Paula 1172. Sábado 24 de abril de 2015.

Es el día después del aluvión. Llueve hace 12 horas sobre la segunda región. Un auto destruido por una roca que cayó cerro abajo bloquea el paso. Es solo uno de los tantos obstáculos que quedaron en el camino entre Antofagasta y Taltal, después de que el río de lodo bajó arrasando con todo el miércoles 25 de marzo. Los bomberos explican que no hay forma de entrar al puerto de Taltal, salvo sacando barro y desechos con máquina: una pala retroexcavadora con capacidad para una sola persona. Paulina Núñez –abogada de 32 años, diputada por la zona y la única representante de RN en la Cámara Baja desde Arica hasta Santiago– que nunca antes había manejado maquinaria pesada, se sube y conduce bordeando el camino hacia el acantilado. Fue la primera autoridad en llegar a la zona más devastada en la región.

Metros más abajo, una mujer oriunda de Taltal la reconoce: "¡Es la muñequita!", dice.

El apodo no es casual. Hace poco menos de dos años, cuando Núñez postulaba por primera vez al parlamento, cuenta que no la conocía nadie y debía lograr, en menos de seis meses, ser reconocida y sacar, por lo bajo, el 16% de los votos.

"Soy nortina en la forma de hablar. El otro día le dije a la hija de una amiga, 'ponte a tota' y nadie me entendía, porque acá se dice al apa. Muchas veces me dicen que tengo un acento distinto, se me nota que de santiago no soy", dice la diputada de RN por el distrito 4: Antofagasta, Taltal, Mejillones, Sierra Gorda y Baquedano.

La campaña iba lenta hasta que un día fue con un amigo publicista a un centro de adultos mayores en Antofagasta, su ciudad natal. Una señora la vio y dijo "uy, qué es linda, si parece una muñeca". Su amigo lanzó la idea: "¿Y si te sacas fotos y mandamos a hacer a China una muñeca con tu cara?". La entonces candidata imaginó que de vuelta llegaría una muñeca Pepona, esa hecha de género y mucha esponja. Pero en la fábrica china, al ver las fotos de referencia de Paulina, de casi un metro setenta, 50 kilos y talla 38, mandaron de vuelta lo que parecía obvio: una Barbie de piel canela, con cintura diminuta, pelo largo y negro, con jeans y taco alto, que repartió a niñas que hacían filas con sus madres para recibirlas por todo el distrito. El 17 de noviembre de 2013, sacó el 22% de los votos y ganó la elección.

Ahora en Santiago, la diputada Núñez, de vestido apretado y labios rosa flúor, y estrenando el cargo de vicepresidenta de RN, llega al Tavelli de Las Condes, cerca de donde vive, para esta entrevista.

¿Cómo  han reaccionado las autoridades frente a la tragedia del norte?

Creo que tarde. El gobierno anuncia y anuncia la entrega de plata, pero a la gente no le llega o lo hace en forma tardía. Creo que el gobierno no ha aprendido frente a las catástrofes. Por ejemplo, se detuvo en un año el proyecto de modernización de la Onemi. Ahí es donde uno se da cuenta que cuando cambia un gobierno, hay figuras que no deben cambiarse,la Onemi no puede politizarse, no se puede despedir cada cuatro años a un director que ya ha acumulado experiencia. Hay que cambiar el sistema, descentralizarlo y que las autoridades locales puedan tomar decisiones y contar con recursos de libre disposición. Ahora hay que esperar a que contesten en Santiago y den la autorización, y resulta que nosotros en el norte estuvimos sin comunicación por casi dos días.

"Calama, y que me perdonen los calameños, debe ser la ciudad más fea de Chile y la con peor calidad de vida. Todas las compañías que tienen yacimientos en Calama deberían hacer tremendos parques, áreas verdes, zonas deportivas. Debería ser la Dubái de Chile con la cantidad de plata que se extrae de ahí".

¿Crees que la gente del norte teme un abandono de parte de las autoridades?

Sí, porque cuando las cosas pasan en Santiago o en el sur hay incluso más cobertura de los medios de comunicación. Entonces van con los rostros de los canales cuando llueve, pero ahora en que hay que recoger barro se abandona, o se cuenta desde La Moneda lo que sucede. Lamentablemente tienen que morir conscriptos en forma trágica, para que nuevamente sea noticia la reconstrucción del norte. Aunque en realidad esto no es reconstrucción, en el norte estamos recién sacando el barro de las calles.

¿Cómo se portaron las mineras para esta catástrofe?

Ante las catástrofes es la minería la que tiene más expertise, competencias, maquinarias y recursos. Es la que respondió y permitió avanzar. Pero el tema no puede operar solo para las catástrofes, sino en forma constante.

¿Qué opinas de los relaves, tema que salió a la luz con el aluvión?

No se puede evitar tener un relave, pero deben estar alejados de las comunidades, cerrados y protegidos. Somos una zona minera y portuaria por esencia, y estamos cansados de soportar solo externalidades negativas. O sea, Calama, y que me perdonen los calameños, debe ser la ciudad más fea de Chile y la con peor calidad de vida.

Cuidado diputada, que Yerko Puchento dijo eso y lo demandaron.

Lo sé, ¿pero cómo lo demandan? Eso es para darse cuenta que todas las compañías que tienen yacimientos en Calama deberían hacer tremendos parques, áreas verdes, zonas para deportes. Calama debería serla Dubái de Chile con la cantidad de plata que se extrae de ahí y se manda a Santiago. Y eso lo vamos a exigir con todos los parlamentarios de mi zona, estamos todos alineados.

Trabajaste como abogada en el área minera, y ahora luchas contra ellos.

Cuando renuncié a la seremía para asumir la campaña como diputada, interpuse un recurso de protección contra mi propio gobierno y varias compañías mineras que habían sido clientas del estudio. ¿Sabes qué pasa?, uno que es de la región, llega un minuto donde te agotas de ver cómo estos gallos creen que su responsabilidad social es una fiesta de fin de año, entregar un par de cuadernos o pintar una plaza. Y ves que el concentrado de cobre lo transportan en camiones encarpados, o ferrocarriles que están para museo. No entiendo cómo no son capaces de meterse la mano al bolsillo y de invertir en galpones y vagones herméticos. Por eso en una de las últimas visitas que hizo Piñera a Antofagasta, en 2013, le dije: "Presidente, voy a poner un recurso contra nuestro gobierno porque esto es una estupidez". Y él me entendió.

Tienes un discurso bien regionalista. ¿Te sientes más bien la diputada del norte que la diputada por Antofagasta?

Por RN me he hecho cargo de Arica, Iquique y Antofagasta, y eso es súper bien mirado. Es que cuando uno viene de región, conoce y ha vivido esa postergación eterna que hay de un Chile muy centralizado. No son discursos de campaña. Uno lo nota y es así: todos los recursos son para Santiago.

¿Cómo describirías a los nortinos?

El nortino histórico es apático, frío, individualista. Por una cuestión geográfica, y también por ir adaptándose al desierto mismo. Pero siento que ahora el nortino ha cambiado porque se ha ido adaptando a una población flotante que trae otras cosas.

¿Qué ves en el nortino que antes no veías?

Veo más afecto, más preocupación, lo veo más en la calle, compartiendo. Hoy la gente es distinta casi a la fuerza por la migración nacional e internacional y se ha ido adaptando.

"Dos días antes de morir mi tata me dijo: 'Alcaldesa nunca mijita, es un cacho'. Le respondí, 'tranquilo tata, yo derechito al Congreso'".

Pero también hay descontento en el norte por la migración.

Sí, mucho. Hago una salvedad con Arica donde los migrantes son muy amigos. Pero Iquique, Antofagasta y Copiapó es distinto. El chileno no le tiene tanto rechazo al peruano y al boliviano en esa zona porque tenemos una personalidad similar e históricamente hemos convivido. Pero llegó el colombiano y sienten que les dejó la escoba en la cuadra, porque hacen fiestas todos los días, son gritones. Han habido charlas porque los relacionan con la drogadicción, el microtráfico, la prostitución. Si hiciera una encuesta en Antofagasta de si prefieren una ley migratoria de mayor control o mayor integración, te aseguro que el 90% va a votar por el control. Siento que es una cuestión de tiempo, pero lo que hemos recibido es lo más alegre y pegote de Latinoamérica.

¿Que tienes de nortina?

Físicamente la piel, los rasgos, el pelo, todo. También soy nortina en la forma de hablar. El otro día le dije a la hija de una amiga, "ponte a tota" y nadie me entendía, porque acá se dice al apa. Muchas veces me dicen que tengo un acento distinto, se me nota que de Santiago no soy.

LA DETERMINACIÓN

¿Cómo fue tu desembarco en la política?

Siempre me gustó la política. Fui eternamente presidenta de los centros de alumnos en el colegio, fui scout, estuve en comunidades cristianas y me fui metiendo en las juventudes de los partidos de a poco. Del colegio me iba a las federaciones de las universidades, hasta que me puse a estudiar. Opté por estudiar Derecho en Antofagasta y no irme a Santiago, porque quería quedarme a hacer una carrera política en mi región. A los 20 años empecé a militar en RN y en 2005 estaba de secretaria de la juventud de RN. Con ese cargo me quería tomar el centro de alumnos. Fui la primera presidenta de derecha en la Facultad de Derecho de la UC del Norte, porque ahí, mayoritariamente, son todos de izquierda.

Te ha tocado un año complicado para estrenarte en la Cámara, ¿cómo te has sentido?

Sí, tremendo, creo que ha sido el año más complejo desde la llegada de la democracia, de más reformas, de haber perdido el gobierno y la oportunidad que nos había dado la ciudadanía. Pero, a pesar de esto, me siento realizada y feliz de estar acá. No tomo decisiones en mi vida por lo fáciles que son, sino por convicción, y yo quería llegar al Congreso. Mira, renuncié al estudio de abogados Cariola, donde trabajé dos años en el área minera luego de recibirme, para asumir la candidatura de jóvenes por Piñera en Antofagasta, en 2009. Como nos fue bien, me dijeron: "Pauli, ¿quieres hacerte cargo del Injuv regional?". Como soy patuda y quería ser diputada, a pesar de que con suerte me conocían mis papás y mis amigos, les dije: "gracias, pero no quiero el Injuv, quiero que me den la Seremi de gobierno".

"Si alguien se acuerda de mí es por la muñeca y no por una idea que haya tirado. Al final, hasta mis opositores querían una".

Así nomás.

Sí, es que soy patuda. Y quedé. Desde el día uno hice vocería. Siempre supe que iba a ocupar este cargo para esto. Mi tata, que alcanzó a verme de Seremi, dos días antes de morir me dijo: "alcaldesa nunca mijita, es un cacho". Le respondí, "tranquilo tata, yo derechito al Congreso".

¿Con quiénes de tu partido te relacionas más?

Me llevo bien con gente de todos los sectores. Con la gente de la bancada, pasamos más tiempo en el Congreso que en nuestras casas. A veces me ha tocado escuchar peleas chicas y les digo: "corten el hueveo". Mi valor agregado es que, si bien me llevo bien con todos, sé de qué lado estoy.

¿No te retan por eso?

No, al contrario, cada vez que hay un problema me piden que hable. En política se avanza así: diciendo las cosas con una sonrisa.

¿Quiénes son tus cercanos del gobierno?

Varios. Ahora mismo, con la inundación partimos en caravana con la Marcela Hernando, Alejandro Guillier y yo. En la Onemi les dije que si la zona más afectada era Taltal era necesario estar allí. Quedarse sentados esperando que llegue el ministro, no. Me encontraron razón y nos fuimos. Le dije a Elizalde, en una entrevista que me hicieron en la radio, que si se venía a pasear, a sacarse la foto, mejor no viniera, que se devolviera. Si traía respuestas y soluciones, yo iba a estar en primera fila aplaudiendo. Después, cuando llegó, me dijo: "¿vio diputada que traje respuestas?".

¿Así le hablas al ministro?

Tengo un carácter bien dócil, pero pongo los puntos sobre las íes, caiga quien caiga.

Te han llamado la nueva dama de hierro de la derecha, ¿te sientes así?

Creo que una dama de hierro no es la que pasa a llevar a cualquiera por alcanzar lo que quiere, sino la que lucha por lo que cree hasta el final. Si alguien te quiere bajar, te paras, si algo te parece injusto, lo dices. De acuerdo a esa definición, de todas maneras soy una mujer de hierro.

MATERNIDAD PENDIENTE

¿Cómo llegó tu familia a Antofagasta?

Mi tatarabuelo paterno es veterano de la Guerra del Pacífico. Lo mandaron de Santiago a cargo de este territorio y así partimos. Mi mamá es de San José de la Mariquina. Mis papás se conocieron estudiando en una pensión en Valparaíso, se casaron, nací yo, y todos de vuelta al norte.

¿Eres la mayor de cuántos hermanos?

Somos dos mujeres y un hombre. Mi hermano fue papá de mi ahijada,la Florencia que tiene 2 años. Ella es mi cable a tierra, trato de ir harto a Antofagasta para verla.

¿Cada cuánto te vas a Antofagasta?

Todos los jueves.

Tienes como un trabajo de minero, por turnos.

Cierto, y yo que decía que no pensaba trabajar por turnos, y acá estamos. Mira, los lunes trabajo para el partido en Santiago, los martes, miércoles y medio jueves viajo a Valparaíso y me vuelvo a Santiago. Me voy todos los jueves a Antofagasta a hacer terreno y escuchar audiencias y el sábado me devuelvo. Los domingos trato de descansar, adelantar mis cosas, correr, andar en bicicleta. Estoy entrenando mucho. Hago ejercicio tres veces a la semana de 6:30 a 7:30.

¿Vas al gimnasio?

No, en el edificio hay un gimnasio y viene un personal trainer que me entrena. Me gusta hacer ejercicio pero no tengo tiempo para agarrar la bicicleta y aquí no puedo hacer sunboard, que es mi deporte.

"Sí, ayuda ser bonita. Llegas a un lugar y se te acercan más. Sirve para la primera elección, pero después la gente te pide resultados".

¿Te casaste alguna vez?

No, pololeé harto tiempo. También estoy saliendo con alguien. Si no me he casado no es por mi trabajo en política, sino porque no he conocido a la persona.

Y a los 32, ¿es tema para ti la maternidad?

Sí, muy importante. Es un tema postergado porque no ha llegado nomás. Mis viejos llevan más de 30 años casados y, si me caso, quiero tener algo como lo de ellos. Me gustaría darle un buen papá a mi hijo o hija.

Entonces solo te imaginas siendo mamá en pareja.

Sí, mamá en pareja. Tengo amigas que están solas con sus bebés y a mí no me gustaría que mi hijo viera a su papá el fin de semana no más. Pero con suerte, creo, tendré uno o dos hijos. Me quiero reelegir y en siete años ser senadora. Al menos, estos ocho años, me voy a dedicar full a esto.

Pero ahí vas a tener más de 40 años...

No, cuando trabaje de senadora, ya debería tener a la guagua en el jardín infantil por lo menos. Quiero ser mamá, pero no metería a mi guagua a la sala de sesiones de la cámara, por ejemplo. No me gusta y sería injusto para otras mujeres: si trabajara en el sector privado, no podría llegar con la guagua a una reunión con un cliente.

LA BARBIE 2.0

Votaste a favor de la ley de cuotas, ¿es necesario imponer por ley la presencia de mujeres en el Congreso?

Años atrás estaba en contra. Siempre va a ser difícil para una mujer ser candidata. Sinceramente, no sé a quién le cuesta más: si a una mujer fea o a una bonita, porque al final está ese prejuicio de que si llegó allí fue por buena facha, se metió con alguien, se los compró. Cuesta que te reconozcan que tienes capacidades. Pero cuando llegué a la cámara y vi que somos 9 mujeres entre 120 hombres, me hizo sentido y di mi voto convencida.

¿Crees que te ayudó ser bonita en tu campaña?

Sí. Llegas a un lugar y se te acercan más. Sirve para la primera elección, pero después la gente te pide resultados. A mí no me preguntan cómo me mantengo, sino por los avances.

¿Qué tan determinante crees que fue que usaras en tu campaña una muñeca igualita a ti?

Influyó, de todas maneras. O sea, si alguien se acuerda de mí es por la muñeca y no por alguna idea que haya tirado. Al final hasta mis opositores querían una. La muñeca estuvo en emblemáticos escritorios como el de Piñera, Carlos Larraín, Chadwick.

Fue una apuesta arriesgada.

Sí, pero necesitaba hacerme conocida. Con la muñequita fui portada de LUN. Me llamaron de todas las radios nacionales y en la tele de los programas de la tarde. En Antofagasta la gente hacía colas para conseguir una muñeca.

¿Para la reelección piensas volver a usar la muñequita?

Por supuesto, y ojalá pueda tener un Ken. Y ya no se va a vestir con jeans y polera, sino con vestido, más formal.

Una nueva versión, ¿la muñequita de hierro?

Claro, si soy de hierro, y más encima muñequita. ·