“No basta con ahorrar, hay que invertir”, dice en una publicación de Instagram la experta en educación financiera Romina Capetillo (@romicapetillo). Este espacio –que Romi creó en plena pandemia– lo usa para publicar contenido sobre educación financiera, que es hoy su pasión. Pero no siempre fue así. Su acercamiento surge de la experiencia propia de haber atravesado una crisis financiera en la que llegó a deber hasta 40 veces lo que ganaba. “¿Por qué caí ahí? La respuesta es simple: porque no sabía gestionar mi dinero. Aunque suene súper básico, gastaba más de lo que ganaba y eso hizo que tomara malas decisiones con respecto al dinero. Cuando intenté salir de estas deudas me di cuenta de la poca educación financiera que había en nuestro país. En ese momento (2015) busqué en Internet cursos de educación financiera y me costó mucho encontrar. Por eso me propuse alguna vez hacer algo que me permitiera ayudar a que las personas no se endeuden y terminen viviendo mi experiencia”, cuenta.

Y lo logró, pues hoy la siguen casi 45 mil personas que a diario le escriben con preguntas sobre sus finanzas personales. Como los 2,291 usuarios que dejaron un like en su publicación sobre la importancia de invertir y no solo ahorrar, con la que además Romina promociona uno de sus talleres que lleva el mismo nombre. En esa ocasión, más de 200 personas se mostraron interesadas por ser parte del taller, lo que demuestra que efectivamente nos sentimos perdidos y desprovistos de conocimiento en esta área. Lo que es grave pues, como dice, en finanzas el conocimiento es poder.

¿Por qué tenemos tan poca educación financiera y cuáles son las desventajas de esto?

No sé por qué, pero sí estoy segura de que debería ser parte de la educación escolar. Obviamente a niños de cinco años no les vas a enseñar de inversiones, pero sí se puede, de una manera básica y simple, hablarles de cómo se consigue el dinero o la importancia de ahorrar. Y es que las finanzas también son emocionales, uno se mueve con el dinero de acuerdo a sus emociones y la mayoría de las decisiones que tomamos en el día están ligadas al dinero: hago tal panorama o no, me compro tal cosa o no, y por tanto tenemos que aprender a relacionarnos con él y a tomar buenas decisiones financieras. Además de conocer quiénes somos nosotros frente al dinero, si somos personas precavidas o arriesgadas, porque eso también va dando señales de cómo movernos. Y no se trata de hablar de temas técnicos ni aprender de la gran economía, solo de saber y hablar de plata.

Pero nos enseñaron desde niños y niñas que no se habla de plata, que eso es de mala educación…

No sé de dónde viene el tabú de no hablar de plata, pero nos ha hecho mucho daño. Yo ahora siempre hablo, comento y pregunto, sin meterme en el bolsillo ajeno por supuesto, pero tengo muy incorporado que sea parte de la conversación. Y es que si vamos compartiendo la forma en que cada uno administra su plata, también nos vamos nutriendo y eso es positivo. Conocer las estrategias de inversión que tienen otras personas o su planificación, puede ser de gran ayuda.

¿Cuáles son los principales errores que cometemos al momento de organizar nuestras finanzas personales?

No tener claridad de cuánto uno gasta, porque no tenemos la costumbre de llevar un presupuesto mensual y eso es super importante. El presupuesto mensual debe ser el ‘desde’ de las finanzas personales. En un excel, en un cuaderno o donde más acomode. De hecho, hoy hay aplicaciones que lo hacen mucho más sencillo, pero la idea es que sepamos en qué estamos gastando nuestra plata, porque visualizar cómo gastamos es la única manera de tener un orden y saber por dónde puedo cortar. Y al contrario, nos permite ver cuándo tenemos la holgura para hacer un gasto extra. Lo peor es dejar esto a la intuición: ‘yo creo que he gastado tanto’. Generalmente nuestra impresión de cuánto gastamos, es menor que en la realidad.

¿Por qué dices que en las finanzas el conocimiento es poder?

Porque mientras más sabes de tus finanzas, con mayoridad seguridad te vas a mover. Uno tiene que avanzar igual, pagar cuentas, vivir, pero cuando lo haces sin conocimiento, a ojos cerrados, tienes más posibilidades de equivocarte. Al contrario, si tengo más conocimiento, mis decisiones pueden ser más asertivas y liberadoras, pues muchas veces nos quedamos en un trabajo o en una relación que no nos hace felices porque no tenemos el control de nuestras finanzas y dependemos de los demás. Por eso digo que ese conocimiento es poder.

Igual muchas personas no es que no sean ordenadas ni quieran ahorrar, es que simplemente no pueden.

No es un secreto que los sueldos en Chile no son acorde al costo de vida. Pero hoy han aparecido plataformas que han permitido democratizar el ahorro y la inversión. Hace no muchos años atrás solo las personas que tenían más plata podían invertir, para partir te pedían mínimo 100 mil pesos, pero hoy puedes partir hasta con mil pesos con estas plataformas que han revolucionado la industria de las inversiones. Obviamente con ese monto no me voy a hacer millonaria, pero el trasfondo de partir ahorrando mil pesos al mes es generar el hábito, aprender o familiarizarse con estos instrumentos y, por último, que el tiempo y la acumulación tienen resultados. Aunque se parte con mil pesos al mes, ya es más que cero. Y con el tiempo eso va a crecer. Pero es un ejercicio importante, porque tener las finanzas ordenadas es al mismo tiempo tener tranquilidad y libertad. Así al menos lo sentí yo cuando terminé de pagar mi deuda: como terminando una condena y volviendo a ser libre de elegir en qué quería gastar mi plata.