Especialmente en las zonas más centrales o norteñas de nuestro país, cuando llega el verano nos exponemos a altas temperaturas que van desde los 25 a 30 grados. Pero ¿qué efectos puede tener esto? Según explica el dermatólogo de Red Salud UC, Matías Gompertz, con esas temperaturas nuestra piel sufre una mayor pérdida de agua, por ende, es más propensa a deshidratarse o secarse, lo que provoca finalmente que se irrite, inflame o infecte con mayor facilidad.

Además, para capear las altas temperaturas y refrescarse, se abre la temporada de piscinas, y ahí también pueden existir repercusiones. Lo que muchas veces dejamos pasar es que estas contienen sustancias desinfectantes como el cloro, y cuando nos bañamos de manera prolongada se puede llegar a alterar la flora bacteriana de nuestra piel. “Este tipo de exposiciones provoca que la piel se irrite, se seque o tenga reacciones alérgicas. Esto porque pasar mucho tiempo en el agua genera una pérdida de la capa lipídica de la piel, que corresponde a la parte externa que se encarga de que ésta no pierda agua”, explica.

Para evitar que el manto lipídico se debilite por estas situaciones, la recomendación del dermatólogo es la de siempre mantener la piel hidratada. Luego de cada baño en la piscina, es recomendable rociarse de agua más limpia y luego aplicar cremas acorde al tipo de piel, ya que de esta forma ayudamos a restaurar esta barrera protectora y evitamos que se seque y agriete.

“Por otro lado, cabe mencionar que como en estas épocas se suele transpirar más, el número de duchas aumenta, sumándole a eso que estas no son cortas lo que también puede generar una pérdida de la capa de grasa. En este caso lo recomendable es tratar de bañarse con agua no muy caliente (más bien fría) y después hidratarse”, agrega el especialista.

Nuestra piel no es la única que requiere atención. De acuerdo al doctor Gompertz, el principal enemigo de nuestro pelo es el calor, ya que puede dañar su cutícula, que corresponde a la vaina protectora. Cuando esta se daña, nuestro pelo se vuelva más frágil, quebradizo y seco. Por lo tanto, es aconsejable que durante estas épocas se evite el uso de secadores, planchas u ondulares, así como también se recomienda usar sombreros para protegerlo del contacto directo con el sol.

“Esas son las consideraciones básicas que uno debiera mantener en estas épocas de calor. Además, hay que tratar de aumentar la ingesta de agua y evitar estar expuesto a las horas de mayor calor (de 12 a 17). En esos horarios es mejor hacer actividades en la sombra o bajo techo”, concluye.