Erotismo súper ventas
<strong>Coinciden dos libros para mujeres y escritos por mujeres, traspasados por lo masculino: la trilogía Cincuenta sombras, novelas de corte sadomasoquista que han vendido más que Harry Potter, y el ensayo Capital erótico, que desempolva la vieja y machista idea de que a las lindas les va mejor. </strong>
Paula 1101. Sábado 4 de agosto de 2012
Coinciden dos libros para mujeres y escritos por mujeres, traspasados por lo masculino: la trilogía Cincuenta sombras, novelas de corte sadomasoquista que han vendido más que Harry Potter, y el ensayo Capital erótico, que desempolva la vieja y machista idea de que a las lindas les va mejor.
El best seller
Los protagonistas se llaman Anastasia Steele y Christian Grey, y sí, la siutiquería campea junto al erotismo básico y calen- tón, supuestamente refinado: el multimi- llonario Grey le ofrece su amor a la joven estudiante Anastasia, bajo la condición que le permita dominarla física y emocio- nalmente para cumplir así sus exigencias eróticas, que van del juego de personajes a las ataduras y los golpes. El sexo sado- masoquista, con escenas explícitas, nunca hardcore pero sí bien subidas, han resulta- do irresistibles para millones (literalmen- te) de mujeres, el mercado lector más importante para cualquier best seller: solo en Inglaterra ha vendido 4 millones de ejemplares, y en Chile se volvió el libro más vendido apenas llegó. Cincuenta sombras de Grey es la traducción al caste- llano de la primera parte de una trilogía romántico-erótica y sigue con Cincuenta sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas. Su autora, E.L. James, es una total desconocida, londinense, ejecutiva de televisión, casada y madre de dos hijos. Parece ser que en la fascinación por el libro opera el oscuro deseo femenino de ser dominada, además del facilismo sin gusto que suele caracterizar a la literatura de consumo. (Grijalbo, en librerías).
El ensayo
EL sociólogo francés Pierre Bordieu desarrolló la tesis de los tres elementos básicos que definen actualmente el éxito de una persona: el capital económico (la plata), el capital humano (la educación) y le capital social (las relaciones). Ahora, la inglesa Katherine Hakim, ligada al liberal London School of Economics, propone que existe otro elemento básico: el capital erótico, nombre del ensayo de 400 páginas en el que explica que la sensualidad, atributo mayormente femenino, ha estado ausen- te de la reflexión teórica a causa de los prejuicios. Según ella, la sen- sualidad es un atributo tan importante como los otros, que puede ser innato o cultivarse, e incluso es igualitario: "Dado que funciona, debe- ría usarse sin sentimiento de culpa, y es un potencial que no depende de la clase social", escribe. Su propuesta es clara: en un mundo domi- nado por los hombres, las mujeres pueden y deben usar su atractivo físico para conseguir mejor sueldo (se supone que la gente bonita gana hasta 15% más que los comunes y feos) y una posición más alta en la vida. Según Hakim, hay un puritanismo feminista anglosajón y un machismo atávico que condenan este poder, y no hay por qué seguir creyendo en la superioridad moral de la falta de libido. (Debate, disponible en www.buscalibros.cl y en ebook).
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