Nada más rejuvenecedor que el humor y la desfachatez en las pasarelas para despertar a una moda que se ha puesto un poco lejana y solemne. Después de todo ¿para qué sirve la moda si no nos regala liviandad y diversión? Ciertos patrones evocadores de lo lúdico y de la niñez se han hecho normativos en la retórica de Jeremy Scott, y en la colección de Primavera 2019 son aun más reiterativos y sofocantes.

Dice la psicología que el 'síndrome de Peter Pan' es el conjunto de rasgos que tiene una persona que no puede renunciar a ser niño para ser adulto.

Scott parece atrapado en esta narrativa por momentos entretenida, pero con tiempos de caducidad muy acelerados. El uso abusivo de imágenes de monos animados, peluches, vinilos, redes, arcoíris, unicornios y todo el cotillón propio de un cumpleaños infantil resulta agotador y pasajero.

Look 1. "El Correcaminos" nos dice "Misión cumplida".

Look 2. Las consignas cada vez más grotescas e invasivas trascienden el cuerpo, los últimos gritos de la moda en 3D.

Look 3. "Pikachu" multiplicado en este polerón Pokémon.

Look 4. Gigantescos cuadros de pícnic en todos los colores, y por si fuera poco, una puntilla amarillo neón.

Look 5. La polera de red estampada con todos los equipos de básquetbol, tal como el muro de la pieza de un adolescente americano.

En tiempos donde la inmediatez nos deja sin sentido esperando el próximo segundo, Scott se empeña en hacer más líquido y fugaz su legado en la moda.