Todas las reuniones, conversaciones, intercambios de ideas, contratos y negociaciones de la primera ministra Digital de Taiwán son de dominio público y de fácil acceso. Y esto no es nuevo. Antes de convertirse en una importante pieza del Gobierno taiwanés, ella junto a un grupo de amigos hackers se dedicaron a traducir y volver accesibles todos los documentos estatales para que cualquier persona pudiera bajarlos, leerlos y entenderlos.

Actualmente su misión sigue siendo la misma. Y es que esta poderosa e influyente programadora de 39 años se define como una “hacker cívica” que resuelve problemas de forma creativa, apoyándose en la tecnología. Según ha dicho, aspira a conservar la anarquía de internet, una utopía que ha experimentado y vuelto realidad durante dos décadas. ¿Una ministra de estado anarquista? Sí, pero conservadora.

Hija de dos periodistas del China Times, fue una niña prodigio: a los cinco años ya leía literatura clásica y solucionaba problemas matemáticos avanzados, por eso no fue raro que muy temprano quisiera abandonar sus estudios formales y dedicarse a aprender online. Lo primero que hizo fue desarrollar un programa para que su hermano chico aprendiera jugando y a los 16 años fundó su primera empresa. A los 19 ya era una exitosa consultora de Apple en Silicon Valley, pero descubrió que trabajando para compañías privadas solo iba a beneficiar a un grupo de la población. Por eso decidió dar un salto a la política, desde donde hoy asegura que la única forma de construir confianza es siendo transparentes.

  • El año 2016 fue nombrada ministra Digital de TaiwánE; la suya es una agencia gubernamental sin cartera que ayuda a comunicar los objetivos de las políticas y administrar la información pública a través de medios digitales.
  • Ella define su cargo como un “canal de comunicación directa” entre dos partes que no necesariamente se conocen: el Gobierno y el pueblo.
  • Todos las semanas se reúne cara a cara, ya sea presencial o digitalmente, con cualquier persona que quiera hacer una cita con ella.
  • “La innovación social permite nuevas formas de pensar y que las partes opuestas se pregunten sus objetivos y valores comunes, lo que lleva a las personas a encontrar soluciones comunes”, dice.