Paula 1142. Sábado 1 de marzo de 2014.
Las crónicas del norteamericano John Jeremiah Sullivan unen lo mejor del periodismo y de la literatura: la observación y la información se articulan para encontrar epifanías vitales y nuevas verdades, con un humor a toda prueba e inteligencia brillante. Pulphead, el primer libro compilatorio del autor, lo pone entre los grandes cronistas del momento.
John Jeremiah Sullivan (1974) tiene tres virtudes de gran escritor: puntos de vista explosivamente originales, análisis jamás coartados por ideas recibidas, y personajes descritos con compasión y humor. Su oficio en revistas como Harper's, The Paris Review y The New York Times Magazine se despliega en una escritura directa y ágil, tan descriptiva como reflexiva. Pero no es un escritor más que sabe unir datos con una mirada inteligente y certera, ni tampoco se queda en el efectismo del periodismo narrativo: es un maestro en contar, desde su propia experiencia, la complejidad de lo que sucede en diferentes escenarios clave de la cultura norteamericana, desde un reality show de MTV hasta los barrios destrozados por el huracán Katrina. Sullivan se inmiscuye en esos mundos con comodidad y perplejidad unidas, para salir aún más confundido, pero sabiendo siempre de qué está hablando y cómo es posible pensar de manera propia ante la gente que le muestra la realidad.
Nacido en una familia culta de Kentucky, Sullivan estudió en Tennessee, y se crió leyendo y observando lo más típico de Estados Unidos: desde la literatura de Faulkner al rock pesado, de los deportes de todo tipo –su padre fue periodista deportivo y su primer libro es sobre él– a la televisión más burda de la era Reagan. Su escritura para las mejores revistas norteamericanas da cuenta de ese bagaje, además de recordar al Nuevo Periodismo y a la inteligencia crítica de los grandes artistas contemporáneos del país.
Los quince textos de Pulphead (Mondadori), la reunión de sus crónicas, son de una versatilidad admirable y ejemplar. Ver a Michael Jackson como la persona que era –un niño genio y atormentado, pero sobre todo un músico excepcional–, le permite observar su rareza y la maravilla de sus canciones antes de buscar un culpable o de escandalizarse por su supuesta pedofilia. Ser un intelectual y un escritor no le impide hacerse amigo de los chicos reality y sorprenderse de la mecánica triste de su star system de segunda. La admiración ante uno de sus maestros, Andrew Lytle, le hace saber que la literatura norteamericana del siglo XX es una maraña de talentos y relaciones complejas que no es capaz de juzgar. Y la devastación del huracán Katrina le enseña que los hombres son tan valientes como estúpidos, dispuestos a sobrevivir y a tirar la primera piedra a la primera provocación desde la soltura de su ignorancia.
$ 28.000 en la librería Metales Pesados.
*Sullivan es el mejor exponente de una tradición de escritura libre y personal con vocación pública, que se permite la ironía y el sarcasmo para lograr un humor profundo. El cronista escribe desde la experiencia total de estar, observar y pensar el mundo que le toca vivir, fascinantemente grandioso y miserable, para desarmar todo lo que podemos suponer de ello.