Paula 1111. Sábado 22 de diciembre 2012.

De piel lisa, ojos de un inusual verde con dejo amarillo y sonrisa perfecta, Trinidad de la Noi pareciera que todavía no cae que salió segunda en el concurso que fue el trampolín de modelos icono como Linda Evangelista, Heide Klum y Gisele Bündche, a quien reconoce admirar profundamente. A días de ganar Elite Model Chile en 2012, concentró toda su energía en prepararse por meses para competir en el concurso internacional, que reúne a 63 modelos seleccionadas de todo el mundo. Medir 1,75 m de altura la hizo dudar de su éxito, pero no desistió. Tomó clases de pasarela una vez a la semana e hizo diferentes editoriales en Chile para soltarse ante la cámara. "Las modelos europeas miden de un metro ochenta para arriba, entonces nunca me hice muchas ilusiones", dice Trinidad con tono inocente.

El 20 de noviembre viajó rumbo a China y, 10 días antes del concurso, siguió con una intensa preparación de diez horas diarias que incluía pruebas de cámara, clases de pasarela, fotos y entrevistas y, a pura práctica, incluso, aprendió a hablar en inglés. "Cuando llegué a China con suerte decía hello, pero aprendí y me comuniqué perfectamente", cuenta.

"Para ser modelo hay que tener mucha actitud y personalidad. Si te da vergüenza hacer lo que te pide el fotógrafo, no vas a llegar lejos. La verdad es que a mí hay pocas cosas que me dan vergüenza", dice Trinidad de la Noi.

¿Cuándo nace tu interés por la moda?

Siempre quise ser modelo. Cuando chica hice hartos comerciales y ahí me di cuenta de que el modelaje era lo que me gustaba. Era mi sueño, de hecho cuando me preguntaban qué quería ser cuando grande mi respuesta siempre era "quiero ser modelo".

¿Cómo te cuidas para mantenerte en forma?

La verdad es que no hago dietas, nunca he hecho una. Lo que sí hago es mucho deporte. Soy atleta y compito en vallas, salto alto y garrocha. Además, soy seleccionada nacional, entonces como compito por Chile soy bien exigente,

entreno todos los días tres horas diarias.

¿Qué crees que le llamó la atención de ti al jurado?

Creo que la buena disposición. Había muchas que siempre andaban cansadas –porque era realmente agotador–, o que cuando se enojaban lo demostraban. Yo desde el primer día di lo mejor de mí. Estaba feliz y hacía lo que me pidieran y, aunque estuviera cansada, me reía. Los jueces de allá me felicitaron y me dijeron que era alegre y que tenía buena disposición. Creo que eso hizo la diferencia.

¿Qué sentiste cuando ganaste?

Pensé que era casi imposible quedar seleccionada entre las primeras tres, porque del grupo de quince finalistas era de las más bajas –de hecho, mido casi cinco centímetros menos que el resto–, y en Europa la estatura es muy importante.

Además, me jugaba en contra la edad porque en Europa no se puede trabajar antes de tener 16 años y el premio es un contrato con Elite Paris. Así que me sorprendí mucho. Como estoy en el colegio, voy a poder ir solo en las vacaciones, pero cada minuto que tenga lo voy a destinar a viajar adonde ellos me manden.

¿Cuáles son tus metas profesionales?

Me gustaría participar de las Semanas de la Moda internacionales y poder hacer editoriales para revistas como Vogue y Elle.