Exacerbación pictórica
Nicolás Radic (32) convierte bolsas de basura, metales, plásticos o vidrios en lujo pictórico. El artista –que acaba de inaugurar en galería AMS Marlborough y galería XS– les da a estos materiales un riguroso tratamiento en óleo sobre tela, exacerbando sus pliegues y colores, para convertirlos en seducción visual. Ahora despliega su trabajo en la exhibición y libro Materiales de estudio. Hasta el 12 de diciembre.
Paula 1213. Sábado 19 de noviembre de 2016.
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Camión 1. Óleo sobre tela. 220 x 200 cm.
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Son grandes, fascinantes, perfectos y a la vez perturbadores. Los cuadros de Nicolás Radic emiten, desde el primer golpe de vista, el mensaje de la excelencia pictórica. Pasada, automáticamente, la prueba del virtuosismo técnico, viene una especie de perplejidad. El espectador está situado ante una imagen que se resiste a ser decodificada, donde lo figurativo y lo abstracto se confunden en un complejo y exquisito juego de luces, sombras, pliegues, brillos y matices cromáticos. Lejos, irreconocibles, quedan los modelos a partir de los cuales el artista construyó la obra: una bolsa, una chatarra, un empaque en el cargamento de un camión, un papel, un vidrio. Son elementos banales y anónimos, asociados al mundo industrial, que él rescata de la indiferencia para estudiar con ojo científico el modo en que la luz es absorbida y reflejada por las superficies. Es este estudio el que lleva a su obra, haciendo que el referente real desaparezca y sea superado por su deslumbrante traducción pictórica. "Yo le saco todo al objeto, lo aíslo. Al aislarlo se transforma en anacrónico y puede pertenecer a cualquier época, queda libre de anécdota. Eso genera una extrañeza y esa es la tensión que busco en la obra", explica. "La idea es revisar el realismo para llevarlo a un límite en que surja la pregunta de qué significa construir una imagen".
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Una bolsa de basura o un papel insignificante merecen toda la atención de Radic. El artista exacerba su percepción, para traducir a pintura el máximo de detalles visuales. El resultado de este procedimiento hiperrealista hace que desaparezca la referencia a lo real y aparezca una imagen pictórica completamente autónoma.
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"Me interesa mucho que la pintura esté técnicamente resuelta, pero no es por la técnica en sí. Lo que quiero es que el espectador no tenga que detenerse a evaluar la calidad, que ese asunto esté zanjado, para que pueda, directamente, conectarse con el estímulo pictórico", explica Radic.
La operación de Radic instala una mirada estética sobre objetos que no son considerados modelos pictóricos habituales y, de este modo, propone una versión contemporánea del más canónico género de las bellas artes, que, aunque siempre está amenazado por nuevos lenguajes, sigue ostentando un indiscutible poder de representación. Radic lleva 12 años sosteniéndose con obsesivo rigor en la pintura, que practica fundamentalmente durante la noche: "Pinto de noche, en un espacio cerrado y con luz artificial", explica. "Elegí la noche, no solo por la tranquilidad y silencio, sino también porque así puedo controlar la luz".
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Durante un viaje por la Carretera Austral, Nicolás fijó su atención en los cargamentos de los camiones registrándolos fotográficamente. Los pliegues, sombras y volúmenes de empaquetaduras han sido otro motivo que lleva a sus pinturas.
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Chatarra gris. Óleo sobre tela. 180x120 cm.
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Ya ha realizado más de 200 cuadros y, según sus cálculos, cada uno le demanda, al menos, 100 horas de trabajo. "Para mí, una pintura tiene mejores resultados mientras más pensada es", dice. "Hay un diálogo entre la imagen que uno quiere pintar y el proceso físico de pintarla: de la mano, de cómo te sientes, de qué cosas te demoran más o de qué cosas te salen más fluidas. Si empiezo a tomar atajos, no tendría suficiente tiempo para tomar conciencia y darme cuenta de lo que estoy haciendo". Aunque en un comienzo le costó que la gente se conectara con su propuesta, hoy vende casi todo lo que produce. También su obra ha circulado con éxito en ferias internacionales como UNTITLED, Miami; Arteba, Buenos Aires; ArtBO, Bogotá; PINTA en Miami y Nueva York; y ARTLIMA, Lima. Su pintura hoy forma parte de importantes colecciones de arte contemporáneo en ciudades como Buenos Aires, São Paulo, Miami, Nueva York y Los Ángeles.
La pintura de Radic forma parte de importantes colecciones de arte contemporáneo en ciudades como Buenos Aires, São paulo, Miami, Nueva York y Los Ángeles.
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En el otoño de 2005 Nicolás Radic fotografió la chatarrería Gerdau Aza en la Panamericana Norte, registrando toda suerte de basura metálica. A partir de estos registros ha elaborado cuadros donde la chatarra se convierte en lujo estético, gracias a una obsesiva y rigurosa elaboración pictórica.
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La muestra que ahora presenta incluye 25 cuadros de distintos periodos. Junto a ella, se lanzará el libro Materiales de estudio, introducido por la directora de la galería XS, que lo representa, Ana Jorquera. En 250 páginas con imágenes a color, la publicación es un recorrido por los procesos de su obra, que permite acercarse a las motivaciones y conceptos que la animan, de la mano de anotaciones personales realizadas por el propio artista, además de dos textos notables escritos por los críticos Ignacio Szmulewicz y Sergio Rojas y una conversación con el artista y curador Camilo Yáñez.
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