La importancia de criar buenos perdedores
Ganar es fácil. No hacer aquello que te lleva a la victoria -eso puede ser bastante complejo, dependiendo del área de competencia-, pero sí la reacción que tienes luego de haberlo hecho. Cuando una persona gana, su reacción es de satisfacción, de felicidad. De sentir que todo el trabajo realizado para llegar hasta ese punto valió la pena; las horas sin dormir, las madrugadas, los fines de semana, lo que haya sido que lo llevó a la meta. La persona que pierde no tiene esa satisfacción. Es como la escena de Friends, cuando Joey tiene que ensayar cómo aplaudir y reaccionar en caso de no ganar un premio que, efectivamente, no consigue, dejando su reacción mucho que desear.
Pero saber perder es importante. Obvio, quisiéramos no tener que ponerlo en práctica, pero se trata de una herramienta que nos puede ayudar a transitar de mejor manera a través de nuestra historia. “Las lecciones que aprendes perdiendo pueden cambiar el resto de tu vida”, escribe Dan Waldschmidt en Business Insider. Entre estas lecciones, destaca: “Que tu idea parezca brillante no quiere decir que realmente lo sea. A veces, lo que realmente te está limitando es tu poca capacidad de admitir que no eres tan inteligente como crees serlo”.
Aunque esa idea suena algo negativa, la segunda enseñanza es algo más alentadora: “Que hayas perdido hoy no quiere decir que seguirás perdiendo mañana. De hecho, si aprendes de tus errores a la primera, es más probable que lo hagas bien en la siguiente oportunidad. Serás más inteligente y más fuerte”, dice Walshmidt. Y esto es muy cierto, y tan aplicable para muchas áreas de la vida. A veces, las cosas nos resultan una y otra vez por mera suerte, y cuando eso pasa, nos perdemos oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Si las cosas no nos salen mal en algún momento, si no nos equivocamos y si no perdemos, no aprenderemos ni evolucionaremos en el camino. Y es por esto que, como padres y madres, lo mejor que podemos hacer es enseñarle a los niños, niñas y adolescentes a ser buenos perdedores.
Según escribe la trabajadora social Amy Morin, es común que en edad pre escolar, niños y niñas inventen sus propias reglas en los juegos para así evitar perder, por lo que en este punto, las ganas de ganar no deberían levantar banderas rojas. Pero cuando ya están en enseñanza básicas, apoderados y profesores deberían poner atención a cómo los niños y niñas reaccionan ante situaciones en las que no consiguen lo que quieren, y de paso entregar herramientas para que perder no sea más que una parte de la vida.
Morin entrega consejos para poder desarrollar estas herramientas en niños. El primero es alabar, no solamente cuando gana, sino que cada vez que lo intenta. “Elogia sus esfuerzos y su trabajo duro, más allá del resultado final. En vez de decirle que es el corredor más rápido del equipo, dile que te gustó cómo animó al resto del equipo”, escribe. En la misma línea, destaca que hay que demostrar la importancia del juego limpio a través del ejemplo: “Anima a los jugadores por hacerlo bien y felicita al ganador aunque no sea de tu equipo. Muéstrale a tu hijo como tratar a las demás personas con amabilidad, sin importar los resultados”.
Esto no quiere decir que un niño o niña no se pueda sentir enojado por haber perdido. Esas emociones son reales y no es bueno esconderlas debajo de la alfombra, pero también es importante poder manejarlas y canalizarlas correctamente. “Enséñale que sentir enojo está bien, pero hacerle daño a alguien o algo no lo está. Invierte tiempo y energía en enseñarle a tu hijo herramientas específicas para controlar la ira, que le ayuden a tolerar cuando pierda”, recomienda.
Por su parte, la psicóloga Susan K. Perry, escribió una columna en el medio especializado Baby Center, en el que entrega algunas herramientas para enseñarle a niños y niñas de entre 5 y 8 años a perder con gracia. Para esto, asegura, también que hay que enseñarles a ser buenos ganadores, pues explica que son dos caras de una misma moneda: “Dile que los buenos ganadores no presumen acerca de sus victorias ni se burlan de las habilidades de los otros jugadores. Y ayúdala a convertirse en una buena perdedora, entregándole oportunidades para perder cuando juegue contra ti. Puede sonar rudo, pero nunca aprenderá a usar esta herramienta si nunca la practica. Y lo más importante, no dejes que te vea siendo una mala perdedora. Toma bien tus derrotas, y siempre felicita a quien gane”.
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