Paula 1120. Sábado 27 de abril 2013.
La última obra escrita y dirigida por Guillermo Calderón muestra a cinco jóvenes encapuchados que a fines de los ochenta reciben lecciones para aprender a disparar y detonar bombas, mientras se adoctrinan sobre la lucha de clases y las razones para combatir la dictadura militar. Aquí, cuatro voces desmenuzan sus reflexiones después de ver la obra que, a casi un mes de su estreno oficial, ya se ha hecho fama de inquietante y provocadora.
Marco Antonio de la Parra, sicoanalista y dramaturgo
"Hay que recomendarla advirtiendo que no es lo mejor de Calderón y que su ambigüedad es inquietante. Tiene instantes líricos y golpes de humor poético típicos de su autor, pero se maneja en una zona de riesgo ideológico que no sé si todo el público entienda. Soy injusto eso sí: me tocó ver su estreno en enero, aún muy verde. A ratos los guerrilleros parecen candidatos a héroes, a ratos patéticos e ilusos (que es cuando se vuelve más interesante). Temas como la lucha de clases son reducidos a un silabario marxista que es de las partes más cómicas (y no por eso menos estremecedoras). Ese meticuloso y triste entrenamiento elemental para matar a otros semejantes bajo banderas ideológicas me dejó con un sabor amargo. No es la joya que es Neva ni el texto político corrosivo que es Villa+Discurso, para mí, las cimas de la dramaturgia de Calderón".
Alejandra Costamagna, escritora y periodista
"Es posible que los guiños del montaje sean mucho más eficaces para los que fueron jóvenes y militaron en política durante la dictadura. Aunque no hayan pertenecido a un grupo guerrillero, la sola militancia política basta, creo, para repasar la jerga, la orgánica, la entrega casi canuta, lo frágiles y engrupidos que pudimos haber sido generacionalmente. Creo que el cantito final de "El SÍ, el NO, la misma huevá los dos" verbaliza una sensación ciudadana cada vez más generalizada sobre las graves cojeras de nuestra transición. La recomiendo absolutamente".
Amparo Noguera, actriz
"Me gustó, como todas las obras de Calderón. Es una obra tremendamente frontal; provoca sensaciones complejas, porque estas personas que daban la lucha en dictadura se transformaron en personajes desconectados del mundo, con una obsesión y seriedad de las que uno, incluso, se ríe en la obra. Algo incómodo porque yo sentía que es incorrecto reírse de los guerrilleros de los ochenta. Hay un juego maravilloso en el montaje, porque la clase no la reciben solo los personajes, sino también el público. Es una obra que hace reflexionar, moviliza y confunde".
Rafael Gumucio, escritor
"Me gustó mucho su construcción como texto, porque logra algo difícil: una conexión emocional con el público a través de personajes que no tienen cara, nombre, ni pasado, que solo hablan de lecciones y conspiración. En esa época yo estaba en contra de la violencia política. Militaba en la izquierda y tuve compañeros que tomaron las armas, pero encontré que las armas los tomaron a ellos. Escuela muestra a niños de una inocencia tremenda metidos en algo que les queda como poncho, y ese drama está súper bien representado".
Escuela en el Teatro UC
Elenco: Luis Cerda, Francisca Lewin, Trinidad González, Camila González y Carlos Ugarte. Jueves y viernes, 20:30 hrs; sábado, 21 hrs. $ 7.000 entrada general. Tercera edad $ 5.000. Estudiantes $ 3.500. Hasta el 1 de junio en el Teatro UC. Jorge Washington 26, Ñuñoa, fono 2205 5652.