El universo negro de Alejandra Prieto

Hace tres años que casi todo en la vida de Alejandra Prieto (31) lo rodea el carbón mineral. Con ojo quirúrgico, lo corta y lo pule para construir réplicas de objetos tan cotidianos como un par de zapatillas. Hace poco se mudó a Nueva York, donde prepara una exposición para el Y Gallery.




Paula 1090. Sábado 3 de marzo de 2012.

Trozos de chocolate, carne, jalea y piel de pescado. Esos eran los materiales preferidos de la artista visual Alejandra Prieto (31) cuando construía sillas en miniatura de famosos diseñadores como Marcel Breuer. Hasta que se dio cuenta que la operación –con la que ya había realizado varias exposiciones en galerías de Santiago– se estaba transformando en una ingeniosa ocurrencia que varios repetían. Entonces, un día hizo un cerrito con carbón de parrilla: llevaba un buen tiempo buscando un material con el que pudiera representar las partes negras de las sillas que quería replicar y le pareció que tal vez eso podría funcionar. El resultado la sedujo tanto que decidió experimentar con el carbón mineral que, a diferencia del vegetal, es más duro y compacto, por lo que se puede esculpir mejor. "Al cortarlo y pulirlo me di cuenta de sus características reflectantes y me gustó jugar con esa nueva lógica del carbón en mis esculturas. Me atrajo de inmediato, y consideré que era el momento para relacionarlo con problemáticas sociales. Es un material bastardo que nos refiere históricamente a la minería: a un trabajo pesado e ignorado", cuenta la artista.

Al principio fue difícil, desde encontrar dónde comprarlo sin que la engañaran por el precio o la calidad hasta dar con un lugar donde trabajarlo sin que los vecinos se molestaran por el polvo y el ruido. Pero después de tres años trabajando con el mineral, ya nada de eso es problema. El carbón lo encarga a un dueño de pequeñas minas en Curanilahue, una comuna de la provincia de Arauco, al sur de la Región del Biobío, se mudó a una casa abandonada de su familia en Melipilla para instalar ahí su pequeña fábrica sin molestar a nadie y encontró unas máquinas que funcionan con agua, lo que le permite cortar y pulir el carbón sin contaminar ni levantar ese polvo que enferma de silicosis a los pulmones de los mineros.

Desde que trabaja con el mineral, Alejandra Prieto ha esculpido varios objetos como un par de zapatillas Nike que llevó a la Sexta Bienal Siart de La Paz (Bolivia), un pañuelo bordado de Hermès que exhibió en la galería Luis Adelantado, de Valencia (España) y una lámpara de lágrimas y espejo a gran escala, que expuso el año pasado en galería Die Ecke, bajo el título Lágrimas negras. Ahora prepara una exposición similar, pero esta vez basada en un gran espejo cóncavo de carbón que expondrá en abril en la prestigiosa Y Gallery, ubicada en el centro de Nueva York como una plataforma para artistas emergentes de diversas nacionalidades. La muestra forma parte del premio que obtuvo al ser reconocida con el primer lugar de la Beca Arte CCU, que consiste en realizar una residencia por cuatro meses en el Internacional Studio & Curatorial Program (ISCP) de Brooklyn, lugar donde se acaba de instalar para trabajar en su nueva obra. "He grabado todo el proceso de fabricación del espejo cóncavo y lo quiero acompañar con lo que grabe en las minas de West Virginia a las que pienso ir desde Nueva York. Me entusiasma cómo eso se puede enganchar con el espejo: hay todo un esfuerzo físico en pulirlo que borra la rudeza del material y su extracción", comenta.

Mientras cursa una residencia artística en Brooklyn, Nueva York, por estos días Alejandra Prieto confecciona con ladrillos de carbon mineral un enorme espejo cócavo que expondrá en la Y Gallery de esa ciudad. Esta registrando todo el proceso y también quiere visitar las minas de West Virginia, para incluir las imágenes que grabe en la exposición.

"Me interesa hacer visisble los sistemas de producción y que la gente se cuestione sobre el trabajo que hay detrás de cada objeto. El carbón, al estar asociado al trabajo pesado, hace que mucha gente se pregunte cómo confeccioné mis obras y cuánto me demoré. Permite que se reconsidere ese trabajo y se reflexione en torno a él", explica Alejandra Prieto.

Un diamante en La Habana

El diamante es primo hermano del carbón: tienen la misma composición atómica, solo que con diferente organización. Ese dato fue el que inspiró a Alejandra Prieto a fines de 2011 cuando le encargaron una obra para la Bienal de La Habana, Cuba, que se realizará en mayo de este año. "Yo había estado antes en la isla y recuerdo que me llamó mucho la atención el diamante de 25 quilates que hay bajo la cúpula del Capitolio. Es sorprendente que dos materiales tan opuestos en significados puedan estar tan cerca. Un poco como pasa con el Capitolio en el contexto de La Habana, donde esa arquitectura fastuosa contrasta con la pobreza del entorno", explica la artista que en un par de meses viajará a La Habana para exponer la replica en carbón que hizo del ostentoso diamante cubano.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.