¿Por qué siempre me gusta la gente que está en pareja?
El mes pasado, en un chat de amigas, Cristina contó que había conocido a un hombre que le había encantado. ¿Es soltero? Preguntaron espontáneamente otras dos, una aprehensión que en su caso no es para nada gratuita. Sus últimas cinco conquistas han sido hombres que ya están comprometidos. "No es que los busque, no sé por qué siempre llego a ellos. Pero el mayor problema no es que los encuentre, sino que aunque me entero de su compromiso, insisto en involucrarme sentimentalmente con ellos", cuenta.
Daniela Werner, psicóloga experta en relaciones de pareja, dice que quienes recaen en este tipo de comportamientos suelen ser personas que tienen dificultades para relacionarse con otros. "Se va primero a la idealización. No profundizan en la forma de ser de la otra persona, al punto de no indagar en cuestiones básicas como sus rutinas y horarios, que si bien para muchos suelen ser detalles, en este caso revelan problemas para entender códigos de relacionamiento. Entonces muchas veces les ocurre que cuando se enteran de que la otra persona tiene pareja, ya se han vinculado emocionalmente".
Y aquí es cuando queda en evidencia la tendencia: Quienes insisten en esa relación ponen por encima el desafío. Piensan que el otro va a darse cuenta de que el amor que están viviendo es verdadero y que por eso van a dejar a su otra pareja. Esto tiene que ver con la competitividad. "Creemos que podemos ser mejores que la mujer que está comprometida con el hombre que nos gusta y que por lo tanto, nos va a preferir. Y esto tiene una raíz sociocultural, porque desde que somos niñas hemos escuchado que las mujeres son nuestras enemigas, especialmente en el tema amoroso. No se nos ha enseñado a relacionarnos con otras desde una visión más colaborativa y amistosa. Y esa enseñanza caló profundamente en la mayoría. Por eso hay algunas que no son capaces de ver a la mujer que está detrás de ese hombre", explica.
Pero no siempre el enemigo o enemiga es otro. "Muchas veces hay una tendencia al autosabotaje. Esto es buscar relaciones en las cuales soy rechazada o soy la segunda en vez de buscar vínculos de apego seguro que de alguna manera me lleven a vincularme con gente que me hace bien, que me valora y me ve como un igual", dice. "Se trata de un tema de autoestima. Si te obsesionas con alguien emocionalmente desconectado de ti, tienes que entender que estás apostando por una relación que no tiene futuro. Si no lo entiendes y entras de manera sistemática en estas relaciones, es muy probable que tengas una visión disfuncional del amor o que sientas que no eres digno de ser amado".
Según la experta, si uno va al pasado de estas personas -sin generalizar, obviamente- hay patrones amorosos poco sanos que probablemente vienen desde su núcleo íntimo, que es la familia. "Esas experiencias tempranas solemos repetirlas en la adultez, muchas veces con el objetivo de lograr, esta vez, un final feliz y así cerrar nuestras heridas", dice. Y agrega: "Inevitablemente las elecciones de parejas que hacemos tienen que ver mucho con nuestros primeros vínculos. No es que sean determinantes ni estructurales, a lo largo de la vida podemos cambiar patrones que vienen de la infancia, pero para eso tiene que haber una reflexión y una toma de conciencia profunda de donde vengo. Y también de una actitud crítica respecto de lo que debo rescatar de allí".
Muchas veces las personas como Cristina, que suelen repetir este tipo de comportamientos, no han hecho la reflexión que les permite hacerse conscientes de sus carencias. "Algunos autores hablan de creencias irracionales, que si son sometidas a juicio racional vemos que no tienen cabida, pero que se instalan en nosotros como un núcleo que nos lleva a actuar de cierta manera. Muchas de estas formas de pensar o creencias respecto de los vínculos -no soy digna de ser amada, nunca me quieren, entre otras- no son conscientes. La persona simplemente opera, sin reflexionar al respecto".
Si bien no existen pautas a seguir para superar estas barreras y la solución va de la mano de una terapia, la experta recomienda partir por privilegiar la calidad versus la cantidad. "Esa idea de que el amor es lo más importante que las mujeres tenemos que conseguir en la vida, ha llevado a muchas a buscarlo constantemente e ir cita tras cita. No sé si eso es malo en sí, más bien tiendo a pensar que tiene que ver con qué y cómo lo busco. Hay una tendencia que apunta más a la cantidad que a la calidad. Y no hablo de que uno deba tener una pareja para toda la vida, más bien me refiero a que debemos buscar la calidad en los vínculos. Darse el tiempo de conocer al otro y, más importante aún, conocer cómo yo me siento con el otro, qué es lo que me da de vuelta, porque eso evidentemente habla de lo que le estoy entregando a él también. Y eso, en una relación sana, debe ser equitativo".
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