La mesa de invierno

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La ropa de verano es más ligera y sencilla. La ropa de invierno, en cambio, juega con las materialidades y es mucho más definida en su función y compleja en su forma. Lo mismo sucede con la vajilla que viste nuestras mesas en invierno: es más específica, variada, diversa y original.




Paula 1206. Sábado 13 de agosto de 2016.

La historia de los utensilios de mesa y cubertería es tan antigua como la historia de la humanidad. Pero fue en el siglo XIX cuando se alcanzó un mayor desarrollo en la manera de servir los alimentos. Ahí surgieron los cubiertos y vajilla para fines específicos como los de helado, pescado, espárragos y otros.

El invierno es tiempo de sopas, guisos calentitos, tardes de té, café y pasteles. La oferta de objetos antiguos y con historia para servir estos alimentos es infinita y es increíble descubrir cómo cada objeto fue pensado para un propósito específico. Un cucharón sopero no sirve para servir helado. Su forma y profundidad solo funcionan con líquidos. Un plato plano no sirve para comer guisos jugosos.

El invierno es tiempo de sopas, guisos calentitos, tardes de té, café, pasteles. La oferta de objetos antiguos y con historia para servir estos alimentos es infinita.

Este excéntrico mundo lo descubrí cuando encontré, en una feria en Providencia, una curiosa fuente con hoyitos que iba sobre un plato liso. Pensé que no tenía ninguna gracia hacer que los alimentos perdieran su jugo. Pero no todos se quieren y deben consumir aguados. Tal es el caso de los espárragos y este era un juego esparraguero.

Comeremos máximo 6 veces al año espárragos, pero si los vamos a comer: ¡qué gusto que sea en el plato indicado!

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Mi obsesión por las soperas y guiseras parte hace pocos meses cuando, en mi afán por que la comida se mantuviera caliente, ya no quise seguir peleando con las marcas horribles que dejaban las ollas en mi mesa de madera. La gracia de la sopera es que muchas veces tiene patas, un platillo o una base que la aísla. Por otro lado, la tapa permite no solo mantener a temperatura las comidas, sino también mantener la "sorpresa" a la hora de servirlas. Mis favoritas son de porcelana pintada –idealmente también con algún detalle al interior–, cerámica y, ahora último, he despertado el gusto por las de plaqué.

Colección de soperas de Campbell

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El museo de Winterthur en Wilmington, USA, alberga la colección de soperas donadas por el Campbell Museum que incluye piezas desde 1720 hasta nuestros días de diferentes orígenes. Se puede comprar online el libro de la colección. www.winterthur.org

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