En la última década, la reflexión sobre las formas de amar y los vínculos sexoafectivos han tenido un importante protagonismo. Hace poco en Paula.cl publicamos una entrevista a June García, escritora feminista de 24 años que imparte un popular taller de lectura llamado NeoAmor, donde a través de textos clave sobre el tema, va desenredando esa enmarañada madeja del amor como construcción cultural. En esta entrevista June habla de cómo el príncipe azul, el matrimonio, la monogamia, la familia tradicional heteronormada y esa idea del amor para toda la vida y que todo lo puede, se ha ido poniendo en tela de juicio como la única opción de amarnos.
“¿Cuáles son las alternativas que surgen al amor convencional?”, le pregunta la periodista. “Básicamente todo lo que se denomina “no monogamia”. Se organizan según el tipo de no exclusividad que tienen. Por ejemplo, en las relaciones abiertas existe una exclusividad en lo amoroso, pero no en lo sexual. En las relaciones poliamorosas, por otra parte, no existe exclusividad ni en lo amoroso ni en lo sexual. Hay poliamores que son en cadena, donde tienes dos parejas que no están relacionadas entre sí, o poliamores cerrados, donde todos nos relacionamos con todos. Hay muchísima variedad. Lo beneficioso es poder romper con los esquemas tradicionales impuestos, porque la mayoría del tiempo no elegimos la monogamia conscientemente sino por algo cultural. Simplemente es asumir que el deseo sexual no es único, es ser realistas y honestos, no tiene nada de malo y no afecta necesariamente en el nivel de amor que tienes con alguien. El ser más abiertos y poder plantear nuestros deseos genera relaciones más auténticas, más profundas y transparentes”, responde June.
Pero todo esto que suena “ideal” o al menos mucho más liberador, no es tan sencillo –June también lo dice, es un aprendizaje constante–, porque muchos suelen confundir la no monogamia con completa libertad, y eso sería caer en un error. Así al menos lo explica la psicóloga mexicana Maynné Cortés, creadora de Laboratorio Afectivo (en Instagram @laboratorio_afectivo), quien dice que construir relaciones libres es complicado porque muchas veces no entendemos qué significa eso, ni cómo se hace. “Tenemos que entender que cuando hablamos de monogamia no sólo nos referimos a exclusividad sexoafectiva, sino que también a un sistema complejo que dicta la manera en la que nos han dicho que debemos construir nuestros vínculos”, explica.
Maynné aclara que “ideas tan arraigadas como la familia tradicional, el matrimonio y los roles de género en las relaciones forman parte del sistema de la monogamia y que aunque cada vez más personas buscan salirse del sistema, hay que entender su complejidad y hasta qué punto nos atraviesa, porque creer que simplemente dejar la exclusividad sexoafectiva nos va a ‘liberar’, es un error”. Según dice, construir amores libres no se trata de pasar irreflexivamente de la monogamia a otros formatos de relación. “Si hacemos esto sin un trabajo emocional de fondo, lo único que ocurre es que seguimos replicando los comportamientos nocivos –celos, posesividad, falta de individualidad, entre otros– que aprendimos desde la monogamia, en otros modelos de vinculación”, explica.
Por eso aconseja que la libertad en el amor se empiece a construir a partir de la reflexión, la responsabilidad y la consciencia, cuestionando no sólo nuestras formas de amar, sino que también la manera en que nuestros contextos las refuerzan. “Es un camino complicado y diferente para cada persona y vínculo. No tenemos que hacer nada que no queramos, ni sentirnos culpables por no poder cambiar de inmediato nuestras formas de vincularnos; finalmente son aprendizajes que han tardado una vida en construirse y desaprenderlos no es cosa fácil”.
En esto –agrega– la responsabilidad afectiva es clave. “Tenemos que acabar con esa idea de que no definir nada y sólo “fluir” sin ningún tipo de comunicación, es una relación libre. La falta de acuerdos no es libertad, es incertidumbre, angustia y malos entendidos. Toda relación, sin importar cómo la nombremos, necesita acuerdos claros sobre qué está permitido, qué no, cuáles son las necesidades de las personas que la integran y cómo se va a construir. Tener claro todo esto nos permite tener vínculos responsables y transparentes que nos dan seguridad y paz”.
Al final lo importante es encontrar espacios para hacer estas reflexiones, dialogar, encontrar prácticas y acuerdos que nos funcionen y nos permitan tener vínculos más sanos y felices. Como dice June en la entrevista, cuando le preguntan qué es el neoamor y cómo se construyen relaciones libres. “No puedo dar una respuesta sobre lo que es el neoamor, creo que la conclusión a la que he llegado –después de llevar varias versiones del taller– es la importancia de que nosotras mismas seamos capaces de elegir las relaciones que queremos tener, los bordes que queremos darle a ese vínculo”, y agregaría, siendo lúcidas, claras y responsables.