Aunque es indudable que los últimos meses han sido difíciles para todos, también es cierto que no a todos nos han tocado de la misma forma. Aunque la salud mental de la población generalizada, y de quienes han trabajado desde la primera línea médica ha sido bastante comentada y analizada, ahora que pareciera haber pasado lo peor, ¿tendremos todos las mismas secuelas?
En marzo, mientras en Occidente comenzaban los primeros casos, la profesora de psicología de la Universidad de Columbia, Yuval Neria, pronosticó efectos a nivel de salud mental de los estadounidenses que podrían superar incluso aquellos provocados por la Segunda Guerra Mundial o el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, ambos sucesos que marcaron a generaciones completas.
Mucho se habla del trastorno de estrés postraumático, casi como una continuación natural de lo que se ha vivido en las últimas semanas, pero lo cierto es que, en primer lugar, no es tan común como algunas personas creen y, en segundo lugar, el haber vivido en cuarentena no nos hace a todos susceptibles a este problema de la salud mental.
¿Qué tan grave es la situación real? “El trastorno de estrés postraumático es un trastorno de salud mental que ocurre después de una experiencia que el sujeto vive como amenazante para su integridad física e incluso para su vida”, define Manuel Reyes, psiquiatra de Clínica Alemana.
El especialista postula que en el caso del coronavirus, las personas que podrían estar más afectadas por este problema son aquellas que fueron hospitalizadas en cuidados intensivos o cuidados intermedios y que, como la definición lo dice, vieron peligrar sus vidas. “Al menos un 20% tendrá síntomas de este cuadro y serán, probablemente, la población más afectada”.
Los síntomas del estrés postraumático, explica Reyes, siguen tres pilares: “Evitación del contexto- no volver a los lugares que le recuerdan al suceso traumático-, re experimentación a través de flashbacks o pesadillas, estar híper alerta o muy pendientes de lo que nos pueda pasar, y un cuarto síntoma cognitivo afectivo que se ve representado en dificultades, en la concentración o irritabilidad, entre otros”. Además, el especialista explica que estos síntomas se presentan después de un mes de ocurridos los eventos, por lo que no experimentarlos apenas sucedido el hecho traumático no implica que no vaya a pasar en el futuro.
“Estos pacientes lo pasan mal y la presencia de estos síntomas interfieren con la recuperación física, por lo que es importante que puedan acceder a tratamiento”, explica Reyes y agrega: “Más allá de ser molestos, pueden interferir significativamente en la vida diaria”.
La experiencia internacional coincide con estas apreciaciones. El mes pasado un equipo enfocado en las respuestas al trauma ocasionado por el Covid-19, liderado por University College London, aseguró que aquellas personas que pasaron por cuidados intensivos, se encuentran en riesgo de sufrir estrés postraumático y deberían ser tratados de manera preventiva, e incluso participar de chequeos al menos hasta un año después del alta médica.
Aún así, las personas reaccionan de manera distinta a los sucesos de la vida, y mientras la mayoría de quienes se mantuvieron sanos durante la pandemia no sufrirán a nivel mental, otros sí podrían hacerlo, en especial los jóvenes, que tienen una mayor participación social y entendimiento cognitivo que los niños, pero que no tienen las herramientas para manejar lo vivido en el contexto del coronavirus que usualmente tienen los adultos.
La recomendación principal es, por un lado, estar atentos a los síntomas que uno mismo o las personas alrededor nuestro puedan presentar, pero con cautela, pues al leer demasiado sobre los efectos psicológicos o al preocuparse mucho sobre lo que nos podría pasar en términos de salud mental, podemos ver síntomas de estrés postraumático donde no los hay.
Si hay sospechas de estar pasando por este trastorno o de tener otras secuelas en términos de salud mental relacionados con la crisis sanitaria, lo principal es no tomar decisiones apresuradas ni hacer diagnósticos en casa, sino que acudir donde un especialista o ponerse en contacto con la plataforma Saludablemente del Ministerio de Salud.