Este año su nombre suena como una de las candidatas a recibir el Premio Nobel. Y es que méritos a esta autora canadiense de 80 años no le faltan; ha escrito poemarios, novelas, ensayos, libros para niños, novelas gráficas y hasta una ópera. ¿Su tema principal? El poder.
Para ella las personas que no están acostumbradas a tenerlo y que de pronto lo tienen son las más peligrosas. “El poder es para usarlo en el bien común, no en la tiranía ni en el beneficio personal”, dice. En 1985 publicó El cuento de la criada, una historia de ficción ambientada en un mundo pospandémico, dirigido por un régimen totalitario. En el imaginario de
Atwood las grandes perjudicadas de ese mundo son las mujeres, que están al servicio de un sistema inventado y gobernado por los hombres. Este escenario, que imaginó hace más de 30 años, se parece mucho al actual, donde personajes como Trump y Bolsonaro atacan a los medios de comunicación independientes, los gobiernos autoritarios desacreditan el sistema judicial y la fuerza policial ataca a los manifestantes en las calles.
La suya ha sido leída como una obra profética que se adelantó al escenario que vivimos, y lo interesante es que el feminismo atraviesa cada una de sus palabras. Tiene un discurso crítico sobre el rol de las mujeres en la sociedad y no deja pasar ningún detalle al respecto. Hace pocos meses salió en defensa de las mujeres trans cuando otra autora superventas hizo comentarios transfóbicos en redes. Hija de padres científicos, no se demoró en responder: “Leamos ciencia, informémonos antes de tener una opinión –dijo–. Sobre todo si tenemos el poder de influir en los demás con lo que decimos”.
- Administra sus propias cuentas de Twitter e Instagram, donde postea sus opiniones, actividades y las lecturas que la conmueven.
- Entre las causas que defiende están los derechos de las mujeres, el medioambiente, los derechos LGBTI+ y tiene un especial interés por los observadores de pájaros.
- Se niega a llamar por su nombre a Donald Trump. Le dice “El innombrable”.
- No sabe manejar ni le interesa aprender.