Hora de balances musicales
Las revistas especializadas anglo tienen la costumbre de hacer listados de los discos más comentados en lo que va del año por estas fechas. Este es el vaticinio de los críticos más impacientes, con lo que promete ser lo mejor de 2015.
Paula 1176. Sábado 20 de junio de 2015.
Las revistas especializadas anglo tienen la costumbre de hacer listados de los discos más comentados en lo que va del año por estas fechas. Este es el vaticinio de los críticos más impacientes, con lo que promete ser lo mejor de 2015.
The magic whip, de Blur
Expectativas: Lonesome street, single adelanto del disco, presagió el regreso de las guitarras saltarinas de mediados del 90.
La realidad: un disco mucho más reflexivo y maduro de lo esperado, con canciones contemplativas como There are too many of us o Thought I was a spaceman que hacen que por largos pasajes parezca más la continuación de Everyday robots, el primer disco solista de Damon Albarn, que un nuevo comienzo de los abanderados del brit pop.
Qué dijo la crítica: "Un regreso triunfal que conserva la identidad de la banda y permite que las ideas que habían fermentado por separado infunden sus maduros y peculiares nuevos sabores", The Telegraph.
Vulnicura, de Björk
Expectativas: se hablaba de que seguiría la línea semiexperimental y nostálgica de Homogenic (1997), su disco más alabado.
La realidad: sí, es como Homogenic, pero aún más desolado. Posee un notable trabajo de cuerdas, que le sirven para contar la ruptura con su pareja: tres canciones que anuncian el quiebre, dos para el quiebre en sí y tres para levantar los pedazos. Debe tener las letras más dolidas de su carrera.
Qué dijo la crítica: "Una romántica forma de decir 'atrás sin golpes'", The Wire Magazine.
In colour, de Jamie xx
Expectativas: tras la presentación por goteo de adelantos como Sleep sound se esperaba un elegante trabajo instrumental.
La realidad: un disco que intercala sutiles pulsaciones electrónicas, con pop minimalista (en tres canciones colaboran compañeros de su banda The xx, Romy Madley y Oliver Sim), junto a piezas más fiesteras. Mal que mal el nombre del disco y la carátula hacen referencia a diversidad de colores.
Qué dijo la crítica: "El álbum se siente como ir vagando alrededor de una rave: con diferentes sonidos que entran y salen en los pasillos, el baño, etc. formando parte de su paisaje sonoro", The Guardian.
To pimp a butterfly, de Kendrick Lamar
Expectativas: su disco de 2012 Good kid, m.A.A.d. City lo coronó como gran talento del hip hop, cualquier lanzamiento suyo iba a estar bajo la lupa.
La realidad: la crítica no para de aplaudir este trabajo que condensa en su hora veinte de duración la tradición del bebop, free jazz, soul, funk y hip hop de la vieja escuela, en un fresco sobre el que traza una panorámica de la turbulencia racial que azota su país. Un clásico del hip hop para los amantes de la música en general.
Qué dijo la crítica: "Un disco destinado a ser escuchado por largo tiempo, uno de los pocos trabajos del hip hop reciente
construido para perdurar", New York Daily News.
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