Paula 1188. Sábado 5 de diciembre de 2015.
Modelo de Vogue, musa de los surrealistas, fotógrafa y corresponsal de guerra, Elizabeth "Lee" Miller fue una mujer apasionada y apasionante, cuya obra puede verse hasta febrero de 2016 en el Museo de Arte Moderno de México. Cien obras, entre retratos de personajes y paisajes, que dan cuenta de su ojo agudo.
"Parecía un ángel, pero era un demonio por dentro". Así se autodefinió una de las figuras femeninas más atractivas del siglo XX en fotografía de moda, artística y documental. Y es que el look santurrón y los ojos azules de Elizabeth Miller la llevaron a ser maniquí en Nueva York cuando apenas tenía 20 años, pero fue el espíritu vividor el que la marcó por siempre.
Picasso bajo el lente de Lee Miller (1958).
En París (1929) fue discípula, inspiración y amante del fotógrafo surrealista Man Ray. Allí llegó luego de un escándalo de aviso publicitario que utilizó su imagen indebidamente, poniendo fin a su carrera de modelo. La fotografía era parte de su ADN (su padre había sido fotógrafo aficionado), así que se decidió a explorarla. De Ray aprendió que "cada objeto y cada persona posee belleza, y es trabajo del artista encontrar el momento, el ángulo o el entorno que revelan ese atributo".
Su trabajo como reportera de guerra.
Conoció a Picasso, Jean Cocteau, Miró, Max Ernst, Oskar Kokoschka, y todos quedaron registrados en más de 60 mil negativos que conservó a lo largo de su vida. En 1932 regresó a Estados Unidos para abrir junto a su hermano Erik un estudio fotográfico comercial. Su trabajo fue incluido en unaexhibición en la galería Julien Levy en Nueva York, lo que la ayudó en la transición de modelo a fotógrafa.
Después de esa etapa neoyorquina, partió a El Cairo, de la mano de Aziz Eloui Bey, un empresario egipcio, con quien contrajo matrimonio. Después de esa fase más bien mística entre pirámides y el Nilo, terminó su relación y volvió a la ciudad luz en 1937. Se enamoró del historiador y artista Roland Penrose, con quien se casó y fueron padres –sin buscarlo– de un único hijo. Ella tenía 40 años.
Fotografía de moda para Vogue (1942).
En 1939 la pareja estaba en Londres cuando le tocó soportar el bombardeo nazi. Así, Miller se convirtió de manera orgánica en la primera mujer en cubrir la línea de fuego durante la guerra. Comenzó a trabajar junto a David E. Scherman, el famoso fotógrafo de la revista Life, y con su Rolleiflex pudo plasmar el caos y la destrucción de la capital inglesa con un cierto humor negro. Finalmente, la familia Penrose se asentó en un campo en Sussex, donde ella se nacionalizó inglesa. Después de una depresión y etapa de alcoholismo, se reinventó como cocinera gourmet. Falleció de un cáncer a los 70 años, dejando un archivo histórico altamente valioso, y un ánimo digno de imitar.