Javiera Mena, su nueva lucidez
Cumplió 30, dejó el trasnoche y el carrete. Ahora se levanta temprano, medita y se entrena con el Team Perros Negros para correr la maratón de Santiago. A punto de lanzar el tercer disco de su carrera, Espada, la cantante electropop habla de cómo se siente con esta nueva lucidez.
Corría el año 2006 y Javiera Mena, una chica de 23 años, melena oscura, ropa estrafalaria, que había estudiado en colegio de monjas y se paseaba de la mano con otras mujeres, lanzaba Esquemas juveniles, su aclamado primer disco que fue reseñado, incluso, por el diario El País, de España. Aunque ya era conocida en la escena del pop local más under, su nombre hizo eco no solo por su calidad musical. Con ímpetu juvenil reconocía abiertamente que le gustaban las mujeres desde que tuvo uso de razón, que fumaba marihuana y había consumido ketamina para ver qué se sentía, y que su carrera musical había comenzado cuando un profesor la descubrió mientras cantaba en el coro de una parroquia.
De ahí en adelante su carrera ha ido en ascenso. En 2010 lanzó un segundo disco, Mena, y su carrera dio un salto al main- stream, convirtiéndose, además, en el soundtrack de toda una generación. Fue invitada a tocar por el mundo, se radicó en México y España –donde vive la mitad del año–, y hasta creó su propio sello discográfico Unión del Sur junto al productor chileno Cristián Heyne, responsable del éxito de Gepe y Dënver.
Ahora ya tiene 30 y lanza su tercer disco en abril.
Se habla bastante de tu maduración como artista, ¿tiene esto un correlato a nivel personal?
En la estabilidad emocional, yo creo. Cuando era chica era más influenciable, me dejaba llevar. No es que me sienta ciento por ciento madura tampoco, quizás nunca sea así. Pero ver las cosas más fríamente y analizarlas es un indicio de que estoy distinta, más grande.
¿Será porque cumpliste 30?
No soy de esas personas que se deprimen por cumplir años, eso me parece una locura y no lo entiendo. Al revés: encuentro que los años te dan conocimiento, experiencia. Pero, además, creo que a medida que cumples años se vuelve más importante llevar una vida saludable, porque lo que te hace mal es ser poco saludable, con muchos excesos.
¿Y qué pasó con tus excesos: la noche, las drogas que reconociste consumir?
Fue una etapa que ya pasé. Igual salgo de vez en cuando a bailar, me gusta mucho, pero estoy disfrutando de la lucidez. Estoy encantadísima con estar consciente, y las drogas te llevan a otros lados que fueron entretenidos y necesarios en su momento, pero ya no más. Me siento muy plena así. Tampoco bebo como antes y me fumo un pito muy de vez en cuando, una o dos veces al mes para compartir con los amigos.
Y eso ¿desde cuándo?
Dejé de fumar hace como 2 años, pero había empezado a los 16. Estuve 12 años fumando harto, como tres veces a la semana.
¿Fumarse un pito sirve para componer mejor?
Ese era un engaño que me hacía la mente. Se me hace mucho más abierta la creación ahora estando lúcida.
"Las drogas te llevan a otros lados que fueron entretenidos y necesarios en su momento, pero ya no más. Estoy encantadísima con estar consciente. Me siento muy plena así".
Y esta nueva parada, ¿ha cambiado tu opinión sobre despenalizar el consumo de marihuana?
Siempre he pensado que el que quiera fumar debería poder hacerlo. Tengo amigos que fuman y son excelentes personas que no le hacen daño a nadie. En un tiempo más hablaremos de la legalización como en su minuto fue la del alcohol, que también estaba prohibido, aunque hace mucho más tiempo. Y la marihuana es mucho menos dañina que el alcohol. Lo malo es que me cambiaba los horarios, y levantarme temprano es como mi nueva rutina.
¿A qué hora te levantas ahora?
Intento estar en pie todos los días no más allá de las 7 u 8. Después medito.
¿Meditas?
Sí, medito todos los días, desde hace tres o cuatro años. Hago samatha.
¿Simpatizas con el budismo?
Sí, con el tibetano. Encuentro que hubo algo negativo en la invasión comunista en el Tíbet, pero que esas enseñanzas llegaran después a Occidente y hasta nosotros me parece increíble.
¿Cómo es la práctica de tu meditación?
Son ratos de silencio para respirar bien y de concentración. Uno puede y podría meditar varias veces al día. Yo lo hago sola, por lo general, me tomo una media hora durante la mañana para hacerlo, antes de tomar desayuno. Lo hago en mi pieza, y a veces voy a un centro Shambhala cerca de mi casa.
¿Y cómo fue que llegaste a la meditación?
Por mi hermano. Él es matemático y muy fanático de Francisco Varela, uno de los fundadores de Shambhala, el centro que te digo. Un día me invitó a meditar porque yo andaba medio triste y al final terminé haciéndolo mucho más que él.
¿Qué resultados te ha dado meditar?
Muchos. Me ha servido para ordenar mi mente, porque me era muy difícil lidiar con el desorden, alejarme de mí misma y verme desde fuera. Uno siempre está tan dentro suyo que no saca muchas cosas en limpio.
¿Como cuáles, por ejemplo?
De todo tipo. La meditación te hace llegar a un lugar desde el que te puedes ver de lejos, saber qué estás haciendo, cómo estás reaccionando, y te ayuda a analizar. Siempre he pensado que los grandes problemas del mundo se producen por la inestabilidad emocional de las personas o los egos que están por los cielos.
ORIÓN, MI ESTRELLA
¿Y tu ego cómo anda, considerando que eres una cantante exitosa?
Le tengo respeto igual, porque creo que esto es efímero. En algún momento voy a tener 70 años y quizás voy a estar en un asilo con todos mis amigos riéndonos de todo, porque sé que es pasajero y tengo conciencia de eso. No trato de trepar hacia la fama, prefiero la cotidianidad, disfrutar a mi familia, reírme con mis amigos. Soy consciente de que todo lo que sube, baja.
Hablando de estrellas, supe que rayaste con la astronomía…
Sí, un tiempo me dio, pero se me quitó. Tengo un programa para ver las estrellas en el teléfono, y como a los 24, cuando estaba más metida en el tema, me regalaron un telescopio. Me compré libros y todo.
¿Libros sobre astronomía?
Sí. Me gustó mucho Hijos de las estrellas, de Teresa Ruiz.
¿Qué te llamaba la atención de todo eso?
En algún momento me empecé a cuestionar cómo estaba formada la inmensidad de allá arriba. Era tan desconocida y común a la vez, porque tenemos el cielo encima a diario, que sentía mucho respeto y pudor al sentarme a mirarlo así no más. La Tierra la puedes entender, hasta cierto punto, pero me costaba medir las distancias, por ejemplo, pensando en el infinito y el resto del universo.
¿No pensaste en desarrollar más esa veta?
No, lo fui dejando poco a poco hasta volver completamente a la música.
¿Y tenías tu estrella favorita?
Sí, Orión. Porque siempre se ve, aunque el cielo esté contaminado. También me gustan las pléyades, que son como masas de estrellas muy chicas que se juntan en un punto del cielo.
Aprendiste harto, al parecer. ¿Sacaste alguna otra conclusión más metafísica?
Sí, o sea, inevitablemente uno llega al tema del origen de todo esto, y la materia cobra todo su peso cuando uno mira el cielo. Uno se cuestiona todo.
Tú estudiaste en colegio de monjas, ¿eres creyente?
Bien creyente, la verdad. Me gustan las religiones, la relación íntima del ser humano con su mente, también los ritos, poner altares y esas cosas. Pero no soy practicante, lo veo más como un análisis externo. Haber pasado por las monjas me sirvió mucho, pienso que el catolicismo –que es la religión que más conocí– tiene muchas cosas bonitas, como lo de amar y respetar al resto, pero dejó de gustarme cuando asumí que mete mano en la vida de las personas. La moral me molesta.
Siempre has contado abiertamente que eres lesbiana. ¿Te has sentido discriminada por eso?
No directamente, pero mucha gente comenta y opina sobre tu sexualidad como si se tratara de la propia.
¿Te tiran mala onda?
Algunos comentarios sí son en mala onda, y es increíble que aún haya mucha gente que no tolera la diversidad. Yo prefiero tener una mente despierta que pueda entender a todos. Esa sería mi bandera de lucha.
¿Y crees que esa bandera de lucha se nota en tu música?
Mi música es muy política. Decir que eres gay o hacer un video de amor entre chicas, como Espada, creo que aporta con una cuota de revolución. Al final, mostrar es provocar y dar cuenta de una injusticia.
Mostrar el amor homosexual…
Sí. Si en un video aparecen chicas que se gustan con chicas, algo que aún sigue siendo muy invisible, me parece un gran aporte al destape.
SEIS KILÓMETROS
Llevas una vida bien nómada. Un tiempo vives en Chile y otro, en España y México. ¿Cómo lo manejas?
Me fascina. Paso seis meses en Chile, tres en España y otros tres en México. En Madrid me quedo en la casa de mis managers, en el Barrio Malasaña. He ido tantas veces que hasta me tienen una habitación. En México también me quedo donde una de las chicas de mi sello allá, en el DF, en el Barrio La Condesa.
¿No te gustaría establecerte de lleno en algún lugar?
Soy una persona itinerante, no me siento de ninguna parte, a pesar de que en cada uno de estos sitios me muevo con familiaridad y tengo ropa y zapatillas que voy dejando. Me he ido como esparciendo.
¿Y no echas de menos?
No alcanzo, es que son periodos cortos y hago muchas cosas. Creo que cuando estuve pololeando extrañé más, pero ahora ya no.
¿No estás en pareja?
No, estoy soltera desde hace un buen tiempo, como un año y medio. La verdad me gusta estar en pareja, pero pasé todos mis 20 en relaciones; tuve como cinco novias, y con la que más duré fueron algo así como dos años y medio. Pero quería descansar. Este tiempo sola me ha servido para disfrutar de mis amistades sin tener que volver siempre a un nido.
"Un tiempo rayé con la astronomía, leía y tenía un telescopio. Mi estrella favorita es Orión porque siempre se ve, aunque el cielo esté contaminado. También me gustan las pléyades, que son como masas de estrellas muy chicas que se juntan en un punto del cielo".
Después de viajar tanto, ¿aún te sigue gustando Santiago?
Sí, me encanta, pero no que esté tan contaminado. Lo que pasa es que me gusta salir a correr.
¿Eres una chica runner?
Corro todos los días, durante las tardes. A veces tomo descansos, pero generalmente corro 6 kilómetros diarios en la semana y 15 los fines de semana. También estamos preparándonos con unos amigos para la maratón de Santiago, hasta tenemos un team que se llama Los Perros Negros.
¿Y por qué ese nombre?
¿Has visto a los perros negros en la calle? Su filosofía de vida es siempre estar caminando o en movimiento, aunque esté cojo, con hambre o buscando algo que hacer. Así somos nosotros: intentamos no parar hasta llegar a la meta.
Oye, ¿y cuál es tu meta más próxima?
En verdad estoy tan dedicada a la música que no dejo espacio para otras cosas. No sé si tengo metas. Por lo pronto, quiero que el disco esté listo en abril, lanzarlo y moverlo por donde pueda. Esa sería la meta más cercana.·
“Mi música es muy política. Decir que eres gay o hacer un video de amor entre chicas, como Espada, creo que aporta con una cuota de revolución. Al final, mostrar es provocar y dar cuenta de una injusticia”.
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