias para acompañar a los hijos en este proceso.

  • Fomentar el diálogo sin juicios: “Es importante crear espacios seguros y cómodos para hablar de sexualidad sin miedo a ser sermoneadas o castigadas, escuchando con empatía y validando sus emociones”, señala la psicóloga Valentina Carvajal. La comunicación debe ser constante y natural, no una única conversación solemne. Con niñas más pequeñas, se parte con el respeto al cuerpo y los límites personales; con adolescentes, se abordan temas como consentimiento y manipulación emocional. Además, el alarmismo y la prohibición pueden generar miedo y debilitar la confianza. En lugar de centrarse en los riesgos, es mejor entregar herramientas para gestionar situaciones incómodas. 
  • Enseñar a identificar y responder ante la manipulación: La mejor forma de prevenir estas situaciones es hablarles directamente sobre manipulación y consentimiento. Carvajal destaca que este debe ser libre, sin presiones y siempre reversible, es decir, se puede cambiar de opinión en cualquier momento. También es clave modelar con el ejemplo: que las madres y padres muestren formas asertivas de poner límites en sus propias relaciones ayuda a sus hijos a internalizar estos aprendizajes. 
  • Reforzar la autoestima y el amor propio: Una autoestima basada en la aceptación evita que los adolescentes busquen validación externa. La psicóloga sugiere que los padres validen y confíen en sus hijos, ayudándolos a desarrollar confianza en sí mismos. La psicopedagoga Andrea Sanhueza agrega que fomentar la independencia, celebrar logros, incentivar hobbies y promover círculos de amistad sanos son aspectos fundamentales para fortalecer la autoestima. Además, tener ejemplos de relaciones saludables facilita la comprensión de que el amor no debe incluir control ni presión. 

Hablar temprano: preparando a los adolescentes para el respeto

La psicóloga clínica Cindy Moreno, especialista en salud mental y puerperio, subraya la importancia de enseñar el respeto por el propio cuerpo desde la infancia, cuando los niños comienzan a reconocer su genitalidad. Según la experta, es fundamental explicarles que su cuerpo les pertenece, que pueden establecer límites y que no deben guardar secretos con adultos, lo cual fortalece su autonomía. También, Moreno resalta la necesidad de evitar mensajes contradictorios que invadan su privacidad, ya que criar con respeto y validar su autonomía les brinda las herramientas necesarias para defender sus límites en la adolescencia y adultez.

Por su parte, la psicóloga Valentina Carvajal señala que estos temas deben ser abordados de manera continua, adaptándose a la edad de los niños. Entre los 3 y 5 años se introduce el conocimiento del cuerpo y los límites; entre los 6 y 9, el concepto de consentimiento y la diferencia entre secretos buenos y malos; entre los 10 y 12, la presión social, la manipulación emocional y los cambios de la pubertad; y, a partir de los 13 años, dependiendo de cada adolescente, se habla directamente de la manipulación sexual.

Sin embargo, Moreno reconoce que en muchas familias estos temas no se han tocado desde la niñez, lo que puede dificultar la conversación en la adolescencia. En esos casos, recomienda compartir experiencias y errores propios para que los adolescentes vean a sus padres como referentes cercanos, más que como figuras impositivas. La educación basada en el amor y la comprensión, validando las emociones y evitando la distancia generada por el silencio, facilita una comunicación genuina y la confianza de los hijos. “Nunca es tarde para hablar con nuestros hijos”, concluye la especialista.

Además de la conversación en el hogar, existen diferentes recursos que pueden ayudar a los adolescentes a identificar la manipulación sexual. La psicopedagoga Andrea Sanhueza, sugiere algunos.

  • Libros: “Amor Zero” de Iñaki Piñuel, “Querido yo: cartas a tu adolescente interior” de Paulina Flores. 
  • Películas: “Thirteen” (2003), “The Duff” (2015). 
  • Cuentas en redes sociales: perfiles que promuevan la salud emocional y relaciones        sanas como @psicologíapráctica o @psicologa.solegrunert