Llegó la primavera y con ella, los primeros rayos de sol y calor en Santiago. Un momento esperado por muchos después de haber pasado uno de los cinco inviernos más lluviosos del siglo; y también por sus efectos en la salud y bienestar general. Y es que con los días más cálidos y luminosos, nuestro cuerpo comienza a liberar una mayor proporción de las denominadas ‘hormonas de la felicidad’: serotonina, dopamina y oxitocina.

Sin embargo, no todos disfrutan de esta época del año. Con el florecimiento de las plantas típico de la primavera, aumentan las concentraciones de polen en el aire, un hecho que puede desencadenar las famosas alergias estacionales en personas sensibles a estas partículas. “Quienes tienen reacciones alérgicas responden de manera exagerada o anormal a sustancias que son inocuas para otros, como por ejemplo los pólenes de las flores o de los árboles”, afirma la broncopulmonar de la Clínica Las Condes, Paulina Barría.

Así es cómo se desarrolla la rinitis alérgica estacional, una enfermedad -de tipo inmune- que se caracteriza por una inflamación de la mucosa nasal -provocada por la exposición a alérgenos ambientales- y que genera diversos síntomas como estornudos, congestión nasal, picor en nariz, ojos y tos; algo muy parecido a lo que podría pasar en un resfriado. Entonces, ¿cómo diferenciarlos?

La inmunóloga de la Red de Salud Uc Christus, Teresa Peralta, explica que, en el caso de la gripe, aparecen otros elementos que permiten diferenciar el diagnóstico como malestar general, fiebre, dolor de cuerpo y garganta, y/o cefalea. Además, indica que habitualmente el tiempo del resfriado tiende a ser menor que el de la alergia estacional. “Los síntomas de un resfriado duran una semana o diez días, llegando a un peak de molestias y después viene una curva de descenso; mientras que la alergia es algo que se presenta por un período un poquito más prolongado de tiempo. Es decir, si afuera de mi casa hay un árbol que me da alergia y su polinización dura un mes, puedo tener los síntomas durante ese tiempo, más o menos, con la misma intensidad”.

De acuerdo a un artículo de la revista científica Offarm, entre un 10% y 15% de la población mundial se ve afectada por la rinitis alérgica, y aunque puede atacar a cualquier grupo etario, es más prevalente entre niños y jóvenes. Habitualmente suele tener fuerte componente hereditario, aunque también uno ambiental que desempeña un papel crucial en la sensibilidad a los alérgenos ambientales. “Las alergias son más comunes en ciudades industrializadas en comparación con áreas rurales, a pesar de que ahí pueda haber una mayor cantidad de polen y naturaleza. Eso es por la contaminación y la presencia de productos de combustión del diésel que provocan un efecto importante en nuestra mucosa respiratoria”, sostiene la dra. Teresa Peralta.

Para enfrentar de mejor manera esta temporada, las especialistas sostienen que los pacientes pueden tomar una serie de medidas preventivas con la idea de exponerse la menor cantidad de tiempo posible a los alérgenos del ambiente. En ese sentido, sugieren la utilización de mascarillas quirúrgicas y lentes de sol para poder cubrir nariz, boca y ojos, del polen que se encuentra en el ambiente. “Si vivo en un lugar de alta polinización, es recomendable mantener las ventanas de la casa cerradas para evitar que entre polen, y lo mismo con las ventanas del auto si pasamos por avenidas, por ejemplo, que tengan mucho Plátano oriental”, dice Peralta y agrega: “A los pacientes que les pica mucho la piel en primavera, les recomendamos no secar la ropa al aire libre, sino que hacerlo dentro de la casa. Esto no es para hacerlo todo el año, sino que se trata de un período corto, que es cuando ellos y ellas lo pasan peor”.

En términos farmacológicos, lo ideal es que las personas tengan identificado a qué se le tiene alergia para poder empezar un tratamiento previo al inicio de los síntomas. Sin embargo, no siempre es una tarea sencilla. “Hay pacientes que tienen claramente identificados sus gatillantes, pero otros no, porque muchas veces estos se mezclan por las distintas estaciones. Hay que pensar que las alergias estacionales no solo se dan en primavera. Si bien ahora es cuando ocurren mayormente las alergias por el polen, malezas o pastos; en otras épocas también hay alérgenos que afectan a las personas. En otoño, por ejemplo, puede dar por la humedad, que contiene esporas de hongos. Entonces, un paciente puede tener alergias mixtas, al mezclarse los gatillantes en distintas estaciones”.

Es por eso que ambas especialistas coinciden en la importancia de una adecuada evaluación para poder prescribir antihistamínicos u otras soluciones médicas, como los spray nasales anti inflamatorios. Finalmente, también existe una página que busca monitorear los niveles de polen en el ambiente. Se trata de www.polenes.cl; una web creada en 1998 y administrada por la Fundación de Aerobiología Medio Ambiente y Salud que entrega alertas en tiempo real a los pacientes, para evitar que se gatillen cuadros alérgicos por polen.