Paula 1224. Sábado 22 de abril de 2017. Especial Madres.
Los antiguos viajes intercontinentales podían durar meses. El barco se convertía en una especie de ciudad, donde estaban presentes todos los oficios posibles. Y en ese tiempo, se comenzó a fabricar un mobiliario cada vez más sofisticado, con la idea de transformar esos lugares en espacios acogedores y cómodos, que reflejaran lo más posible las casas y castillos en donde vivían los viajeros adinerados. Pero no podían replicarse idénticos, porque la vida en el barco era diferente.
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Cenicero de pie. Su peso giratorio le permite estabilidad, sin importar el movimiento de la embarcación.[/caption]
Los muebles debían soportar el movimiento, el oleaje, las tormentas, por lo que debían ser pequeños, livianos, funcionales y, muchas veces, modulares para áreas acotadas. Hoy, además de los fácilmente reconocibles objetos e instrumentos de navegación, hay muchos muebles con los que nos cruzamos que originalmente fueron pensados para habitar barcos. Su estética, funcionalidad y tamaño son una excelente alternativa para aprovechar el espacio.
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Pequeño mueble lateral con puertas vidriadas y dos cajones (80 x 48 x 25 cm). Hoy pueden usarse en la cocina para guardar especias, en los baños para guardar cremas y perfumes, o en cualquier lugar cuyo contenido no queramos que quede totalmente a la vista.[/caption]
En mayo, para celebrar el mes del mar, la casa de remates Gigoux realiza un remate náutico. Eliodoro Yáñez 2258, www.enriquegigoux.com
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Baúl de carpintero. En el barco, uno de los oficios destacados es el de carpintero, quien debía estar disponible para arreglar lo que fuera necesario. Este baúl tiene más de 80 herramientas tradicionales.[/caption]
