La historiadora Pía Montalva escribe sobre la falda Lápiz, uno de los clásicos de moda.
La primera falda angosta se remonta al año 1913, cuando el diseñador francés Paul Poiret inventó la falda trabada, una prenda tan ajustada a la altura de los tobillos, que las mujeres debían ponerse una especie de grillete para unir ambas piernas. Este implemento, se usaba bajo la falda y les servía para regular el paso, impidiendo así eventuales destrozos. En forma casi simultánea, durante la Primera Guerra Mundial emerge un nuevo largo para esta pieza esencialmente femenina.<
A comienzos de la década del '50, destacados costureros como Christian Dior y Cristóbal Balenciaga incorporaron la falda lápiz al guardarropa femenino. Ajustada desde la cintura hacia el ruedo, su largo oscilaba entre 10 y 15 centímetros bajo las rodillas. Fue así como esta prenda se convirtió en una nueva opción al naciente estilo New Look, ofreciendo a las mujeres nuevas formas de expresión de la sensualidad. Más tarde, en los '80, aparece el modelo sobre las rodillas
¿Cómo llevarla?
Esta prenda ícono del estilo retro y la alta costura francesa puede mezclarse con una blusa de seda y zapatos altos, una chaqueta muy amplia hasta las caderas o un pequeño y ajustado twin set. Para una versión informal bastan un par de bototos y un suéter de escote redondo.
Fuente: Pía Montalva, Historiadora y autora del libro "Morir un poco. Moda y sociedad en Chile, 1960-1970".