Paula 1211. Sábado 22 de octubre de 2016.
La piel contiene entre seis y ocho litros de agua, y los dermatólogos aseguran que pierde alrededor de 300 ml al día, por lo que una de las grandes batallas a nivel dermatológico es evitar la deshidratación, y con esto impedir que se deteriore y aparezcan arrugas.
¿Cómo se evita la pérdida de agua de la piel y cómo se repone el agua ya perdida?
La piel absorbe solo un 10% del agua que necesita desde el organismo. El 90% restante proviene del medio externo y depende de factores como la humedad ambiental, la altura, los vientos, la exposición al sol, la contaminación, la calefacción, el aire acondicionado, entre otros.
Para hidratarla lo menos indicado es mojarla directamente con el agua de la llave. De hecho, esto provoca tirantez y sequedad (ver página 20). La clave es saber humectarla e hidratarla. Ambas cosas.
Hidratar: el ácido hialurónico es clave
Depende del medio interno, es decir, del agua que la persona consume. Cuando se habla de hidratación se hace referencia al fenómeno natural por el cual el agua llega a la piel desde la sangre. Las capas interiores de la piel absorben el agua desde los vasos sanguíneos hidratando hasta la epidermis, la capa más externa y desde donde el agua se va perdiendo a medida que se expone al ambiente. Por eso, el término hidratar tiene que ver con tomar agua.
¿Qué significa que una crema sea hidratante?
Un producto hidratante tiene como función formar una película para evitar la pérdida de agua desde dentro hacia fuera, reteniéndola y evitando que se evapore. Para que una crema cumpla ese rol, debe contener factores de hidratación natural salinos y no salinos que intentan imitar al Factor de Humectación Natural (NMF), como el ácido láctico, sodio y amonio lactato (en dosis del 5 al 10%). Además, hidrolizados de proteínas y sacáridos como glucosa, fructosa y miel. Para pieles muy secas se utiliza la sal sódica o potásica y otros derivados del PCA (estearil, lauril y arginina PCA) en dosis del 3 al 5%. Deben contener polímeros hidratantes que son macromoléculas que forman una película semipermeable como la elastina, el colágeno, los glicosaminoglicanos, proteoglicanos, hidrolizados de fibronectina, chitosán, entre otros.
El ácido hialurónico cumple una función clave en la hidratación por su capacidad de retener agua. La ceramida, el colesterol, triglicéridos, ácidos grasos libres y los ácidos grasos poliinsaturados, también forman parte de los hidratantes.
Humectar: la importancia de las emulsiones
Se relaciona al modo en que la piel capta y retiene el aporte de agua proveniente del exterior. En ciudades de clima seco como Santiago, se hace indispensable el uso de una crema humectante, no así para quienes viven en el Caribe, por ejemplo, donde no es necesario su uso porque la piel se mantiene humectada naturalmente.
¿Qué significa que una crema sea humectante?
Lo que hace una crema humectante es capturar la molécula de agua que está en el ambiente para que esta penetre a través de las células de la piel. Dentro de las moléculas que actúan como humectantes están los polialcoholes como el glicerol y el sorbitol, los glicoles como el propilenglicol (en baja concentración), polietilenglicoles de bajo peso molecular, éteres de glucósidos, entre otros. Estas moléculas vienen en distintos vehículos, lo más recomendable son las emulsiones de fase externa acuosa porque son más fáciles de aplicar y no dejan la piel pesada y, también, porque liberan agua hacia dentro de la piel. En pieles muy secas se recomienda usar las emulsiones de fase externa oleosa ya que, además, forman una película oclusiva que retrasa la pérdida de agua.
Cómo humectar correctamente
Para que una crema humectante funcione se debe aplicar justo después de la ducha (baño corto y con agua tibia, evitar el agua caliente). Al salirse no hay que frotar la piel con la toalla, solo envolver el cuerpo con ella, y por ningún motivo usar secador para secar la piel, menos talco. La crema humectante se debe aplicar con la piel húmeda, durante los primeros cinco minutos de haber salido de la ducha (tiempo que tarda el agua en evaporarse del cuerpo). Ese es el momento en que se logra la humectación más efectiva de la piel porque las moléculas higroscópicas de las cremas humectantes atrapan el agua y la introducen a la piel.