Ha dicho que no le desea a nadie la carga de ser America’s sweetheart o “la novia perfecta”, ni ninguna de las muchas etiquetas que le han puesto durante su carrera. Es que esta actriz de 51 años dice que no hay nada mejor que ser una misma y no darle explicaciones a nadie. Es dulce, inteligente, bonita y divertida, pero hace un par de años se aburrió de ser quien el resto esperaba que fuera, y desde entonces la suya ha sido una lucha contra la complacencia.

“No hay arrepentimientos, solo aprendizaje”, dice. Asegura que es normal equivocarse, sufrir y que mientras más una ama, más duele todo. Pero le encanta. Aburrida de dar explicaciones de su vida amorosa, se dedicó a hablar de los beneficios de ser auténtica. Es una gran defensora de la terapia sicológica, y para ella se trata de un espacio de encuentro con sus peores y mejores versiones. “Me parece que es un gran camino para encontrar la paz”.

Y es que ya no tiene miedo de decir lo que piensa. Cree que la maternidad es aterrorizante y no sabe si quiere tener hijos. Confiesa que es adicta al reality de las Kardashians y con el tiempo ha dicho que odiaba el corte de pelo que se popularizó durante los 2000 con el nombre de su personaje. “Ha sido el corte de pelo más horrible que he tenido”.

  • Se demoró años en asumir que tenía dislexia, y una vez que se amigó con el diagnóstico lo único que sintió fue alivio.
  • Rechazó un trabajo en Saturday Night Live para apostar por el piloto de Friends.
  • Originalmente fue seleccionada para ser Mónica y Courtney Cox para ser Rachel, pero luego de un par de ensayos se revirtieron los roles.
  • Se estima que su patrimonio supera los 300 millones de dólares.