La luna de miel no dura para siempre. Sin embargo, entre el idilio inicial de una relación que recién comienza y sentirse aburrido de la pareja, existe una gran diferencia. Y cuando se llega a esta segunda fase, para la mayoría, se enciende una alarma. ¿Aburrirse en una relación es la señal inequívoca del inicio del fin?
El aburrimiento es una emoción completamente normal en los seres humanos y, por muy incómoda que pueda resultarnos, no es necesariamente negativa. Tanto así, que John Kabat-Zinn, el precursor del Mindfulness y del vivir conscientes del momento presente, explica que cuando ponemos detenida atención al aburrimiento, éste puede volverse increíblemente interesante. Sin embargo, en el contexto de una relación de pareja aburrirse puede resultar particularmente desagradable. Esto porque nos hace cuestionarnos nuestra elección y el estado de nuestro vínculo con la otra persona. La pregunta que surge naturalmente es, ¿esta sensación de apatía es señal de algo más profundo? ¿vale la pena hacer algo al respecto o la solución es dejar las cosas hasta aquí?
Maite Baez, psicóloga y especialista en terapia de parejas @maitebaez_psicóloga aclara que pasar por momentos en los que hay aburrimiento e incluso desinterés en una pareja puede ser algo completamente normal. Sin embargo, la especialista enfatiza que la clave está en que estos episodios son precisamente eso, periodos breves dentro de un contexto específico. “Efectivamente hay parejas que llegan a terapia y consultan porque tienen esta vivencia en la que ya no lo están pasando tan bien. En la que ya las cosas no fluyen como antes”, explica. “Todas las parejas pueden pasar por momentos como estos, incluso etapas en las que nos desconectamos y eso no es necesariamente un motivo para alarmarse, pero sí que hay que tener cuidado”.
El principal problema según los expertos no está en el aburrimiento en sí. De hecho, de acuerdo con un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología, la mayoría de las personas se aburre regularmente y no es una experiencia agradable. La investigación conducida sobre una muestra de más de 3.800 adultos mostró que, a lo largo de un período de 10 días, el 63% de los encuestados reportó haberse sentido aburrido y asoció el aburrimiento a sentimientos negativos como soledad, tristeza, rabia y preocupación.
Y de la misma forma en la que es natural sentirnos aburridos en el día a día, aburrirnos en pareja no es necesariamente una señal de alarma ni la crónica de una muerte anunciada. Tal como explica Maite Baez, las alertas debiesen encenderse cuando el hastío se vuelve la norma y no la excepción. “Cuando el desinterés y la falta de motivación son el pan de cada día, ahí sí que tenemos que preocuparnos”, aclara la especialista. “En general, eso habla de que probablemente se ha ido descuidando la relación y de que, en alguna medida, no hemos ido nutriendo ni fortaleciendo los distintos aspectos del vínculo de pareja”. Agrega que esto es más común en relaciones largas. Sobre todo cuando las personas tienen la idea de que como pareja no es necesario tener un rol activo y que las cosas deben ser espontáneas. “Para cuidar la relación y para mantenernos entretenidos, motivados y conectados necesitamos ser activos”, explica Maite. La terapeuta comenta que, el mito del “vivieron felices para siempre”, es tremendamente nocivo en este contexto porque hace que las personas descuiden las relaciones. “Cuando nos vamos a vivir juntos o cuando formalizamos, comienza una nueva etapa en la que necesitamos nutrir, cuidar, fortalecer la relación y necesitamos ponerle energía a pasar tiempo juntos y a nuestra comunicación”.
Por otra parte, existen una serie de situaciones que pueden dar cuenta del aburrimiento o desinterés dentro de una pareja que muchas personas tienden a interpretar como un síntoma de que la relación está al borde del abismo. “Si le estoy dando mucha más prioridad a mis momentos solo, a mis momentos independiente y estoy prefiriendo tener panoramas con mis amigos solamente sin crear en momentos de calidad o panoramas entretenidos con mi pareja puede ser un problema”, explica Maite Baez. Agrega que, si bien compartir con amigos no tiene por qué ser una señal de que la relación es aburrida, si nos volcamos principalmente en amistades u otras personas y sentimos que no tenemos de qué hablar con la pareja o que se hace muy difícil sostener una buena conversación, sí es una situación preocupante. Otra instancia que da cuenta de un aburrimiento que puede ser problemático es el mantenerse callados. “El silencio o no hablar por sí mismo obviamente no es algo negativo. El silencio a veces puede ser un espacio muy rico, muy necesario y muy nutritivo. Pero acá estamos hablando de otro tipo de silencio. De este silencio que se instala más bien para evitar el conflicto y para evitar las discusiones o cuando el silencio más bien habla justamente del desinterés”, explica. “Acá es también cuando las redes sociales se toman el escenario y yo prefiero estar chateando con alguien o prefiero estar mirando Instagram en vez de conversar con mi pareja. Cuando ya ni siquiera nos ponemos de acuerdo para ver una serie juntos”.
Maite explica que lo fundamental para mantener una relación exitosa es priorizar por ella y cuidarla. El aburrimiento no es el principal enemigo de una pareja según la especialista, sino la desconexión que se esconde detrás de esta sensación de hastío y falta de interés. “Cuando no está la motivación, no está el ‘qué rico que vamos a estar juntos’ sino todo lo contrario, ‘¿qué vamos hacer? ¿de qué vamos a hablar?’”, comenta. “Eso nos habla muchas veces de una silenciosa desconexión, un silencioso distanciamiento. Quizás no estamos peleando pero nos estamos desconectando progresivamente. Nos estamos desconectando porque no estamos tomando acción y no estamos siendo proactivos en cuidar nuestra relación”, explica la especialista. Y eso es realmente el problema que se oculta detrás del aburrimiento. “Si tú quieres tener una relación vibrante, una relación que sea entretenida y que te llene profundamente, necesitas tomar el compromiso contigo mismo y con tu pareja de crear esa relación y de nutrirla”. Maite es enfática en aclarar que, si adoptamos una actitud pasiva, el aburrimiento va a llegar para instalarse como un tercer miembro de la relación, desgastándola. Explica que, trabajar en la relación es algo que debemos hacer de manera consistente tal como las personas que mantienen un buen estado físico hacen del ejercicio parte de su rutina de forma permanente. Y es que, tal como al inicio de un pololeo las parejas ponen gran esfuerzo y dedicación en crear instancias, panoramas y momentos de encuentro para pasar tiempo juntos, a medida que una relación avanza, ese esfuerzo tiene que seguir estando presente para que el aburrimiento sea la excepción y no la regla.