El 23 de junio de 1960 fue aprobada en Estados Unidos la venta de uno de los inventos más revolucionarios de la historia. Se llamaba Enovid y venía en un empaque rosado. Contenía 21 tabletas con 10 mg de noretinodrel y 0.15 mg de mestranol. Y sus efectos parecían mágicos: una tableta, una vez al día y, por primera vez, las mujeres tenían la posibilidad de controlar su ovulación de una manera fácil y cómoda. Podían tener relaciones sexuales sin riesgo de quedar embarazadas.

En la primera edición de Paula (1967) se publicó el revolucionario artículo ¿Debo tomar la píldora? Si bien el reportaje consigna que para esa fecha 213.955 mujeres chilenas ya usaban la píldora, aún circulaban rumores aterradores: que producía cáncer, que era pecado para las mujeres católicas. La periodista Delia Vergara elaboró un informe contundente para despejar las dudas y temores.

De bomba hormonal a casi inofensiva

"La píldora anticonceptiva debe ser el medicamento más estudiado de la historia", asegura Manuel Parra, profesor asistente del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y ginecólogo y obstetra de la Clínica Alemana. "Si uno compara los niveles de estrógeno y de progestina que tenía en los 60 con los que tiene ahora, hay un siglo de diferencia. Hoy, las dosis llegan a ser casi imperceptibles para el cuerpo de la mujer; sin embargo, el nivel de eficacia de la píldora (entre 1 y 2 embarazos al año por cada 1.000 mujeres que la toman) se ha mantenido desde 1960 hasta ahora.

"En primer lugar, hubo un gran cambio en el estrógeno utilizado. Antes se usaba el mestranol y hoy se ocupa etinil-estradiol, que es la forma activa del mestranol, y que está presente prácticamente en todas las píldoras combinadas. Además, hay una disminución de 75% en la cantidad de estrógenos de la píldora. Y eso tiene una razón de ser, porque la gran mayoría de sus efectos secundarios tenían que ver con las altas dosis de estrógeno: la tensión mamaria, la sensación de náusea, la cefalea y el riesgo de coágulos.

En segundo lugar, se ha logrado reducir la dosis de progesterona de la píldora y se han encontrado progesteronas más efectivas y con beneficios adicionales, por ejemplo, para la piel –como la ciclosterona, que tiene un efecto antiacné–; para el control del ciclo menstrual –gestodeno o desogestrel–, o para evitar la retención de líquidos que produce el estrógeno –como la drospirenona–".

Cómo funciona

•La mayoría de las píldoras anticonceptivas contienen dos hormonas: estrógeno y progestina. Se llaman anticonceptivos orales combinados.

•El estrógeno y progestina, suministrados en forma constante durante el ciclo menstrual, impiden el embarazo porque evitan la ovulación. Además, espesan el moco cervical en el cuello del útero, lo que impide que los espermatozoides lleguen al óvulo (si es que de todas maneras se hubiera producido la ovulación).

•Si se toma la píldora correctamente, 1 mujer de cada 1.000 queda embarazada en un año. Esta cifra sube a 8 de cada 1.000 mujeres cuando no se toma la píldora según las indicaciones.

El desembarco en Chile

"En los últimos meses una moda callada que no se luce en calles ni playas ha corrido de boca en boca.

Se trata de los 'progestágenos' u otras sustancias inhibidoras de la ovulación que impiden el embarazo. Su demanda en las farmacias es extraordinaria. Tiene, comentan, la ventaja de impedir el embarazo sin la molestia de los medios anticonceptivos. La Iglesia no las aprueba para este fin", publicaba la revista Vea en septiembre de 1962, el año en que el primer anticonceptivo oral se aprobó en Chile. Se llamaba Anovlar, del laboratorio alemán Schering (actualmente Bayer), y tenía dosis más bajas de hormonas que el Enovid: 4 mg de noretisterona y 0.05 mg de etinilestradiol.

Aunque los sectores conservadores se oponían, de a poco la pastilla fue siendo promovida para reducir la mortalidad materna y bajar el índice de abortos.

En 1964, la tasa de mortalidad materna en Chile era de 118 muertes por 100.000 nacidos vivos, de las cuales un 35 a 40% eran causadas por abortos. En 1967, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, se inició la entrega gratuita de anticonceptivos en los consultorios. Hacia el año 2000, la tasa de mortalidad materna se había reducido a 20 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.

Y la iglesia se sigue oponiendo

Desde que apareció la píldora anticonceptiva, la Iglesia Católica ha sido su principal detractora. El primero en condenarla fue el Papa Pío XII, en 1958, cuando afirmó que no era lícito tomar medicamentos con el fin de impedir la procreación. En 1968, Paulo VI condenó los anticonceptivos hormonales en su encíclica Humanae Vitae y, 30 años después, Juan Pablo II confirmó la prohibición de todos los anticonceptivos, incluyendo el condón. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, ha continuado esta postura: en su libro La sal de la tierra (2002) afirma: "Ante la actual situación –hasta ahora desconocida– de separación entre la sexualidad y la reproducción, hemos de volver cuanto antes a recordar y a recuperar el nexo íntimo que existe entre ambas realidades".

¿Por qué se toma 21 días y se descansa 7?

Curiosamente, no hay ninguna razón médica para que la píldora se tome en ciclos de cuatro semanas: tres sí y una no. Esa fue una idea de John Rock y Gregory Pincus, dos de los creadores de la primera píldora, para permitir que durante el período de descanso hubiera menstruación.

La menstruación ocurre cuando un óvulo no fertilizado es desechado, pero si una mujer toma la píldora, no hay óvulo. Pincus y Rock sabían que las hormonas de la píldora podrían hacer que una mujer pasara meses sin menstruar, pero decidieron que manteniendo la regla, las mujeres se sentirían más cómodas. Además, Rock tenía formación católica y sostenía que la píldora era una variación del método del calendario: por eso ideó la fórmula de tomarla tres semanas y gatillar una menstruación al mes. Carl Djerassi: Habla el autor de la píldora

El químico austríaco Carl Djerassi (86) fue quien en 1951, junto a otros dos científicos en México, sintetizó la fórmula de la progestina que se convertiría en el primer anticonceptivo oral.

Desde entonces, Djerassi ha publicado más de mil 200 papers científicos. También ha explorado la poesía, la literatura y la dramaturgia: inventó el género llamado "Ciencia en ficción", que describe las vidas reales de científicos, con sus conflictos y aspiraciones. Publicó una decena de libros de ficción y obras de teatro, además de su autobiografía This Man's Pill (2001), disponible en Amazon.

Desde la Universidad de Stanford, en California, donde es profesor de Química hasta el día de hoy, comenta con Paula el futuro de su revolucionario hallazgo.

- A 50 años de que la píldora fuera aprobada para la venta, ¿cuál es el cambio fundamental que produjo?

La píldora separó la reproducción del acto sexual y le ha otorgado autonomía reproductiva a millones de mujeres. Sin embargo, también ha tenido un resultado negativo: millones de hombres se han acostumbrado a que las mujeres asuman la responsabilidad de la anticoncepción y se han desligado de la suya.

-¿Cuál será el anticonceptivo del futuro?

Hacia mediados de este siglo, el mundo occidental se olvidará cada vez más de la anticoncepción. Los jóvenes, hombres y mujeres, van a preservar (congelar) sus gametos y esterilizarse. Cuando estén listos para tener 1 ó 2 hijos –el promedio actual de hijos en Europa es 1,5– usarán esos gametos congelados para hacerse fertilización in vitro. No se olviden que, al día de hoy, casi 5 millones de personas ya han nacido con técnicas asistidas de fertilización, sin coito de por medio.

1. Produce infertilidad. Según las Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad que publicó el Ministerio de Salud en 2006: "Seis meses después de discontinuar el método, el 99% de las mujeres ya han recuperado los ciclos menstruales.A los dos años después de suspendido el uso, las tasas de embarazo son de 90% o más. No hay relación entre tiempo de uso y el intervalo hasta la recuperaciónde la fertilidad. Los anticonceptivos orales combinados no producen infertilidad".

2. Las hormonas se acumulan y hay que "descansar" de vez en cuando. "La vida media de las hormonas que tiene la píldora está entre las 24 y las 28 horas", aclara el doctor Manuel Parra. "Por eso si te demoras más de 12 horas en tomarte la píldora, estás en riesgo de que se produzca una ovulación. Por lo tanto, la acumulación de hormonas por efecto de la píldora es una absoluta mentira".

3. Aumenta el riesgo de infarto y de accidentes cardiovasculares. En mujeres sin factores de riesgo, el uso de la píldora no aumenta el riesgo de infartos. Aquellas que tienen factores de riesgo como hipertensión, diabetes, obesidad, o que tienen más de 35 años y fuman más de 15 cigarrillos diarios, tienen contraindicación para usar la píldora.

En el sitio web de la OMS se puede descargar un documento llamado Criterios médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos, que recomienda distintos métodos según las condiciones médicas de las mujeres.

4. Aumenta el riesgo de trombosis. "De 100.000 mujeres que no usan la píldora, entre 3 y 5 van a hacer una trombosis venosa profunda. En 100.000 que usan la píldora, hay entre 20 y 30 casos", explica el doctor Parra. "Tú dices: 'claro, son 6 veces más'. Pero de 100.000 mujeres embarazadas, 60 hacen una trombosis. Por lo tanto, el embarazo tiene mucho más riesgo de trombosis que el uso de la píldo

"Yo la tomé desde que llegó a Chile"

Graciela González, 70 años.

"Empecé a tomar la píldora a fines de 1962, un tiempo después de tener mi segunda guagua. Yo tenía 20 años y muchos compromisos sociales, y cuando salía tenía que dejar a mis hijos con mis padres. Eso me atormentaba, porque yo quería educarlos correctamente. Por eso, a pesar de ser católica, un día le pregunté a un primo médico: '¿Podrías darme algo para no tener más hijos por ahora?' '¿Por qué', me dijo, 'si son tan lindos?'. 'Porque no quiero tener otro tan pronto'. Así que me dijo: 'Te voy a dar unas pastillas que se llaman Anovlar 21, te las tomas después de tu último día de menstruación'.

Yo nunca había escuchado nombrar la píldora anticonceptiva; era como tabú no querer tener hijos. En esa época las señoras no conversaban de esto; en los tecitos nadie lo mencionaba, todas tenían las guaguas que les llegaban o seguían la técnica del Billings, que es una lesera porque de repente te equivocas. Yo no lo conversé ni siquiera con mi hermana.

Compré las pastillas en la farmacia, empecé a tomarlas y nunca más las dejé. Y regio, porque nunca engordé ni me puse peluda. Para mí, la píldora fue estupenda. Fue una liberación. A mi hija, cuando fue mayor, le dije: 'Toma anticonceptivos, las pastillas son más prácticas que cosas como el diafragma o la T de cobre, que me imagino irritan ahí dentro'".

En 2002, un informe de la OMS reveló que 300 millones de mujeres habían usado la píldora anticonceptiva desde su aparición.