En Chile, menos del 2% de los niños nacidos de madres con VIH adquieren el virus
Un análisis que evaluó a 4.500 niños nacidos de madres con VIH hasta el año 2022, demostró que hay una baja en la tasa de transmisión que se debe, entre otros factores, a medidas sanitarias efectivas. Estas incluyen controles prenatales tempranos con detección del virus, tratamiento antirretroviral para las madres, programación de cesáreas y sustitución de la leche materna. Cabe destacar que, sin tratamiento, la transmisión vertical puede alcanzar hasta el 35%.
La transmisión vertical del VIH, que ocurre durante el embarazo, parto o lactancia, también conocida como transmisión perinatal, es un problema que puede ser controlado e incluso reducido aún más con precauciones sanitarias adecuadas. Aunque Chile ha logrado avances significativos en las últimas décadas, preocupa el aumento reciente en el número de personas con VIH. Dado que la mayor incidencia se concentra en la edad fértil, esto ha incrementado la prevalencia de VIH en mujeres embarazadas (Loyola et al., 2021). Para enfrentar este desafío, es crucial observar las prácticas de países que han reducido su tasa de transmisión a menos del 1%.
Detectar tempranamente el estado seropositivo en mujeres embarazadas es esencial para prevenir la transmisión al recién nacido. La detección oportuna permite acceder a tratamientos que reducen la carga viral, mejoran la salud de las madres y disminuyen las complicaciones asociadas al VIH. Esto no sólo asegura una mejor calidad de vida para ellas, sino también para sus hijos. Incluir al padre es fundamental.
Es importante considerar que la vulnerabilidad socioeconómica tiene un impacto significativo en las mujeres seropositivas embarazadas. Aquellas con menos recursos y menor nivel educativo están más expuestas a riesgos de efectos adversos y enfrentan mayores desafíos emocionales debido a su situación económica, social y cultural. Por ello, es fundamental implementar una intervención integral que incluya acompañamiento psicosocial perinatal y un enfoque en salud mental.
Por otra parte, especialmente pensando en aquellas mujeres que quieren ser madres y poseen VIH, es fundamental que cuenten con información clara y accesible sobre su condición, el proceso de gestación, las opciones de tratamiento, los riesgos para ellas y de transmisión y las medidas necesarias para minimizarlos.
En conclusión, para continuar reduciendo las cifras de transmisión vertical, es indispensable fomentar la información y educación en torno al VIH. La sensibilización y el acceso a controles de salud son claves en este proceso. Esto requiere priorizar este tema en la agenda de salud pública y renovar el compromiso con la reducción de la transmisión vertical del VIH en nuestro país.
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