En la radio soy yo
"Lo que me entusiasma de actuar es que cuando lo haces no eres tú, eres un personaje. Pero también me gusta ser yo, y en los programas que he hecho en radio he desarrollado ese lado. Lo que más me gusta es conversar. Con Natalia del Campo lo pasamos muy bien haciendo Sandía en la Concierto. Ahora, en A río revuelto, en radio Paula, estaremos juntas otra vez. Somos amigas y vecinas. Estaremos de 6 a 7 de la tarde, de lunes a viernes y habrá panelistas rotativos. La idea es hablar temas de mujeres y de actualidad".
Sentirse extraña
"Cuando chica siempre mi personalidad fue tema. Yo fui un tema. En mi entorno era considerada la loca, no sé por qué. Crecí en un ambiente conservador, y el que a mí me diera lo mismo que existiesen homosexuales, era visto como una locura. Querer vivir sola, cuando nadie vivía solo, era una locura. Teñirse el pelo de colores, también. Con el tiempo me di cuenta de que cuando uno hace cosas distintas al resto, la gente te pone la etiqueta de 'rara'. Y por cosas así en otro país no habría pasado nada. Eso es bien fome".
Sin temor al qué dirán
"Uno tiene que vivir de acuerdo a su propio camino. Hacer lo que tienes ganas de hacer, mientras no le hagas daño a otros. No importa lo que piense la gente. Cuando era más chica no entendía esto. Ahora simplemente vivo y dejo vivir".
Sellar un acto de amor
"Hice todo al revés. Viví cuatro años con Jimmy (el músico Jimmy Frazier, su marido), tuvimos un hijo y decidimos casarnos recién hace tres meses, cuando ya estaba embarazada del segundo. El matrimonio tradicional es una apuesta. Nosotros decidimos no apostar. Cuando nos casamos, estábamos seguros de que queríamos estar juntos. Así es que optamos por sellar este acto de amor y hacer una fiesta con los amigos y la familia. Fue al estilo picnic, en la casa de mis suegros en El Arrayán, con toldos, sillas de playa, huevos duros, sándwiches y mote con huesillo. Y algunos invitados durmieron siesta con chales al lado del río. Me casé de blanco y bien embarazada".
El placer de opinar
"Opino de todo lo que me interesa. Digo lo que pienso y planteo por qué estoy de acuerdo o en desacuerdo. Eso cae mal, pero me da lo mismo. Siento que cada uno puede opinar lo que quiera. Todos tenemos ese derecho. En eso se basan las conversaciones interesantes: en diferentes visiones respecto a distintos temas. Por eso me molesta que las personas se ofendan y se tomen las críticas de manera personal. No hay que tenerle miedo a la opinión".
Mamá madura
"Ser mamá a los 37 años sólo me trajo cosas buenas. Antes no hubiese podido criar un hijo con la tranquilidad que lo hago ahora, estar con él, tener la paciencia que le tengo, compartir, tomarme el tiempo. Ahora sé que no me estoy perdiendo de nada, porque ya viví muchas cosas y no tengo ningún tema pendiente. Ser mamá es lo que no había vivido".
Sentirse sexy
"Jamás pensé que yo podía ser sexy. Sentía que yo podía conquistar con una buena conversación o por tener sentido del humor, pero nunca pensé que alguien podía verme como mina rica. Después que hice el papel de Thelma en la teleserie Los treinta, pensé: 'Ah, parece que despierto algo'. Se me abrió otra imagen de mí misma, que me enriqueció porque me hizo sentir segura en aspectos que antes no creía que fueran mi fuerte".
De la noche al día
"Me encanta salir porque me gusta compartir con amigos, bailar, quedarme conversando hasta tarde. Mucha gente cree que soy desbandada, pero ni siquiera tomo copete. Salí mucho cuando tenía el día siguiente entero para quedarme acostada y dormir. Ahora estoy fascinada con los panoramas de día, con juntarme a desayunar. Me fascina estar con mi hijo y hacer panoramas con él. Ésa es mi vida, lo que quiero hacer. Muchos me comentaron que estoy hecha una lata, pero yo lo estoy pasando increíble.