Fiorella Squadritto (36) y Luz María Lira (39) no sabían que sería tan difícil. De pequeñas, escucharon que una semilla se regaba, y así nacía una guagua. Fiorella se demoró siete años en quedar embarazada. Luz María, diez. “¿No que era tan fácil?”, se preguntaban.
El camino de la infertilidad fue duro para ambas. “Aunque compartíamos entre nosotras lo que nos estaba pasando, fue un proceso de mucha soledad y muy poca información”, recuerda Luz. “Cuando no tienes información certera, no sabes hacia dónde remar y te sientes perdida”.
Cuando llegó la pandemia, los tratamientos de reproducción asistida quedaron paralizados y con ello, la esperanza de miles de mujeres que deseaban con todas sus fuerzas convertirse en madres. En ese momento, Fiorella y Luz decidieron acompañar a esas mujeres e intentar reducir la angustia que sentían. Para eso, crearon una cuenta de Instagram donde comenzaron a compartir contenido en torno a la infertilidad. “Fue súper rupturista, porque en ese momento nadie hablaba de esto”, dice Luz.
Lo que solo partió como una cuenta en redes sociales, se transformó en Fundación Fënn, una iniciativa que, en palabras de Fiorella, “trabaja para que las barreras que existen al momento de formar una familia ya no estén”.
Fënn viene del mapudungún echar semillas. “De chicas nos enseñaron que una semillita se regaba, y así nacía una guagua”, recuerda Luz. “La palabra fënn la usamos para hacer una analogía; ¿No que convertirse en madre era tan fácil?”.
“La Infertilidad es mucho más que la enfermedad misma”
“La infertilidad es mucho más que la enfermedad misma”, dice Luz. “Es información, prevención, educación, contención, y muchas otras cosas”. Por eso, Fënn trabaja sobre cuatro pilares.
El primero: entregar apoyo psicológico y emocional a las mil personas activas de la comunidad. Esto a través de mentorías uno a uno, comunidades de WhatsApp, grupos de apoyo, y actividades y encuentros. “Nos enfocamos mucho en esto porque son tan caros los tratamientos, que muchas veces no alcanza para además pagar un psicólogo”, dice Fiorella. “Nosotras los ayudamos a navegar por la incertidumbre”.
El segundo, educar sobre infertilidad. “Educamos, pero no opinamos”, enfatiza Luz. “Simplemente entregamos toda la información posible para que así cada persona tome la decisión que crea correcta según sus valores, ideología, y contexto (…) Hay un sinfín de miradas con respecto a los tratamientos, por ejemplo, y todas son igual de valiosas. Lo lindo de nuestra comunidad es que más allá de las ideologías, todos comparten un mismo objetivo: convertirse en padres, sea de la forma que sea”.
Para ampliar el horizonte de su público e informar a la mayor cantidad de personas posible, las fundadoras de Fënn publicaron Valió la Pena, su primer libro, y ya están a la espera de que se publique el segundo. “La infertilidad no es solo para quienes la padecen”, dice Fiorella.
El tercer pilar tiene que ver con la investigación y la creación de políticas públicas. Según detalla Fiorella, que estudió Ingeniera Comercial en la Universidad Católica e hizo un Magíster en Políticas Públicas en la Universidad de Chicago, los últimos datos reportados con respecto a la infertilidad datan del año 2019 y hay un importante retraso en cuanto a políticas públicas. “La medicina reproductiva está avanzando a pasos agigantados, y ni las regulaciones ni la sociedad están llevándole el ritmo”, dice. Para poder actualizar datos e incidir en la política pública, Fënn está trabajando junto a la Universidad Adolfo Ibáñez.
Desde la fundación son partidarias de crear una ley que proteja el derecho a tratamientos de reproducción asistida y todos sus derivados; preservación de fertilidad, donación de gametos, filiación, gestación subrogada, mantención o donación de embriones, y acceso a las tecnologías y avances médicos necesarios.
El cuarto pilar es el apoyo financiero. “Si hoy necesitaras ovo donación, por ejemplo - que es el segundo método que más se usa en Chile - tienes que pagar a particular siete u ocho millones del bolsillo”. Por eso, este año Fënn le dio la posibilidad a dos familias a acceder al tratamiento que necesitaban.
Aplazar la maternidad: ¿somos conscientes de las consecuencias?
Una de las preocupaciones de las fundadoras de Fënn tiene que ver con la poca información en torno a la legítima - pero no inocua - decisión de aplazar la maternidad. “Lo más probable es que las generaciones futuras van a tener muchos problemas de infertilidad porque van a ser mamás más tarde, lo que está perfecto porque obviamente todas las mujeres nos queremos realizar, pero el mundo no se ha ajustado a eso”, dice Luz. “Las mujeres en sus 20 años rara vez son informadas de su reserva ovárica y conscientes de que si van a ser mamás más tarde, el reloj biológico no las va a acompañar. Teniendo la información, puedes congelar óvulos, por ejemplo, o simplemente tenerlo claro y así no te llega una bomba atómica a los 35, 38, cuando ya no tienes nada que hacer (…) Queremos que las mujeres se empoderen y tomen decisiones libremente e informadas”.
“Nosotras no solo predicamos sobre infertilidad, vamos mucho más allá. Queremos educar, prevenir, y contener”, dice Luz. “Y estaremos aquí hasta que las barreras que existen para formar una familia ya no estén”.