La crianza con un enfoque ecológico
La llegada de cada nueva persona al mundo lamentablemente genera necesidades de consumo insostenibles. Pero esto no necesariamente debe ser así, ya que se puede ser consumidores responsables y ser conscientes de la educación ambiental que le inculcamos a nuestros hijos.
Es claro que la educación influye en el avance y progreso del desarrollo de las personas y sociedades. De hecho, por esto mismo muchas familias han adoptado este proceso educativo con un enfoque ecológico, con el propósito de entregar valores, conocimientos y enseñanzas sobre la protección y respeto de nuestro entorno natural. ¿El objetivo? Que las futuras generaciones sean parte del cambio hacia un desarrollo sustentable.
“Trato de inculcar lo que a mí me enseñaron cuando niña: el respeto a dejar mejor las cosas como cuando las encontramos”, dice Ximena Hidalgo. “Esta educación me ha ayudado a tener una actitud de ir más allá y aprender mejorar”. Ella es madre de dos hijas y junto a su pareja han sabido llevar una crianza alejada del consumo innecesario que a veces se genera cuando llega un hijo al mundo: ropa, pañales, cuna, juguetes y una larga lista de etcéteras.
En su rol de madre se ha cuestionado de una forma distinta las necesidades de consumo: “Tomo decisiones con respeto, por ejemplo, en el tipo de educación y en el uso de la medicina. Es clave ver las consecuencias que tiene cada una. Yo usé pañales de tela con mis dos niñas y trato de llevarlas a que conozcan la naturaleza, porque es importante que los niños tengan experiencias con lo natural, que lo amen y aprendan a cuidar. En general el que no quiere el medio ambiente es quien no lo siente suyo, y eso pasa en todo ámbito”, dice Ximena.
Para Isidora de la Maza, psicóloga con enfoque ecológico, resulta fundamental la educación en torno a la sustentabilidad y para esto, es importante que los padres se trabajen ellos mismos en su papel como educadores. “Es muy difícil inculcar a un niño o niña la sustentabilidad si uno no está siendo sustentable y eso es lo más difícil porque estamos viviendo y nos desarrollamos en una sociedad consumista, por lo tanto, debemos tener la seguridad en nosotras mismas de no requerir más cosas de las que verdaderamente necesitamos y representárselo a nuestros hijos”, especifica.
La huella ecológica se ve afectada por cada persona que se encuentra en el planeta y esto se aplica también a los niños, ya que en términos de sustentabilidad requiere de un gran esfuerzo disminuir su huella. “Si bien se van necesitando cosas, existe de todo para tener alternativas sustentables. Se debe abogar a la reutilización. Me parece primordial volver a lo justo y necesario”, comenta Isidora.
Para la especialista, estas medidas deben pasar por un acercamiento a la naturaleza. “Finalmente nosotros somos naturaleza y cuando nos empezamos a dar cuenta de eso la empezamos a cuidar. Es necesario que se vaya educando desde el amor a la naturaleza, que finalmente es el amor a nosotros mismos y no desde un lugar antropocéntrico, sino todo lo contrario, de sentirnos parte de esa totalidad”.
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