La reconciliación

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Paula 1225. Sábado 6 de mayo de 2017. Especial Belleza.

Marcela Ríos (50), doctora en Ciencias Políticas, trabaja en Naciones Unidas (PNUD)

"A los 50 me reconcilié con este país. Nací en una población de Lo Espejo. Soy la primera generación con estudios superiores y la única con un doctorado en mi entorno. Nos fuimos al exilio a Canadá cuando tenía 13 años y volví a los 39. Por mucho tiempo cargué con el hecho de no sentirme de aquí, de no encajar. Este es un país muy cerrado en términos sociales y siempre me hacían las mismas preguntas: '¿Eres socióloga de la Chile o de la Católica?'. Decía que estudié en Canadá y entonces venía: '¿A qué colegio fuiste?'... Ese afán de encasillarte, de buscar una conexión, de medirte por tu origen es algo tan chileno. Eso me incomodó por mucho tiempo. Sentí esa mirada sospechosa, esa sensación de estar fuera de lugar. Tuve que luchar por inventar nuevas redes, nuevos grupos, y no ha sido fácil. Pero a los 50, miro el recorrido y los espacios que conquisté y me siento reconciliada con mi historia y como aggiornada en mi relación con Chile. Podría vivir en cualquier parte, pero estoy aquí por convicción, porque quiero y me gusta aportar. Estoy trabajando por promover la inclusión y disminuir las desigualdades, pero no desde el resentimiento ya que hoy estoy en paz con mi inserción en el país. Encontré mi espacio. Además, a los 50 me siento reconocida profesionalmente. Ser mujer y ejercer liderazgo en espacios de poder es muy difícil, sobre todo cuando eres joven. Tienes que andar escribiendo, publicando, haciendo malabares para que te validen. Ya no me siento cuestionada, ni a prueba. Una mujer que admiro cercana a los 70 dijo: 'en realidad, uno logra estar tranquila de ejercer liderazgo, y logra ser validada, cuando llegas a esa edad en que ya nadie quiere acostarse contigo".

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