Hace unas semanas, la empresa de asesoría en inversiones inmobiliarias, Tricapitals, hizo una publicación en Instagram que causó revuelo. Se trataba de un concurso que, en solo 48 horas, sorteaba el pie de un departamento de inversión de hasta $12.000.000. El post, que actualmente cuenta con 170 mil likes, se viralizó con fuerza y dio cuenta de una realidad que muchos chilenos y chilenas han tenido que sortear en los últimos años: el intrincado camino para alcanzar el famoso “sueño de la casa propia”. Según el Índice de Acceso a la Vivienda, desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción en 2019, un hogar con ingreso promedio en Chile necesita destinar todos sus ingresos durante 7,6 años para adquirir una vivienda. Así, nuestro país se encuentra bajo el indicador “severamente no alcanzable” de acceso a la vivienda, por sobre países como Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá y EE.UU.

En medio de esta crisis, ¿tienen las mujeres más barreras para acceder a servicios financieros como créditos hipotecarios? En su discurso por la Conmemoración Día Internacional de la Mujer, Rossana Costa, presidenta del Banco Central; sostuvo que -en general- la incursión de las mujeres en el mercado financiero ha mejorado en las últimas dos décadas. Así, actualmente por cada 3 hombres, hay 2 mujeres deudoras de créditos hipotecarios. Sin embargo, las mujeres aún siguen estando en una situación desfavorable. “Si bien en términos de participación las brechas se han estrechado en las últimas décadas, persisten diferencias en las condiciones de los créditos obtenidos. En los de consumo bancario, las mujeres registran en promedio mayores tasas de interés, menores plazos y montos inferiores que los hombres”, sostiene y agrega que, eso sucede así, aun cuando las mujeres -históricamente- han mostrado tener una mejor conducta de pago de sus deudas.

Según un estudio publicado en 2020 por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), las solicitudes de préstamo presentadas por mujeres en Chile tienen cerca de 15% menos probabilidades de ser aprobadas que las presentadas por sus pares masculinos. Para Jeanne Lafortune, doctora en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y académica del Instituto de Economía UC; esto se podría explicar por la brecha salarial que existe aún en el mercado laboral y que hoy alcanza un 20% de acuerdo a datos del INE. “Al tener ingresos laborales menores, las mujeres se enfrentan a que las instituciones financieras anticipen que van a tener una menor capacidad de pago. Para los créditos hipotecarios, que muchas veces son de largo horizonte, el hecho que la brecha laboral se agudice en el tiempo, complica aún más la situación de las mujeres frente a las instituciones que otorgan estos servicios”, dice.

A la brecha salarial se debe agregar el factor de cuidados y trabajo doméstico no remunerado. Según datos del INE, en 2020 un 33,9% de las mujeres declaró al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados como razón principal para no participar del mercado laboral. Eso ha generado que muchas no puedan dedicarse, de manera estable, a trabajar de forma remunerada y eso, a su vez, ha provocado lagunas en los historiales que hacen que los bancos no se atrevan aprobarles un crédito hipotecario. “De alguna u otra forma, obtienen menos créditos hipotecarios que los hombres, ya sea por diferencias en el trato o requisitos. Acceden a tasas más altas también. Eso podría ser porque varias deben ausentarse por motivos de cuidado y al tener esas responsabilidades, puede que abandonen el trabajo. Eso sí es considerado por los bancos al momento de ver la capacidad de pago”, dice Paola Jirón, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, e investigadora del COES. “Además, otro de los requisitos para el crédito es tener un pie ahorrado, pero muchas mujeres que son jefas de hogar y han pasado por la pandemia, probablemente no tengan eso. Quizás, no pudieron ahorrar o se gastaron la plata de los retiros en cosas para vivir, entonces ha sido más complejo. En 2020 las mujeres estuvieron con más inestabilidad laboral, menos capacidad de ahorro y más responsabilidades de cuidado”, agrega.

Aurora Sepúlveda, creadora de la plataforma La Contadora (@lacontadora.cl), ha visto en sus clientas -habitualmente, emprendedoras que necesitan apoyo en la administración de sus negocios- esta preocupación por no quedar con lagunas en los historiales, sobre todo al momento de enfrentarse al pre y post natal, que es cuando las mujeres salen del trabajo y acceden a licencias médicas por maternidad.

Tener ese buen comportamiento -dice Sepúlveda- no solo es clave para acceder al crédito hipotecario, sino también para que el sistema otorgue tasas de interés más bajas. “En mi caso, a los 23 años me compré mi primer departamento que más adelante vendí. Y me costó que me dieran un crédito por el nivel de ingreso. En ese tiempo pasó que a mi marido, que ganaba el doble, le dieron una tasa de un 3% y a mí de un 5,7%. Para los bancos si ganas un sueldo menor, tienes lagunas o incumplimientos, eres más riesgosa de no pagar, entonces te castigan”, dice y agrega: “Esa tasa se calcula caso a caso y al momento de establecerla, se considera todo. O sea, yo soy mamá de 3 niños, he tenido cesáreas, ocupo lentes y claramente, puedo ser más riesgosa en el proceso. Los bancos te hacen una evaluación con un enfermero/a antes de firmar la escritura y te preguntan todos esos detalles”.

Para las mujeres, ser propietarias de sus hogares es una necesidad fundamental, dice Georgina Baker, vicepresidente para América Latina, el Caribe, Europa y Asia Central de la Corporación Financiera Internacional (IFC); en la Revista América Economía. “No solamente genera repercusiones en sus condiciones de vida, sino en la capacidad para construir y hacer crecer sus propios negocios (instalados como base en sus casas)”, dice. Por su parte, Paola Jirón agrega: “Es relevante también por un tema patrimonial, porque las familias han cambiado. Antes si las mujeres estaban casadas, compartían propiedad con el marido; pero hoy no es así: hay cada vez más independientes y jefas de hogar. Entonces, en ese sentido, con pensiones tan baja e inestables, acceder a un crédito hipotecario para poder ser propietaria de un bien raíz es sumamente importante en términos de patrimonio”.

A pesar de lo inhóspito del sistema, aún se pueden tomar acciones para poder tener acceso a la casa propia. Aurora Sepúlveda recomienda estar atentas a ciertos bonos o incentivos estatales que puedan apoyar este proceso, como por ejemplo los subsidios otorgados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Además, sugiere planificarse con tiempo para ordenar las finanzas y poder cumplir así con los requisitos que exigen los bancos para el crédito hipotecario. “Hay que proyectar el crecimiento y cuidar el historial comercial para que esto vaya perfecto al banco. Porque si no, las personas se angustian mucho en el proceso. Con una organización de gastos, uno puede cuidar el presupuesto y así llegar a la meta. Obviamente siempre van a haber salidas o emergencias, porque es parte de la vida, pero por eso es clave una buena planificación de las lucas, sin mentirse a uno mismo”, finaliza.