Glow Up: ¿Una exigencia más en pandemia?

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Un cambio físico radical. Así se podría describir lo que los usuarios de Tik Tok denominan un glow up, una tendencia que se ha difundido con fuerza durante la pandemia y que habitualmente hace alusión a la pérdida de peso en medio de la cuarentena. La escena es casi siempre la misma; un video al comienzo de la crisis sanitaria versus uno actual, que documenta una transformación tipo fashion emergency que es celebrada con miles de likes y comentarios por los usuarios de la red. Una tarea casi imposible para la mayoría, en un contexto de crisis e incertidumbre que además ha disparado los indicadores respecto bienestar y salud mental.

Por eso, a principios de abril, la escritora y periodista Eva Wiseman publicó una columna de opinión en el medio británico The Guardian criticando al denominado glow up de cuarentena. En el texto, Wiseman explica que entró en confinamiento recién embarazada y que, a medida que pasó el tiempo, fue viendo cómo se volvió más sedentaria y su cuerpo comenzó a envejecer rápidamente. Su historia es, probablemente, similar a la de muchas y muchos, por eso, dice ser una “candidata ideal” para tener un glow up de pandemia. Sin embargo, la periodista está en contra del concepto porque considera que es una presión innecesaria, e incluso inmoral.

“Promover un glow up durante una pandemia se siente particularmente mal. Este ha sido un año de soledad y miedo, con millones que todavía luchan simplemente por sobrevivir. Cualquier presión para perder peso o capas de piel que solo estaban tratando de protegernos debe ser condenada rápida y universalmente”, argumenta. “Durante el encierro nos hemos quedado atrapados, no solo dentro de nuestras casas, sino también de nuestros cuerpos. En lugar de trabajar constantemente en ellos, deberíamos animarnos mutuamente a apreciar las formas en que nuestros cuerpos nos han mantenido a salvo y, para algunos, han trabajado más duro que nunca. ¿Cuándo terminará esta presión implacable para tratar de adelgazar nuestros cuerpos al mismo tiempo que intentamos abrazar nuestras curvas?”, dice.

El hashtag glow up cuenta con 26,4 mil millones de visualizaciones en Tik Tok, aunque el fenómeno también ha traspasado a otras redes sociales. Por ejemplo, en Youtube existen una serie de videos testimoniales de personas explicando cómo lograron su transformación, además de tutoriales con consejos de alimentación y deporte. “Hay una cosificación de los cuerpos con esta tendencia, porque además de bajar de peso, es ser más ‘mina’ y al mismo tiempo más ‘sexy’”, explica Florencia Araya, nutricionista e integrante del colectivo La Rebelión del Cuerpo. “Con estos videos se trata de ser diferente y resaltar en un año difícil para todos y eso impacta porque la gente se pregunta ¿cómo lo hicieron? Y eso es una presión aún más grande para las jóvenes que no han cambiado, o que quizás han subido de peso en la pandemia, y se les ha mermado la autoestima”.

Por eso, este tipo de contenidos puede tener un alto impacto en los usuarios, sobre todo en los adolescentes. Eso argumenta Camila Fermandois, psicóloga de la Fundación Efecto Mariposa -que aborda temáticas de uso de tecnología-. “Estamos más expuestos a este contenido por el encierro y, por lo mismo, estamos más expuestos a compararnos con los demás, y ahí pueden surgir conflictos que no estaban tan a la luz y que ahora se acentúan”, explica. “En ese sentido, es una presión más para los jóvenes, porque no solo tienen que preocuparse de rendir bien académicamente, sino que tienen que esforzarse por verse bien”.

Para alcanzar esos objetivos físicos, muchos jóvenes y adolescentes siguieron los challenges (o desafíos) de YouTube de la entrenadora Chloe Ting que, en su minuto, causaron furor entre los usuarios de redes sociales. La promesa era que, en dos semanas, se podían definir abdominales, bajar la grasa y tonificar el cuerpo. Así, quienes se sometían a este reto, documentaban los cambios y los subían a sus redes, demostrando un progreso supuestamente obtenido de manera fácil y rápida. Sin embargo, según las especialistas, basar las expectativas en videos de 60 segundos puede ser frustrante, sobre todo cuando no se ve el proceso en general detrás del cambio. “No sabemos qué le pasa a esa persona internamente. Puede que lo haga por salud y está bien, pero también puede haber un trastorno alimenticio, obsesivo o dismórfico. Y desde el punto de vista del observador, se puede pensar que es un resultado fácil o mágico. Eso los puede hacer sentir mal”, dice Camila Fermandois.

A pesar de las posibles consecuencias en la salud mental, más del 60% de los encuestados en un estudio realizado por la plataforma estadounidense Vagaro, reconoce estar dispuesto a tener un glow up post-pandemia. Una transformación que más de un 45% dice que comenzó por la motivación de mejorar su autoestima y apariencia física. “Las alzas o bajas de peso no son siempre beneficiosas porque puede haber enfermedad, duelo o trastorno. Además, las estadísticas dicen que el cuerpo de una modelo es un 20 o 30% menos del peso estándar, entonces lo que idealizamos es un estereotipo de belleza con riesgos para la salud en vez buscar un estereotipo más alcanzable”, manifiesta Florencia Araya.

En el estudio Imagen corporal y redes sociales en jóvenes de sexo femenino en etapa de adolescencia temprana de la Universidad de Chile, realizado a escolares de la comuna de Renca, se aborda esta temática. En él, se señala que el estereotipo que se muestra en redes sociales (esbelta, alta, atractiva) influiría de modo considerable en el autoconcepto que los adolescentes desarrollan en torno a su imagen corporal. “Parece ser que la permanente exposición a perfiles que no calzan con su estereotipo físico, además de la experiencia de no sentir que hay buena recepción por parte de sus seguidores, aumentan los cuestionamientos e inseguridades acerca de su propio cuerpo y, en consecuencia, de su persona”, dice el texto.

German Morales, psicólogo y académico de la Universidad Católica, coincide con este diagnóstico y explica que esa inseguridad se produce porque en las redes sociales se trata de cumplir con esos parámetros de medición que eventualmente podrían provocar distorsiones de la corporalidad. “Este tipo de retos (glow up) potencian los íconos que tienen que ver con la delgadez, y los cánones corporales y raciales que ya están instalados. No los generan, porque existen hace mucho, pero sí los intensifican. Ahora, desde el feminismo hay propuestas alternativas que tienen impacto en las imágenes visuales y que generan una contracultura, pero aun es algo incipiente”, explica. “En la adolescencia, la identidad depende mucho del grupo de pares, que hoy están en las redes sociales y que va entregando mensajes. Y eso puede ser vitalizador porque creces con los demás, pero también problemático cuando existes por otros y tu imagen comienza a depender de eso”, finaliza.

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