La industria del wellness tiene varios caballitos de batalla con los que invita a las personas a llevar una vida más saludable y liviana, pero ninguno tan popular como los superalimentos. Además son un negocio rentable: el mercado global de superalimentos podría alcanzar US$201,1 mil millones para el 2026, con un crecimiento anual de, 7,3%.
Y es que, aunque la intención no sea esa, se asocian a atajos para conseguir los objetivos que cada uno pueda tener en relación a su cuerpo, entregando una serie de nutrientes y compuestos vitamínicos que no sabíamos que necesitábamos. En el sitio web de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, explican que aunque no haya una definición regulada de lo que es un superalimento, se conoce como tal a aquellos productos “que ofrecen un alto nivel de nutrientes deseables, están relacionados a la prevención de enfermedades, o se cree que ofrecen una serie de beneficios para la salud, más allá de su valor nutricional”.
Según explican, el primer superalimento del que se habló es el plátano, y sorprendentemente fue como parte de una estrategia de marketing, en medio de la Primera Guerra Mundial, para promover la importación de esta fruta. “En un comienzo, la compañía promocionó sobre lo prácticos que son los plátanos en la dieta diaria, por ser baratos, nutritivos, fáciles de digerir y disponibles en todas partes; buenos cuando se cocinan y cuando no, y sellados por la naturaleza en un paquete a prueba de gérmenes (su cáscara). Para que las personas comieran mas, se sugirió añadir un plátano al cereal en el desayuno, en la ensalada del almuerzo, y fritos para la cena”, detallan.
Y aunque por supuesto que los plátanos están llenos de beneficios, la finalidad de su promoción no fue mejorar la salud de los consumidores, sino que asegurar más ventas convirtiéndolos en parte esencial de la dieta de la familia. Según una encuesta de Nielson, está comprobado que las personas están dispuestas a pagar más por aquellos alimentos que consideran saludables.
Claramente es beneficioso para la salud elegir alimentos con un alto aporte nutricional, y no cabe duda de que agregar frutas, semillas, granos y otros productos naturales a nuestro estilo de vida sí puede beneficiar nuestra salud en general. Pero hay que tener cuidado con el valor que le damos a estas comidas, así como tener siempre en mente que muchas veces, eso que ofrecen los superalimentos de moda -que por lo general venden en precios más elevados- lo podemos encontrar también en algo tan normal como la espinaca.
“Pese a lo que muchos libros y sitios web te dirán, no existe tal cosa como un superalimento”, escribieron hace un par de años en el sitio web Vice: “Buenas comidas, seguro. ¿Pero súper? ¿Aquello que va a reducir tu riesgo de padecer cáncer, prevenir Alzhéimer, ayudarte a perder peso, hacer que estés más sano en general y que te ayudará a vivir por más tiempo? No. Lo siento, frambuesas, almendras, paltas, quínoa y salmón. Los amamos, pero no nos harán inmortales”. El medio cita a un documento publicado en Nutrition and Cancer, titulado Chequeo de realidad: no hay tal cosa como un alimento milagroso, donde investigadores escribieron advirtiendo sobre la importancia de la publicidad y el marketing a la hora de entregarle a un producto la categoría de superalimento: “Las historias de comidas milagrosas venden revistas y espacios de publicidad; las industrias alimenticias suelen apoyar económicamente a estudios para que muestren que sus productos o comidas son superiores, mientras que las industrias de los suplementos buscan mejorar sus ventas”.
“La moda de los superalimentos son incluso otra señal de la interminable búsqueda por una bala mágica que resuelva los problemas”, dijo la nutricionista Rosemary Stanton en el Future World Changing Ideas Summit, celebrado por la cadena BBC en 2016: “Esa forma de pensar, que ignora la naturaleza multifactorial de los problemas de la salud relacionados con la alimentación, es probablemente el mito más grande”. Dicho esto, la especialista sí está a favor de que se encuentren cada día nuevas fuentes de alimentación, sustentables a nivel medioambiental y que puedan formar parte de una dieta balanceada.
En el sitio web Healthline, la nutricionista Ansley Hill explica que, si bien no hay tal cosa como un superalimento, entendiéndolo como un producto que resolverá nuestros problemas de salud, o que nos llevará a vivir mejor, sí se trata de una tendencia o moda que no desaparecerá prontamente, por lo que lo mejor que podemos hacer es aprovecharla.
¿Cómo? Buscando alimentos altamente nutritivos, que entregan una serie de beneficios para nuestro organismo, pero yendo más allá de lo que muchas veces nos quieren vender y optando por ir a lugares más simples y sustentables, tales como las ferias locales. La especialista enumera 16 alimentos llenos de nutrientes, para quienes los quieran incluir en su vida diaria, sin pagar de más:
1. Verduras de hojas verde oscuro, como la espinaca y el kale
2. Frutos rojos
3. Té verde
4. Huevos
5. Legumbres
6. Frutos secos y semillas
7. Yogurt
8. Ajo
9. Aceite de oliva
10. Jengibre
11. Cúrcuma
12. Salmón
13. Palta
14. Papas camote
15. Champiñones
16. Algas
En vez de buscar alimentos específicos y creer que por su cuenta van a mejorar nuestra salud, la especialista recomienda apoyar nuestro bienestar en una dieta variada, llena de alimentos de distintos colores y procedencias.
En tanto, desde Harvard concluyen: “Los superalimentos suelen tener muchos nutrientes, pero está claro que el término se usa más para aumentar las ventas que para entregar una nutrición óptima. El lado negativo de los superalimentos es que el puro nombre puede hacer que las personas se centren en pocas comidas específicas, cegándolas de otras que son igualmente saludables, pero que no están de moda”.