Para la médico sexóloga de la Escuela Transdisciplinaria de Sexualidad, Magdalena Rivera, hay varios factores que pueden perjudicar la vida sexual de las personas. Uno de ellos, especialmente presente en la actualidad, es la falta de tiempo libre, sobre todo en aquellas parejas con hijos: “En Chile, con todos los temas que estamos enfrentando, ya sea en el ámbito laboral, doméstico y familiar, hay poco tiempo para divertirse y pocas redes de apoyo. En el caso de aquellas familias con hijas e hijos, muchas veces no está la opción de acceder a ayuda en el cuidado. Antes quizás estaba la mamá, la tía o algún familiar, pero con el aislamiento ya no existe esa opción”.
Para dar solución a este problema, la sexóloga considera importante darse este tipo de espacios y no dedicarle las horas de sobra, así como también, no esperar a que sean eventos espontáneos. “Muchas veces se espera que sea espontáneo pero para que sea así, debe haber tiempo libre. Por lo tanto, hay que dedicarle un espacio protegido tanto a la sexualidad como a la intimidad en general”, comenta Magdalena.
El nivel de estrés que circula también puede convertirse en un enemigo dentro de la vida sexual de las personas. Existen altos niveles de estrés provocados por la sobrecarga laboral, doméstica, el miedo a enfermarse y por la falta de momentos de autocuidado. De acuerdo a la especialista, esto puede afectar tanto a nivel fisiológico como psicológico: “Para disfrutar de estos momentos íntimos, debe existir cierto nivel de relajo y en estos casos el cuerpo se encuentra muy tenso. Psicológicamente el estar con muchas cosas en la cabeza, afecta al deseo”.
Otro enemigo muy común es el desconocimiento del propio cuerpo, es decir, no conocer aquellos estímulos que provocan placer, qué tipo de actos les genera goce, si prefieren los juegos previos o no, etc. El autoconocimiento es una gran herramienta para poder disfrutar de mejores encuentros sexuales, ya que se alcanza un mayor placer y se disfruta con libertad.
“Otro de los aspectos que afectan negativamente la vida sexual de las personas, es que no saben comunicar aquello que les gusta, sus fantasías o deseos, lo cual es fundamental. Y el tema es que no estamos acostumbrados a hablar de la sexualidad”, comenta Magdalena. Según explica, puede ocurrir que, teniendo grandes vínculos, hay parejas que no saben comunicarse sexualmente y, en parte, se debe a la falta de educación sexual en casa. “Y como nunca se habló, no tenemos mucho entrenamiento en cómo tocarlos. Además existe la falsa idea de que al haber amor, estos temas mágicamente estarán bien y no siempre es así, ya que hay que aprender a comunicar y atreverse a hacerlo”, asegura la médica sexóloga.
Finalmente, encontramos a las exigencias establecidas en la sexualidad, ya sea cumplir con un número predefinido de encuentros, el rendimiento y otras. Para Magdalena, los encuentros sexuales hay que verlos como una posibilidad para quienes quieran vivirlo y no como una obligación. “A los hombres, por ejemplo, les aparece mucho esto del rendimiento o de la frecuencia, lo que finalmente se convierte en un enemigo porque esto no es una tarea. De hecho, hay personas que no logran disfrutar del acto porque están pendientes de cómo lo están haciendo, de cuanto van a durar, etc. Se está en el deber, en la tarea y no en los estímulos que están funcionando”, concluye.