Embarazos compartidos: una tendencia que crece en parejas de mujeres

ROPA



Katherine Castillo y Yizlace Uzcategui se conocieron en la universidad, mientras ambas estudiaban informática en Caracas, Venezuela, y desde allí, nunca más se separaron. De eso ya han pasado casi 16 años.

A los pocos años de conocerse, empezaron a conversar sobre la posibilidad de convertirse en madres, pero se lo trazaron como una decisión de futuro, cuando estuviesen estables en distintos ámbitos de su vida. Hace siete años viven en Chile y hace poco menos de dos, fueron madres de Gael, a quien describen como inteligente, curioso, activo, lleno de energía, y muy sociable.

Para ambas era un sueño ser madres, y por eso, comenzaron a buscar opciones para hacer una inseminación artificial. Era la opción que conocían, pero averiguando sobre alternativas, un doctor les preguntó si conocían el método ROPA, o Recepción de Ovocitos de la Pareja. Dijeron que no. Este método habría una posibilidad desconocida para ellas hasta entonces: ambas podrían participar activamente en la concepción de su bebé, una como donante de sus óvulos y la otra como madre gestante.

Era un procedimiento más complejo y también más costoso, comentan, y lo pensaron durante un año hasta que tomaron la decisión. “Gracias a Dios la ciencia nos dio la posibilidad de que las dos pudiéramos participar en el embarazo de nuestro bebé”, recalcan. Katherine, hoy de 34 años, fue la donante y Yizlace, actualmente de 36, fue la gestante. A fines de este año buscarán hacerlo otra vez, pero ahora al revés.

Después de una serie de exámenes en la clínica de fertilidad SG Fertility, uno de los primeros pasos fue elegir el donante, lo que hicieron en la plataforma de Criobank, de California. Luego vino la sincronización de sus menstruaciones, cuentan. Esto, explican, porque debe coincidir la estimulación ovárica para la extracción de ovocitos con la preparación endometrial de la receptora para transferir el embrión. Con todo eso ya en marcha y después de todo el proceso de medicamentos e inyecciones, a Katherine le extrajeron sus ovocitos y cinco días después le estaban transfiriendo el embrión a Yizlace. “En ese momento el doctor nos mostró en la pantalla una fotito del embrión. Uno no entiende mucho, pero de inmediato lo ama”, cuentan emocionadas, mientras muestran la foto del embrión que tienen colgada en el living de su casa.

Once días después llegaba la noticia: estaban embarazadas. “Fue la mejor noticia de nuestras vidas”, dicen. “Desde ese primer día la vida nos cambió completamente. La primera vez que escuchamos latir el corazón sentimos una emoción indescriptible. Fue un embarazo tan deseado, que es algo que no tiene palabras ni explicación, es súper maravilloso”, concuerdan.

La doctora Lorena Pardo, especialista en fertilidad de SGFertility, explica que este tipo de tratamientos los ofrecen en su establecimiento desde 2017, cuando comenzaron a operar. Explica eso sí que, una década atrás, estos ciclos de tratamientos eran muy escasos, pero hoy la realidad ha cambiado. “Prácticamente todas las parejas de mujeres que tienen deseo de formar una familia y que vienen a nuestra clínica están solicitando el método ROPA”, indica, y agrega: “Estos tratamientos han aumentado de forma explosiva”.

Aportar lo genético y lo epigenético

La doctora Pardo explica que si bien la que dona efectivamente es la que aporta el material genético, todas las pacientes receptoras -ya sea de óvulos donados anónimamente, como en el caso de una ovodonación o de óvulos donados de la pareja en el método ROPA-, le transmiten a la guagua que se está desarrollando lo que se llama la epigenética, que corresponde al proceso de expresión o silenciación de los genes. “Pensar que una mujer gestante es quien va a entregarle a esa guagua la nutrición, la respiración, la inmunología, sus hormonas. En definitiva, le va a entregar todo a través del cordón umbilical a ese nuevo ser, y esa unión que uno tiene desde la perspectiva emocional y biológica con una guagua que lleva en su vientre y se está desarrollando por nueve meses, obviamente que no es trivial en relación al vínculo”, indica la especialista.

Asimismo, explica que la gran mayoría de las veces, las parejas de mujeres vienen con la idea clara de quién va a gestar y quién va a donar. De todas maneras, en la clínica las aconsejan sobre cuál sería la mejor opción en torno a la donación, basado fundamentalmente en factores de edad y de reserva ovárica. Aún así, explica, esto no es excluyente. “Si la pareja que va a donar tiene un peor pronóstico y quiere optar por el uso de sus óvulos, se puede hacer. Uno les aconseja cuál podría tener mayor rendimiento y posibles mejores tasas de éxito, pero esto es hablando de la perspectiva médica. Es fundamental y debemos considerar también la perspectiva emocional y de lo que la pareja quiere hacer”, señala la especialista.

ROPA

En el caso de Katherine y Yizlace, en el embarazo de Gael optaron porque la segunda fuera la gestante porque era la mayor. Sin embargo, reconocen que lo hicieron solo pensando en el embarazo, y no tuvieron en cuenta que los ovocitos con la edad van perdiendo calidad. Este año Yizlace intentará hacer la donación de ovocitos para que Katherine sea esta vez la gestante de su segundo bebé.

Con todo, señalan que si bien este método de embarazo compartido les dio una gran posibilidad, creen que sin este se hubiesen sentido ambas igual de madres de su hijo. “Ahora me toca ser la madre donante y, en el peor de los casos, si mis óvulos no sirven, el embarazo lo va a llevar Katy con sus ovocitos que ya están congelados desde antes y ese otro bebé va a ser tan mío como Gael, no habrá ninguna diferencia porque ambas hemos estado desde el primer día en el procedimiento y es algo que siempre hemos querido”, indica Yizlace.

Ventajas en el apego y en el cuidado de la salud mental

Mónica Elgueta es la psicóloga que comenzó a armar todo el proceso de acompañamiento de estos tratamientos en SG Fertility, donde trabajó alrededor de dos años y medio. Hoy la terapeuta trabaja en la Clínica Santa María y en el Centro Mettabolic, y señala que el método ROPA tiene muchas ventajas para las mujeres que lo eligen.

Primero, explica, hay una sensación de que ambas comparten la maternidad desde distintas perspectivas, por esto de lo genético y lo epigenético. También, este método permite una mejor adaptación y comunión con la sensación de que es un hijo mutuo, lo que es muy ventajoso para el apego y para el cuidado de la salud mental de las participantes del método y para el futuro del niño o niña, por lo que disminuye los conflictos que puedan tener a futuro respecto de los lazos biológicos, señala Elgueta.

La psicóloga recalca que es importante realizar este método con acompañamiento psicológico dado que en el proceso se trata de acompañar para ir resolviendo las distintas preocupaciones que se van presentando, y algunos fantasmas que las madres pueden tener, como podría ser el futuro de estos niños y niñas, y cuáles serían los problemas que pudieran presentar una vez que entren al colegio, o cómo se recomienda hacerlo en el ámbito social, entre otros. “La idea es poder ayudarlas y acompañarlas en un proceso que podríamos plantear como un “duelo social”, es decir, hacer algo que la sociedad no espera de mí, y ahora que lo hice, cómo voy haciendo ese camino. Hay que ayudarlas en los estresores que se van presentando en lo cotidiano, tanto en los procesos de fertilidad, como en el propio camino de la maternidad”, sostiene.

La profesional sugiere ir viendo los paso a paso con la parte médica -por ejemplo, en torno a las limitaciones biológicas que este método podría tener por temas de edad o calidad de los ovocitos-, e ir acompañándose siempre de personas que conozcan el tema desde el ámbito psicológico, además de redes de apoyo, grupos o familias que tengan experiencia con este tipo de cosas. “Las redes de apoyo son protectores de la salud mental”, indica.

Por último, recomienda que las mujeres que acceden a este tratamiento lo hagan de manera consensuada con su pareja, y habiéndolo conversado y acordado los tiempos, roles, y distintas cosas estratégicas considerando las realidades de cada una.

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