Accesorio indumentario utilizado mayoritariamente por los hombres para cerrar, en reemplazo de los botones, el denominado puño francés; un tipo de puño de doble longitud que se lleva plegado sobre sí mismo. Algunos modelos de colleras o gemelos se componen de dos elementos idénticos, unidos a una barra, cadena o filamento. Otros, en cambio, consideran una sola pieza ornamental, adosada a un tallo central provisto de un mecanismo móvil que, colocado en ángulo recto, mantiene al accesorio en la posición correcta.
Las colleras se fabrican en una amplia gama de materiales -metal, madera, hueso, plástico- y diseñan acorde a las tendencias impuestas por la moda. Una variedad muy popular se confecciona con pasamanería de seda, la cual enrollada sobre sí misma forma dos pequeñas esferas. Estas últimas se conectan mediante un cordón.
ORIGEN
Si bien en Irlanda se han encontrado objetos en forma de gemelos -elaborados en oro y que datan del 800 a. C.-, no resulta tan evidente que su función principal haya sido similar a la de las colleras modernas. Se trata más bien de 'botones sujetadores', instrumentos destinados a unir las distintas partes de la ropa, estructurada sobre el cuerpo al momento de vestirla. En el XVII emergen los llamados 'botones de manga', mucho más decorados. Producidos en oro y plata, incorporan dibujos grabados en la superficie y piedras preciosas. Sustituyen a las cintas de seda que sostienen los puños a la vista en boga.
TENDENCIA
En el siglo XIX, el ascenso de la burguesía modifica radicalmente la vestimenta masculina, que se reduce a un traje oscuro y una camisa blanca. Asociadas a esta aparente austeridad, las colleras devienen en unos de los pocos símbolos de estatus de sus portadores. La Revolución Industrial facilita su producción en serie diversificando la oferta y perfeccionando los sistemas de cierre. Los diseños orientados a las clases altas conservan un estrecho vínculo con la orfebrería. Por el contrario, las colleras de las clases medias se manufacturan en una aleación de cobre y zinc. Asimismo, vidrios y cristales simulan el brillo de los diamantes.