Para dibujar las cosas como se ven a la distancia, usamos un sistema de líneas llamado de perspectiva.
Por medio de la perspectiva lineal podemos representar en un solo plano las tres dimensiones de un objeto: el alto, el ancho y el largo, es decir conseguir que una escena plana adquiera profundidad.
1. Para entender cómo funciona la perspectiva, hay que distinguir entre la visión del observador, que es el artista autor de la obra, y la del espectador que es quien verá la obra terminada. La línea del horizonte es una recta que cruza el cuadro, paralela a su base, es el plano que siempre deberá estar a la altura del ojo del pintor.
2. Para conseguir trazar una perspectiva, debe existir un punto de fuga situado sobre la línea del horizonte, que será el sitio en el que converjan todas las líneas paralelas que se tracen, desde el espectador hacia el horizonte y que reciben el nombre de líneas de fuga. Se debe distinguir entre las líneas que se tracen desde bajo el punto de vista del observador hacia el punto de fuga y las que se tracen sobre ella. Si el punto de vista coincide con la línea del horizonte, la observación se realiza desde la altura normal de la calle y si se sitúan verticales entre ambas líneas de fuga estas serán cada vez más pequeñas y cercanas a medida que se acerquen al fondo.
3. El punto de fuga indica el lugar hacia el que convergen las líneas de fuga que permiten realizar la perspectiva. Las líneas de abajo son las que marcan la base de todos los elementos que compondrán el dibujo y las de arriba, las que marcarán la altura que deberá alcanzar cada uno de ellos para permitir que los objetos se vayan "hundiendo" en el dibujo.
4. Una forma puede situarse en el espacio de manera de presentar dos puntos de fuga, como es el caso de este cuadrado, deliberadamente torcido, de manera de presentar una cara más estrecha que la otra. En este caso, el punto de vista del observador, dado por la posición de la línea del horizonte, está bastante más cerca del medio superior del cubo, pero no lo suficiente como para marcar con notoriedad el vértice superior. La líneas que se realizaron sobre él marcan la trayectoria que debieran describir las líneas de fuga superiores si el cubo tuviera una figura alargada.