Por Francisco Alcoholado / Ilustración: Paloma Moreno y Patricia Holmqvist
Paula 1242. Sábado 30 de diciembre de 2017.
El ejército invasor conquistó el pueblo. Todos huyeron menos el viejo del templo. El general conquistador decidió ver qué tipo de Maestro era el viejo. Cuando se dio cuenta de que no era tratado con deferencia, el general enrabiado desenvainó la espada y amenazó al viejo: "¡No te das cuenta de que estás parado frente a un hombre que puede ejecutarte en un pestañeo!". Pero el maestro le dijo: "¡Y tú no te das cuenta de que estás parado frente a un hombre que puede ser ejecutado en un pestañeo!". Los miedos son los enemigos más formidables que enfrentamos. Por eso los poderosos usan el miedo como un arma: el miedo nos convierte en un rebaño. Sin miedos no puedes ser controlada. Debes identificar cada uno de los miedos que te mantienen atada e insegura. Y enfrentarlos. Aquellos que quieren conservar la vida a toda costa, terminan perdiéndola, rodeados de cercos eléctricos, temerosos del mundo. Quien no tiene miedo de perder la vida, la gana.
El tótem: el coyote. Este es el animal de la risa y el caos. Indica un alma leve, que goza, que no se toma muy en serio ni a sí mismo ni al sistema. El coyote no tiene ego ni se da ínfulas de nada. Es el loco, vital e ilimitado, que en su originalidad cruza los abismos y logra lo imposible.
La sombra: el estancamiento. El segundo gran enemigo después del miedo es la flojera: "¡Qué difícil cambiar!", "¡voy a esperar a que él me deje primero!". En las revoluciones lo primero que se pierde es la cómoda cama. Trabajamos por plata, ¡pero nos cansa tanto trabajar para ser felices!
La luz: la compasión. Reír con los que ríen y llorar con los que lloran. Es enlazar y compartir. Es empatía, encenderte, ir en dirección a la intensidad y dejar la aburrida tibieza.