La nueva casa de Romana
Hace un mes esta peluquería cambió de dirección, pero no se trata solo de una mudanza. Roma Carvajal, la dueña, junto a su pareja, el reconocido periodista y conductor de televisión Ignacio Franzani, decidieron darle nueva vida. El renovado espacio es también una galería de arte y una disquería, pero por sobre todo una invitación a pasar un buen momento.
Al entrar al Instagram de Peluquería Romana (@peluqueriaromana) inmediatamente uno supone que no se trata de un salón convencional. Y cuando lo conoces en persona terminas por convencerte. Ubicada en una pequeña y tranquila calle de Providencia, esta casa de estilo neoclásico es una invitación a desconectarse. "Nuestro objetivo es que la gente cuando entre se olvide del ruido, la pega, el tráfico, la rutina y viva una experiencia el rato que está acá", dice el periodista Ignacio Franzani, pareja de Roma Carvajal.
"Este proyecto nace al poco tiempo que empezamos a pololear. Yo trabajé muchos años en publicidad, haciendo maquillaje y peinado, pero estaba un poco agotada del ritmo de trabajo. En paralelo siempre corté el pelo, pero como hobby", cuenta Roma. "A mí lo que me entusiasmó, independiente del evidente talento que tenía ella como peluquera, fue lo entretenido de crear algo, ese proceso creativo", agrega Ignacio. Así comenzaron las primeras reuniones. En una de ellas, en la que se juntaron en un café frente al Museo de Bellas Artes, se pusieron como meta ponerle un nombre y crear una cuenta de Instagram.
"Era muy gracioso porque él era como el jefe", dice Roma. "No su jefe, su coach", aclara Ignacio. "Me decía: 'tienes que subir tres fotos al día'. Todas acá en la peluquería bromeamos cuando llega, decimos que viene el jefe", cuenta riendo Roma. Pero hablando en serio, después nos confiesa que ha sido un mentor muy importante en su carrera. "Yo antes era 'superhippie'. Cortaba el pelo, pero si me preguntabas a cuánta gente, no tenía idea; o cuánto ganaba, no tenía idea. Cuando conocí a Ignacio fue él quien me motivó a transformar esto en algo más profesional", dice.
Y lo han logrado. Hace un mes armaron esta nueva casa (antes Roma atendía en un departamento en barrio Lastarria), que además de peluquería es una galería de arte y una disquería. "Lo que nosotros queríamos era tener un espacio de encuentro, pero que no pareciese una peluquería. Acá nunca vas a encontrar afiches de marcas de belleza, sino que obras de artistas jóvenes chilenos. Hay un espacio para que expongan y además la Roma es una coleccionista de arte y tiene superbuén gusto; también hay una parte de su colección personal", dice Franzani.
Y agrega: "Hoy todos estamos muy pegados al teléfono, quedan pocos espacios donde uno se vea forzado a encontrarse con otros, y como todavía no existe una aplicación que te corte el pelo, hay que ir a un lugar. La idea de esta casa es que ese espacio sea confortable, calentito, que puedas ver y comprar arte, escuchar música, comer algo rico o tomarte una cerveza helada los días de calor, bueno, y obviamente cortarte el pelo".
La disquería es el otro espacio, un 'chiche' de Ignacio. "Tener una disquería ha sido mi sueño toda la vida. Tengo una colección bastante respetable desde los 13 años, y mientras más viejo, más discos. En el fondo todo esto es una excusa para tener más discos", bromea. Finalmente, cada rincón de esta casa es la unión de las pasiones de ambos, que ahora comparten con todo el público de Romana.
"Estamos muy contentos, es 'heavy' pensar algo que después es real. Se produce un efecto bien alucinante", declara Ignacio, que también es el cliente de Roma. "Cuando está chascón es porque estamos enojados", dice Roma riendo. "En todo caso es como el dicho 'en casa de herrero, cuchillos de palo'. Tengo que andarle rogando para que me corte el pelo", alega Franzani, quien antes se podía cortar cuando quisiera. Ahora Roma lo obliga a meterse a internet y pedir una hora. "Ese es el único problema de haberla profesionalizado", concluye.
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