La escritora huilliche

Graciela Huinao es poeta, narradora y, desde hace cuatro meses, la primera mujer indígena que se integra a la Academia Chilena de la Lengua. "La sociedad nos obliga a hablar castellano, pero ahí hay un espacio que aprovechar", dice la escritora que se propuso reivindicar el mapudungún en esas lides.




Paula 1151. Sábado 5 de julio de 2014.

Graciela Huinao es poeta, narradora y, desde hace cuatro meses, la primera mujer indígena que se integra a la Academia Chilena de la Lengua. "La sociedad nos obliga a hablar castellano, pero ahí hay un espacio que aprovechar", dice la escritora que se propuso reivindicar el mapudungún en esas lides.

Nacida en Chaurakawin, Osorno, Graciela Huinao (57) aprendió el mapudungún recién a los 30 años. Su padre, Dolorindo, no hablaba su idioma delante de ella, para protegerla, después de que, a él mismo, un profesor mapuche le enseñara a varillazos que debía olvidar su lengua y hablar castellano. Por eso, Graciela usó ese idioma al comenzar a escribir, a los 13 años, cuando su madre murió y se aferró a su diario de vida.

Ya de adulta inició una carrera notable: autora de varios libros, entre ellos Walinto, poesía en mapudungún–español, La nieta del brujo, seis relatos williches y la novela Desde el fogón de una casa de putas williche, ha sido publicada en Estados Unidos y antologada en Francia, Polonia, Argentina, México, España y Rumania. La invitan a exponer a universidades extranjeras, y sus libros han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos al inglés, al chino mandarín y últimamente al hebreo. Por toda esa trayectoria, en marzo pasado la eligieron de manera unánime como la primera indígena en integrar la Academia Chilena de la Lengua.

¿Sientes contradicciones al integrarte a la Academia Chilena de la Lengua?

Aunque podría sentirlas, porque promueve la lengua invasora, en la Academia hay un espacio que me dan y que debo aprovechar. A los mapuches la sociedad chilena nos obliga a hablar castellano, pero creo que desde la Academia se puede revindicar el mapudungún. Es un medio para poder transmitir su valor. He pensado en promover encuentros entre pueblos originarios desde la Academia, porque todos tenemos el acento de la tierra en la sangre y eso nos hace diferentes a nuestros vecinos fronterizos. Palabras como pichintún, cahuín, vienen de esta lengua nativa.

¿Cuál es tu palabra favorita en mapudungún?

Mi favorita es liwen que significa amanecer, pero también alude a un renacimiento del espíritu. La cosmovisión del pueblo mapuche es esa: gratitud por cada día. Por eso, lo primero que hacemos antes de salir a la calle es mirar el cielo y observar si está gris o soleado, si hay pájaros o árboles a nuestro alrededor.

¿Te consideras chilena?

No. Yo soy mapuche-huilliche. Y exijo que cuando me promueven en otro país me presenten así, no como chilena.

¿Qué estás escribiendo ahora?

Estoy terminando de escribir el libro Külliñ epeu (cuentos de animales), por el cual me gané un Apoyo a la Escritura del Consejo del Libro 2014. Pero, además, en 2015 publicaré Katrilef, hija de un ülmen huilliche. Este libro está inspirado en la historia de mi tatarabuela que vivió en la época de la "pacificación", en 1883. Ella creció viendo irse a los hombres tempranamente a la guerra, entre ellos a sus hermanos. También estoy escribiendo sobre seres mitológicos que han impactado a mi familia. Siento que el conocimiento debe equilibrar a estos dos pueblos que aún caminan separados. Hacia allá apunta mi escritura. Me gustaría ser un aporte a la cultura chilena para que no siga cojeando en su historia.

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