La corresponsabilidad de los cuidados: una tarea pendiente

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Invisible y poco valorado, pero esencial para la sociedad. El trabajo relacionado con el cuidado de las personas y la crianza sigue estando en Chile mayoritariamente sobre los hombros de las mujeres. Pero la pandemia evidenció aún más los problemas de un modelo poco equitativo que golpea las condiciones laborales femeninas.

“La pandemia provocó retrocesos importantes en la participación laboral femenina. En los peores momentos retrocedimos en tasas de participación en el mercado laboral de cerca de una década”, explicó el subsecretario de Trabajo, Giorgio Boccardo.

La razón es simple de apuntar y compleja de abordar: las mujeres son las principales encargadas de criar, cuidar y hacer tareas domésticas. Un estudio realizado por el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales lo dejó claro en 2020: el 38% de los hombres destina cero horas semanales a tareas domésticas; el 57%, cero al cuidado de niños y el 71%, cero al apoyo escolar de sus hijos.

Por otra parte, un 33,9% de las mujeres declaró motivos familiares permanentes, como razón principal para no entrar al mercado laboral, entre octubre y diciembre de 2020. En el caso de los hombres, sólo un 1,7% dio esa razón.

Las cifras demuestran que la corresponsabilidad es una de las grandes tareas pendientes de la sociedad. Porque a pesar de los avances, seguimos sin contar con una participación equitativa en cuidado y crianza. El primer retiro del 10% de las AFP dejó a la vista que tan solo el 16% de los padres separados, divorciados o que no viven con la madre de sus hijos cumplen mensualmente con las pensiones de alimentos. El 84% no paga o no lo hace a tiempo. Otra cifra ilustra el problema: en 2020, sólo un 0,2% de los padres hizo uso del postnatal parental en Chile.

“Los hombres no piden estos permisos porque inciden en la valoración de sus trabajos. Y si no son prácticas masivas dentro de las empresas, eso complica la situación de quienes sí optan por este derecho”, explica María Elena Acuña, antropóloga y académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. “Todavía es muy visto desde la lógica de que es una ayuda a las mujeres. Es parte del principal problema, seguir pensando que estas son sólo tareas que les corresponden a las mujeres”, añade.

Boccardo concuerda en que esta problemática se debe a razones culturales, pero asegura que también tiene que ver con el hecho de que los fueros no cubren a los hombres. “Muchas veces los incentivos que tienen los hombres son menores. La propia legislación actual tiende a que finalmente sean las mujeres las que terminan haciéndose caso de esto”, dice.

La participación de los hombres en tareas de cuidados es clave para el desarrollo familiar y social. Así lo constata el informe State of the World’s Fathers 2021, que precisa que a nivel mundial, las mujeres realizan de tres a diez veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres.

Un problema que ya existía antes de la pandemia, pero que se profundizó con ésta. Según un estudio de la OIT anterior al covid-19, el 42% de las mujeres en edad de trabajar dijo que sus responsabilidades de cuidado y trabajo doméstico no remunerados las dejaron incapaces de realizar un trabajo pagado, en comparación con sólo el 6% de los hombres.

Lo urgente es deconstruir la idea de que el cuidado es un asunto principalmente de las mujeres e instaurar ese cambio en las instituciones. “Esto requiere de una articulación social mucho más compleja, de entender que el cuidado es una responsabilidad social”, dice Acuña. “Con el cuidado de los miembros de la sociedad que no son valentes por diversas razones, lo que hacemos es cuidar y reproducir a la sociedad en sí misma. No es un problema de responsabilidad individual”, dice Acuña.

Los expertos concuerdan en que la corresponsabilidad debe ser abordada desde una mirada integral. Partiendo desde la casa, donde se debe buscar que los adultos se repartan de forma equitativa las tareas domésticas y el cuidado de las personas.

A nivel más profundo, se necesitan iniciativas que impacten las estructuras de poder, las políticas públicas y también las normas sociales para promover una visión de igualdad de género.

“Se requiere mucha más infraestructura pública y social para estos procesos. Desde la ampliación de la cobertura de salas cunas, jardines infantiles, hasta los lugares de estadía para personas mayores”, dice Acuña.

El Ministerio del Trabajo asegura estar dando pasos para atender las urgencias más inmediatas. Para eso implementó una extensión del IFE Laboral para mujeres y del programa 4 a 7, así como una ampliación del Subsidio Protege, a madres trabajadoras con hijos de hasta cuatro años. “Son medidas que están enfocadas fundamentalmente a aumentar las tasas de ocupación que se vieron reducidas durante la pandemia, pero también queremos ir reduciendo las brechas que existían en el mercado laboral antes de la pandemia”, dice Boccardo.

En una segunda etapa, el gobierno espera avanzar en un diseño de una política de intermediación para entregar herramientas de calificación laboral a las mujeres. El objetivo es que puedan insertarse en espacios que históricamente han estado vinculados a los hombres y trabajar con el Ministerio de la Mujer para construir sectores laborales libres de violencia de género.

Para incentivar la corresponsabilidad de los cuidados, el rol de los empleadores es fundamental. “Se requieren tiempos laborales para cuidar a personas enfermas. También se necesita que los empleadores adquieran conocimientos y se comprometan a dar mayores permisos y a participar de las demandas y procesos que tienen sus trabajadores y trabajadoras”, dice Acuña.

“Hemos sido bien insistentes en los empleadores para que vayan tomando medidas afirmativas en términos salariales, en términos de espacios de responsabilidad y también en los casos donde la cultura laboral es machista”, indica el subsecretario Boccardo. “Queremos que la empresa sea capaz de ir entregando herramientas y espacios de seguridad a las mujeres que permitan el acceso laboral con igualdad de derechos”, añade.

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