Muchas veces se me han acercado papás y mamás a preguntarme cómo y cuándo es el momento de hablar de sexualidad con sus niñas y niños, algo que para mí, tanto en mi vida personal como profesional, es uno de los tantos temas que son relevantes de abordar desde que nuestros hijos e hijas son pequeños. Y es que al hablarlo, podrán encontrar las respuestas e inquietudes en sus adultos significativos y ojalá, lo menos posible en internet. De ahí la importancia que tiene convertirnos nosotros en su primera fuente confiable.
La sexualidad es una esfera que está integrada en nosotros desde el inicio. Y no solamente nos define, también nos da pauta de comportamiento afectivo, ese que va más allá de lo puramente sexual o de las relaciones sexuales en sí.
Generalmente para los padres y madres los conceptos relacionados con la sexualidad están asociados a las relaciones sexuales y el sexo, y si bien tienen mucha relación, también hay toda una esfera afectiva, de identidad, prevención de abuso y disfunciones sexuales futuras, que es muy importante tener presente para comenzar a hablar de sexualidad desde la más temprana infancia y de manera progresiva.
Los niños y niñas desde su nacimiento comienzan a tener conciencia de sus características físicas y anatómicas, de las semejanzas con las personas que viven, con su núcleo familiar y sus amistades. Por eso, los papás, mamás y luego los colegios debemos comenzar a enseñarles sobre su corporalidad, su intimidad, reflexionar en torno a la prevención de abuso, desarrollo de identidad, menstruación, entre otros temas. Conversar con las niñas sobre los cambios puberales físicos, emocionales y psicológicos puede ser un aporte en determinada etapa, sobre todo para aquellas jóvenes que son las primeras en vivenciar la menstruación dentro de sus amigas. Hablar con los niños sobre los cambios de voz o corporales, sobre eyaculaciones nocturnas, entre otros, en un contexto de confianza, les puede ayudar a vivenciar esta etapa de manera más segura. Así como la importancia de no hablar del cuerpo de los otros o burlarse de sus cambios o tamaños.
Temáticas como la masturbación, pornografía, compartir desnudos por los celulares son muy importantes de abordar durante la pubertad y la adolescencia. A veces tenemos la falsa idea de que si hablamos con nuestros hijos e hijas sobre estos temas les estaremos dando la idea para hacerlo, pero no es así. Con la cantidad de información y acceso inmediato a internet que tienen, no requieren de nuestra creatividad. Necesitan de nosotros para que los guiemos y ayudemos a pensar de manera crítica y juiciosa con información, no sin ella. El esconder la información no hará que se conviertan en personas que toman decisiones responsables, ya que el mundo es mucho más atractivo como se lo muestran allá afuera. Antes deben ir formando su criterio y tener un mundo interno mucho más rico que el externo.
Como adultos sabemos que la sexualidad debe estar integrada a nuestra vida de forma sana y positiva, sin embargo, cuando la asociamos a nuestros hijos o hijas nos espantamos. No dejemos que por nuestros propios miedos, historia personal o ignorancia, seamos nosotros quienes tomemos malas decisiones para guiarlos.
Acá dejo algunas sugerencias que pueden ayudar a acercarnos y generar instancias de diálogo y confianza:
-Tener presente la edad de los niños y niñas. Hay que tener en cuenta su madurez intelectual, las inquietudes que expresen y el grado de comprensión.
-Contrapreguntar, es decir, preguntar porqué le interesa ese tema, dónde lo han escuchado antes, qué sabe de lo que está preguntado.
-Aprender a ser receptivo y abierto con las inquietudes para poder responder con la verdad. Esto no quiere decir que no podamos entregar nuestra opinión, pero es importante dar información objetiva y real.
-Reconocer la sexualidad como una esfera positiva, sana e integrada al ser humano.
-Leer información de sitios certificados o libros sobre las temáticas que se quieran abordar.
-Ir observando el desarrollo físico de los hijos e hijas para anticiparse a etapas del desarrollo y poder conversar con ellos sobre los cambios que pueden experimentar.
-Aprovechar noticias, libros, temas de conversación de mesa para conversar sobre sexualidad y afectividad.
Josefina Montiel es psicóloga clínica. Instagram: @ps.josemontiel